jueves, 31 de diciembre de 2009

José A. Muguerza. MÉXICO DEBE SALIR ADELANTE.

Entre los requisitos que hacen que una persona sobresalga de los demás, está su amor y pasión por el trabajo, sus ganas de querer ser y hacer más, no de tener más.

Esas cualidades las encontramos en un joven regiomontano por los cuatro costados, pues nació en pleno Monterrey, hijo de regios y casado con una mujer de aquí mismo. Vamos, no buscó traspasar sus límites para lograr desaparecerlos. Sólo hizo lo que tenía que hacer y punto.

Empezó, como todo buen neoleonés, en el negocio familiar. Terminó, siendo ejemplo de lo que se puede lograr con tesón, trabajo y determinación. Es más conocido por haber fincado un verdadero palacio, en toda la extensión de la palabra, el Hospital Muguerza, que por su intervención en todas las grandes compañías de Monterrey.

Efectivamente, José A. Muguerza participó junto con José Calderón, hermano de su esposa Francisca, en la fundación y manejo de varias de las principales empresas del norte de México: Cervecería Cuauhtémoc, de donde fue Secretario y Tesorero por 33 años ininterrumpidamente, como fue fundador de Vidriera Monterrey, Banco Mercantil del Norte, Fábrica La Victoria, Cementos Mexicanos, ahora Cemex, Fundidora Monterrey, Hotelera Colonial y muchas otras empresas.

Nacido el siete de diciembre de 1858 en pleno Monterrey, sus padres, Antonio Muguerza y Refugio Crespo, le enseñaron los valores de honestidad y entrega a los demás como soporte de vida, los que lo convirtieron, con el paso de los años, en uno de los filántropos más importantes de la Sultana del Norte.

En pocas palabras: José A. Muguerza es un ejemplo de lo que puede llegar a ser un hombre cuando busca, primero que nada y sobre todo, el bien común. Se consigue transitar, de ser el dueño de una empresa de poca monta, a ser copropietario de una de las cementeras más grandes del mundo, de la principal empresa de vidrio de América Latina, de el único Banco mexicano que aún subsiste, de un conglomerado de Hospitales que están a la altura de los mejores del mundo.

Nada más, pero nada menos. Y ese héroe, es regiomontano. Es del norte. Es mexicano, como Usted y como yo. Nos deja un compromiso moral muy grande.

Murió físicamente el 14 de marzo de 1939, pero su legado continúa vivo para las siguientes generaciones.

Vale la pena seguir sus pasos.

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

Esta nota apareció en la edición de diciembre de 2009 de la revista Players of Life.
http://mty.playersoflife.com/?p=1.0

viernes, 25 de diciembre de 2009

¿Y si fuera Usted el papá de Xinuelth Emmanuel?

El día 5 de junio de 2009 no se les olvidará nunca a los padres de los niños que murieron calcinados por un error humano. Bueno, de alguna manera ha de nombrar la autoridad al abominable crimen cometido por una muy amplia serie de funcionarios de todos tamaños y niveles, que permitieron se encadenaran los yerros hasta lograr un total de cuarenta y nueve muertos de manera que sólo los hornos de Hitler podrían hacer.

Sin embargo, la autoridad le apuesta a que los gobernados no tienen memoria y van a llevar el caso hasta que se olvide, hasta que las conciencias se hayan comprado y nadie quede que proteste, de manera alguna.

Los que permitieron, los que propiciaron y los que cometieron el crimen están libres. Está detenida la señora del aseo y creo que uno que se encargaba de limpiar las puertas. En ambos casos, no eran empleados de la guardería y mucho menos, del seguro. Eran trabajadores de una outsourcing de esas que sólo facturan pero que niegan todos los derechos a los trabajadores. De esas en las que los hombres y mujeres de nuestro México hoy deben trabajar, aún a costa de sus propias vidas y su libertad, pues no encuentran una opción mejor.

Acabo de ver hace un momento la entrevista que le hacen al papá de Xinuelth Emmanuel, uno de los niños que murieron. La difunde Contactox, medio informativo de Sonora que se encuentra en Internet y que muestra, de manera descarnada, la impotencia de un padre que a pesar de todo, se niega a dejar morir la memoria de su hijo y se niega también, a dejar morir la ilusión de que México es más que sus autoridades.

Dice y con justa razón, que él nunca habló antes pues no sabía lo que tenía que decir. Ahora, que sabe que por su apatía en denunciar lo que está mal, murió su hijo, no quiere permanecer en el ostracismo doloroso del que sabe que las cosas se desbaratan, se derrumban, pero que no cree tener la forma de componerlas.

Ahí es donde creo yo que está el valor verdadero del esfuerzo del papá de Xinuelth Emmanuel, en demostrar que siendo participativos, haciéndole saber a la autoridad nuestra inconformidad, de manera pacífica, respetuosa y comedida, podremos cambiar las cosas.

He estimado siempre, que puede más una gota de miel que un litro de hiel. No es necesario ofender ni denostar al enemigo o contrincante para hacer ver que somos los titulares de la razón y el derecho.

No se requiere ofender para obtener lo que se busca. Se requiere, sí, decisión, saber del rumbo que se busca y saber, con precisión, lo que ha de encontrarse.

El papá de Xinuelth Emmanuel sabe lo que quiere y lo está buscando. Lo va a lograr, pues cuenta con el mejor motor para seguir en la lucha: la íntima convicción de que las cosas que se están haciendo, van en beneficio de todos.

La duda que queda es: ¿Qué pasará el día de mañana en que vuelva a haber muchos Xinuelth Emmanuel y a nosotros nos corresponda el papel de los padres? Usted, ¿Qué haría?

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

Enlace a Contactox:

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Para adoptar.

Las leyes son una creación del hombre y por ende, responden a las necesidades de los seres humanos.

En clase, les comento a los alumnos que existen dos grandes corrientes de pensamiento en cuanto a las leyes y su forma de aplicarlas y manejarlas: los iuspositivistas y los iusnaturalistas.

Los primeros, son aquellos que creen que el derecho positivo, es decir, el que se encuentra vigente en una época y un lugar determinado, es el único válido precisamente porque así está redactado, así está escrito y en sus términos ha de acatarse. Punto. No admiten ni aceptan que el derecho vaya cambiando como no admiten ni aceptan que las leyes cambien en su formato, en su sentido y en su manera de aplicarse.

Los segundos, los que consideran al derecho natural como el más importante, son los que estiman que en los casos en que el derecho positivo ya sólo resulta ser una estrecha malla que contiene los grandes cambios que en la sociedad existen y que deben permitir o aún más, alentar los cambios legales necesarios para que el derecho ayude a ser parte la vida en común, tienen una mayor amplitud de miras, desde mi muy particular punto de vista.

Obvio, yo comulgo con los segundos pero admito, acepto y reconozco que puede haber gente muy bien intencionada que opte por el primer tipo de pensamiento. Lo más interesante, es que piensen y lo demuestren en su forma de manejarse.

Ahora, tenemos frente a nosotros un problema ético, legal, religioso, moral y con muchas otras aristas: La adopción por parte de homosexuales.

Con los cambios que se han dado a la legislación, ha cambiado el concepto de familia.

Ya la familia no es aquella ampliada de principios del siglo pasado, el siglo veinte, en que vivían o convivían abuelos, los de ambos progenitores, los propios padres, los hijos, algunas veces, nietos y personal de apoyo.

Ya no son de ocho o diez hijos o “los que Dios mande”, como era usual y la madre, por supuesto que ya no se conforma con el papel de madre sólo para ser fecundada y cuidar de la prole, pues ahora pretende abarcar mayores campos, como pensar, tener un empleo remunerado, pues las de antaño trabajaban todo el día pero sin pago ni prestación ni derecho alguno.

Al cambiar las condiciones de vida, cambiaron también los papeles de cada uno de los miembros de la familia. El padre, además de trabajar e irse a la cantina, ahora debe ayudar a los hijos en las tareas o la mujer se enoja. La madre, además de tener hijos, ahora tiene un empleo formal y muchas veces gana más que el padre, lo que hace que éste se sienta inferior y lastimado en su condición de macho.

La madre siempre estuvo al pendiente de los hijos, tarea en la que era auxiliada por las abuelas, madres de ambos cónyuges, que sabían su posición en la casa y atendían un sin fin de tareas. De repente, empezaron a cambiar las edades y por ende, los tiempos. Ahora la madre ya no es de 16 a 18 años pues empieza a tener hijos a los treinta; la abuela, que ya excede los cincuenta, fue de las primeras que trabajaron y mandaron a sus propios hijos a la guardería, por lo que ahora, ¿a título de qué va a aguantar a un chamaco que ni es de ella?

Esa es una realidad cada vez mayor y cada vez a menos alto nivel socioeconómico.

Las primeras que enviaron a sus hijos a las guarderías tenían un ingreso alto; ahora, las obreras de la maquila deben enviarlos a que se los cuiden, pues el marido no tiene un empleo formal, ya que anda en la calle como vendedor ambulante o es taxista o profesionista independiente o algo así, de los que no tienen seguridad social. Ella sí y por eso, debe seguir trabajando y debe enviar al niño a la guardería. La pregunta es: ¿A quién le van a reclamar por los futuros yerros del niño? ¿A la guardería?

El niño ya no tiene el calor de hogar de las familias de hace mucho. Ya no huele a panecitos ni a caldo ni a pasteles recién horneados y la comida al medio día, por supuesto que es del mesón de la esquina, casi como si fuera casera pero hecha en serie, sin el ingrediente principal: amor.

Ese niño… ¿Qué va a añorar? Eso, cuando tenga una familia.

Cuando sea hijo de madre soltera, que va a vivir entre guarderías y cuidadores que tal vez lo maltraten, lo atosiguen y lo traumen, cuando las abuelas no van a querer verlo, pues así he oído que le hacen, ¿qué va a ser del pobre niño?

Y cuando el niño no tenga una familia de fijo, así sea disfuncional, que sea el Estado el que lo trate de medio proteger, asignándole un número de matrícula “querido 345678, es un honor que nos visites”, ¿Qué va a hacer el niño? ¿Quién le va a cantar para arrullarlo? ¿Quién lo va a cobijar?

Por eso, cuando dos seres humanos con mucho amor, tanto, como para enfrentarse al mundo y decir que quieren vivir juntos, cuando dos seres humanos con tiempo, capacidades, posibilidades y todas las expectativas de vida en su favor, como las puede tener mi cantante favorito Elton John, desean adoptar un niño, creo que deberían permitírselo.

Siempre ha de ser mejor un abrazo y un beso, que un torrente de odio, de gritos y de infamias. Creo que deberían cambiarse las leyes para permitir lo mejor para todos. Siempre.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

martes, 22 de diciembre de 2009

La adopción.

Encontrar un lugar para los niños que han quedado solos, ya por accidentes, ya por violencia familiar, ya por abandono de sus familias o por las razones que Usted quiera, ha representado un problema de muy difícil tratamiento para los gobiernos a lo largo de los tiempos.

Es un tema que desde hace mucho ha causado controversia, pues existen tanto quienes la apoyan como quienes la condenan, unos y otros haciendo valer argumentos de peso, tanto morales como legales, religiosos, sociales, étnicos y de todo tipo.

La adopción implica una muy larga serie de requisitos a cubrir por parte de quien pretende le sea dado un menor para convertirse en su tutor, en su mentor, en su ascendiente, para todos los efectos legales a que haya lugar.

Ahora bien, quienes están en espera de ser adoptados son menores que carecen de una familia propia, que no tienen quien haya de velar por ellos y que están creciendo ayunos de afecto, sin más apoyo que el que de manera institucional puede brindarles el estado, cuya función no es precisamente la de ocuparse de la crianza de los menores.

Ya, con las reformas habidas a la legislación vigente en el Distrito Federal, se da ya como realidad la unión entre personas del mismo sexo, hombres o mujeres, con la intención de formar un matrimonio y a la larga, una familia.

Obvio, esa familia no podrá tener hijos y por ende, sólo mediante la adopción podrán contar con un niño en casa.

Sin embargo, voces muy autorizadas reprueban esas uniones como reprueban la posible adopción de los menores.

Mi pregunta ahora, para Usted, mi querido lector, es en el sentido de que si será más humano, más decente, más correcto, dejar a unos niños al garete en un centro oficial para menores sin familia que proporcionarles una, que los haya buscado para poder brindar amor a los niños, precisamente porque no tienen la aptitud de reproducirse entre sí, que ha sido básicamente la constante que provoca la adopción.

Efectivamente, las parejas, del tipo que sean, que por cuestiones fisiológicas no son aptas para procrear, buscan la adopción como forma de entregar el gran amor de que están investidos.

Así, un matrimonio de tipo convencional que por una enfermedad de él o de ella no puede tener hijos, busca la adopción como forma de lograr completar la familia.

Creo yo, que no es válido negarles la capacidad de amor por el sólo hecho de que un órgano se encuentre dañado. Es discriminación en su más pura expresión.

Igual, negarle la capacidad de adoptar a una pareja ya legalmente constituida según porque se aparta de algunos cánones, de igual modo será discriminación, no importan las razones que pretendan argüirse.

El menor tiene derecho a crecer en un hogar donde sea amado y las personas, solteras o casadas, que deseen formar una familia mediante la adopción, de igual manera han de poder hacerlo, mientras estén en posibilidad de brindar a los menores afecto, amor, comprensión y una forma decente de vida, con todo lo que ello implica.

Siempre ha de ser mejor un abrazo y un beso, que un torrente de odio, de gritos y de infamias. Creo que deberían cambiarse las leyes para permitir lo mejor para todos. Siempre.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

sábado, 19 de diciembre de 2009

De estacionamientos.

Los tiempos modernos nos han brindado la oportunidad de utilizar vehículos de motor para trasladarnos a los diversos lugares donde hemos de desarrollar nuestras actividades. Obvio, tal como los gambusinos de antes y los charros mexicanos de la época de Don Porfirio, necesitamos un lugar más o menos seguro para depositar nuestros medios de transporte.

Antes, el caballo se amarraba a la entrada de las negociaciones o casas comerciales en los lugares ex profeso destinados a tal uso y ahí se encontraban seguros. Ahora, los carros deben tener un lugar para estacionarse so pena de que los clientes eviten el comercio que les niegue esa posibilidad.

Es decir, el hecho es el mismo: el proveedor de mercaderías ha de facilitarle al cliente un lugar para que deposite su medio de transporte, ya caballo, diligencia, carrito o carruaje, ya con un pienso o alimento para caballos a la mano o con personal para lavar el vehículo como cortesía de la casa.

Sin embargo, la diferencia estriba en que la gente, antes y sin regulación alguna más que la decencia y la nobleza de cuna, brindaba el servicio de manera gratuita.

Ahora, a pesar de que pudiera existir quien me diga que la ley les faculta o les proporciona a los dueños de los locales comerciales la posibilidad de cobrar por los espacios o cajones de estacionamientos que proporcionan a sus clientes, es decir, que sea lícito y válido que los grandes supermercados, los conjuntos de tiendas que se establecen en grandes locales unidos y con nombres pomposos, lo cierto es que quien cobra por brindar un servicio a que obliga la decencia, la buena crianza, la nobleza de estirpe, es precisamente porque carece de esas virtudes.

Es muy distinto que en una zona determinada, un negocio se establezca precisamente para proporcionar el servicio de estacionamiento o que la propia ciudad, la que Usted, mi querido lector, elija, establezca un cobro por el uso de los espacios públicos, lo que es válido y legal y otro, muy distinto, el que alguien lo invite a su casa, a su tienda, a que Usted vaya de compras y aparte, sin que sea el objeto social de dicha empresa el brindar el servicio de estacionamiento, le cobre a Usted, por ir a comprarle las mercaderías que expende.

Estimo que a pesar de que pudiera haber una ley que les autorice a dichos cobros, lo que de plano no creo, lo correcto será que las áreas de estacionamiento de los centros comerciales y tiendas en general, excepción hecha de los negocios establecidos precisamente como estacionamientos, deberían de ser gratuitos.

Lo invito a dejar de acudir a los lugares donde le cobren por estacionarse. Si todos lo hacemos, habremos de lograr que retiren esos inmorales, indecentes, indebidos y arbitrarios cobros.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

Del matrimonio y sus efectos

Unirse en matrimonio implica conseguir la autorización de la sociedad para hacer vida en pareja. Es estar autorizado a hacer vida en común con otra persona, de la que esperas amor, comprensión, apoyo, solidaridad, compañía y muchas otras cosas.

Obvio, la mayoría de los cultos religiosos han tratado de apropiarse de la institución del matrimonio para poder así, de alguna manera, controlar a sus feligreses.

Que si los casados son más productivos porque no andan de desvelados, que los solteros no sirven por sus vicios, que una mujer sola no es confiable, que bueno, todos y cada uno de los mitos, verdades y mentiras que se han tejido alrededor del matrimonio.

Sin embargo, en algún momento de la vida, allá cuando empezaron las mujeres a estudiar y rebelarse en contra de lo establecido, lo que implicó la liberación femenina, de algún modo empezó a cambiar el papel del matrimonio en la vida de las personas. De repente, ya no era necesario que dos personas estuvieran casadas para tener hijos, lo que por supuesto, va en contra de lo que todavía yo aprendí en la escuela y en la vida, pues una persona soltera de ninguna manera podría tener hijos… bueno, eso supe siempre, hasta que me di cuenta que el matrimonio no es requisito para tener hijos.

De repente, aprendí que además de los hijos, el matrimonio servía para garantizar a las personas el acceso a los beneficios y derechos que previene la, por supuesto, retrógrada ley federal del trabajo, así, con minúsculas, pues no puede pensarse que una ley que de entrada desaparece la institución del matrimonio, sea buena. Pero así es. El Código Obrero reconoce, en el artículo 501, lo siguiente: la persona con quien el trabajador vivió como si fuera su cónyuge durante los cinco años que precedieron inmediatamente a su muerte, o con la que tuvo hijos, siempre que ambos hubieran permanecido libres de matrimonio durante el concubinato. Es decir, si no aparece o no existe una esposa legítima, una concubina es lo mismo. Con eso, si bien se reconoce y se corrige una situación de hecho, se destruye al matrimonio como la base de la familia.

Luego entonces, si los hijos nacen sin casarse, si los derechos de los trabajadores se conceden sin que existan papeles de matrimonio, si además, en materia civil las herencias, legados y demás son independientes del estado civil, ¿Para qué sirve el matrimonio? ¿Cuál es la razón de que ahora, de repente, los grupos de personas con preferencias sexuales diferentes estén peleando por que se reconozca al matrimonio entre personas del mismo sexo como válido? ¿Qué es lo que buscan?

Aquí es donde Usted y yo vamos a tratar de encontrar sentido al problema.

El matrimonio es la unión de un hombre y una mujer para perpetuar la especie. Es decir, no son dos hombres y una mujer o dos mujeres y un hombre o tres y tres o varios o algo así. Además, deberá perpetuarse la especie.

Sin embargo, ¿qué sucede cuando uno de los dos no puede tener hijos? ¿Será válido, acaso, que un defecto físico que incapacite a cualquiera de los miembros del matrimonio a procrear hijos, lo deje fuera del matrimonio? ¿Será correcto que una enfermedad sea suficiente para terminar un matrimonio, porque uno no puede “darle hijos”, como si los hijos los estuvieran dando en alguna parte?

En caso de que ya casados, se descubra un tumor en la matriz de la mujer que le impida tener hijos, ¿será válido que se les permita adoptar uno?

Es decir, de existir una incapacidad para procrear o simplemente porque tienen ganas de tener otro hijo, ¿es correcto se les autorice?

Si logramos contestar que sí a la pregunta anterior, podremos validar la unión entre personas del mismo sexo, ya hombres, ya mujeres, pues de dicha unión resulta lógico no podrán existir hijos más sí, la posibilidad de adoptarlos.

Entonces pasamos al tema de la protección. De manera civil, uno le deja al otro la totalidad de los bienes tangibles, casas, carros, terrenos y demás.

Pero, aquí viene la parte más interesante. ¿Cómo va a poder dejarle derechos laborales a su compañero de vida, ya hombre, ya mujer, es decir, a alguien de su mismo sexo, si dicha unión no está regulada por la ley y las leyes que la empiezan a regular no contemplan derechos para los compañeros de vida del mismo sexo?

Pongamos como ejemplo el caso de dos personas, hombres o mujeres, compañeros de trabajo que por azares del destino vivieron juntos y de manera repentina, se quedaron sin más parientes que su compañera o compañero, según sea el caso y una de ellas sí alcanzó una pensión y la otra no. La que tiene pensión, ¿cómo va a extender la seguridad social de que goza si su compañero de cuarto no es su familiar, no es su cónyuge ni tienen relación alguna? Vamos, ni siquiera han existido relaciones sexuales entre ellas, pues la vida las llevó a vivir juntas, más cada una con sus propios afanes. ¿Acaso lo va a conseguir el nuevo formato de matrimonio que se plantea en varias legislaciones, que podrá darse entre dos hombres o dos mujeres o algo así?

Ojalá recuerde Usted, mi querido lector, que la propuesta que hemos venido manejando previene la seguridad social para cada uno en lo individual y que la forma de transmitir los derechos derivados del fondo de ahorros logrado por una persona, es vía civil, es decir, mediante legado, testamento o herencia, por lo que las cuestiones sexuales, matrimoniales, de unión o de preferencia no tienen absolutamente nada que ver.

Usted podrá dejar el saldo de su cuenta a favor de quien Usted estime conveniente, salvo de aquellos casos en los que tenga esposa o esposo, en los que el cincuenta por ciento, de manera forzosa, será siempre para el cónyuge supérstite, es decir, para el que sobreviva, según sea el caso.

Si lo analiza con detenimiento, verá que no se requiere de un acta de matrimonio para generar derechos, como tampoco dicha acta garantiza los fines primarios de la institución: amor, paciencia, respeto, confianza y demás.

Esos se consiguen cuando se admira a la otra persona, cuando Usted va buscando alguien para hacer la vida juntos, cuando Usted está dispuesto a dar y a darse, no sólo a recibir. Piénselo.

Vale la pena

Me gustaría conocer su opinión.

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

jueves, 17 de diciembre de 2009

2009, otro año que termina.

Cada año va dejando su marca en nosotros, en nuestro entorno, en nuestra vida. 2009 no habría de ser la excepción. Es un año en el que hubo avances, mucha gente consiguió cosas maravillosas, pero la inmensa mayoría vimos derrumbarse parte de nuestros sueños, parte de nuestra fortaleza y parte de nuestras vidas al ver partir a los que amamos, al saber que nuestros bienes de fortuna se redujeron o simplemente, al ver que no crecimos como esperábamos.

Pero una cosa si le digo, mi caro lector: si Usted y yo tenemos la fortuna de saber de esta nota, es porque tenemos vida y eso, debemos agradecerlo al Creador.

México, nuestra casa común, empezó el año con ilusiones, con ganas y entereza, tanto, que creímos estar protegidos de cualquier amenaza externa, pero ya hemos visto que no, que no somos inmunes y por el contrario, una vez más se comprobó que mientras no seamos autosuficientes en materia de alimentos, en lo económico, en cuestiones de tecnología, vamos a seguir siendo vulnerables a los ataques del exterior.

También hemos visto caer a los más grandes que, por confiar de más en sus propias fortalezas, olvidaron que Goliat siempre tiene a un David acechándolo y éste, ha de buscar la primera oportunidad para hacerse presente.

México, que carece de fortalezas visibles en las áreas que ahora se consideran más valoradas, léase nanotecnologías, robótica, cosas de esas, tiene en cambio, unas reservas insospechadas de valor incalculable y que no han ponderado nuestros líderes: su gente, su cultura, su idiosincrasia. La población mexicana, el obrero y el profesionista, el artista y el aprendiz, el maestro y el alumno, vamos, los extremos que amalgaman el México que queremos pero que por ceguera política no hemos podido manejar.

Este 2009 nos maltrató, nos atacó con plagas como la influenza esa que mereció muchos nombres más nunca los que verdaderamente se merecía: pobreza e ignorancia.

Las plagas que flagelaron nuestra tierra, la caída del valor de nuestra moneda, la reducción de los beneficios a nuestros hermanos pues quienes tienen de todo se niegan a compartir con los que de todo carecen, la falta de solidaridad entre hermanos de raza, de cultura y de geografía, a pesar de que unos tengan un tono de piel y otros, sólo la necesidad de hacer la vida, sin tomar en cuenta mas cosa que alimentar a sus hijos, esas plagas, también han de pasar.

México ha soportado y gozado de todo y en ese todo, van los gobernantes que ha tenido. Lo mismo quien vendió la mitad del territorio que quien logró vencer al francés, el mejor ejército del mundo. Los hombres que lograron por primera vez incluir en una Constitución los derechos sociales, que aquellos que consiguieron una corona para un príncipe extranjero o al único que ha invadido a Samuel. De todo hay en la viña del Señor.

Y ese todo, señores, es México. Nuestra patria que ahora ve cómo termina un año que muchos quisiéramos que ya se hubiera ido, para dar cabida a ese 2010 que aparece en lontananza como la suma de todas nuestras esperanzas, como la luz del faro que ha de guiarnos por aguas turbulentas, seguros de que el timón está en buenas manos.

2009 se está acabando. No nos cumplió en nuestras expectativas ni permitió que hiciéramos nuestros mejores esfuerzos. Nos arrebató la esperanza, nos secuestró el futuro, truncó nuestros sueños.

El año que viene, seguro nos va a traer lo que éste nos negó. Y eso, mi querido lector, es lo que para Usted vaticino, lo que le deseo y lo que espero se cumpla: paz, conciencia social, respeto, alegría por la vida, ganas de ser y hacer más, interés en nuestros hermanos, desapego a lo terrenal y que busque siempre lo que alimente su alma.

Si 2010 nos permite lograr nuestros sueños, habremos avanzado y si al final logramos salir avante, podremos decir que hemos vivido un poco más. De Usted depende qué tan contento viva.

Le envío un abrazo.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

lunes, 14 de diciembre de 2009

La influencia de los medios alternos de comunicación.

Desde siempre, las noticias se han dado a conocer por medio de heraldos, que es el nombre que se le brinda a quien notifica, que quiere decir hacer saber, por notus y facere.

El primero, según los dioses del Olimpo, fue Hermes o Mercurio, que inventó la lira y de ahí que los músicos lo tengan en muy alta estima.

Hermes o Mercurio, ha sido desde hace mucho, el nombre que se le da a los encargados de dar las noticias y por mucho tiempo, una vez que los juglares pasaron al desuso por la aparición de los medios escritos de comunicación, fueron los periódicos los principales portadores de la información a la gente.

Uno de los defectos del periódico era que la noticia se conocía hasta el día siguiente, por la necesidad de elaborar el formato del mismo y por ende, había veces en que llegaba con evidente retraso.

Sin embargo, cuando a mediados del siglo pasado se popularizó la “caja idiota” o televisión, empezó a existir la noticia “en tiempo real”, es decir, la posibilidad de que el público se enterara al mismo tiempo de que sucedía la noticia. Empero, no había manera de que hubiera una respuesta inmediata de la audiencia, pues no existía la forma de comunicarse con los demás.

Ahora, la red de redes o internet ofrece la posibilidad, vía los cuartos de contacto o chat rooms, de que lo que una persona o medio publica en su página o en una red social, de inmediato sea retransmitido a todos los demás participantes, agregando cada uno su propio comentario, lo que da la posibilidad de que lo que se origina como noticia, llegue un momento después, ya con comentarios, al destinatario que es capaz de, a su vez, retransmitir la información con su propio agregado.

Ahora, lo que empezó siendo un juego para ver qué ropa usas, a qué fiestas fuiste, cuándo cambias tu coche y demás banalidades, se ha convertido, de pronto, en el principal y durísimo crítico de los gobiernos a lo largo y ancho del orbe, pues si el dictador de tal o cual país, comete un delito u obra en contra de los intereses de su pueblo, a pesar de las restricciones que los mismos gobiernos han implementado en los contenidos a publicar en la red, lo cierto en que nunca fue tan fácil burlar los filtros de los controles de seguridad, pues existen múltiples formas para hacer saber lo que en alguna parte sucede y que ha de interesarle a todo el universo.

Los partidos políticos… esos entes jurídicos que según son del pueblo pero que se apartan cada día más de su razón de ser, ahora empiezan a ver con miedo, con recelo, los intentos de los ciudadanos libres, de los que se niegan a someterse al control de una persona moral ajena a ellos mismos y que además, sea cual sea su color o ideología o ubicación en la geometría política, actúan en contra de los intereses de los pobladores de un país, ahora ya empiezan a buscar la forma de acercarse a los chat’s.

Pero vaya que los ciudadanos libres ya están prevenidos y por ende, le niegan al gobierno y a las formas organizadas, cualquier intento de acercarse y mezclarse con quienes ahora se enarbolan como los próximos paladines de la libertad.

Se han ido creando medios que abren sus espacios a voces disidentes, a voces contrarias, a voces alternas, vamos, se ha producido el libre juego de las ideas y del flujo de la información sin cortapisas, a grado tal, que ya no existe la forma de parar la comunicación vía internet, que ha resultado ser una forma alterna de notificar, con lujo de detalles y sin censura, unos ciudadanos a otros, de lo que a todos afecta.

Ahora bien, si lo que se esparce en la “blogósfera” es una forma de atender un infarto cuando se va solo, o la manera de reaccionar ante un ataque cerebral o muchos otros mensajes que todos hemos recibido varias veces, está bien. No existe ataque a persona o institución alguna. Pero, cuando lo que se recibe es una invitación a acudir a tal o cual lugar a protestar en contra del alza de precio de la luz o por que subieron los impuestos o no quieren soltar a un detenido o cosas así, el gobierno ha de empezar a darse cuenta que cada día más, la sociedad está comunicada y que no existe ya, la forma tan artera de darle atole con el dedo a la población.

Que a pesar de que el gobierno o más bien, los diversos gobiernos, manejan sus presupuestos como la forma de premiar al amigo y castigar al enemigo, lo cierto es que lo único que han logrado es que los medios castigados se salgan de los cauces formales, de la forma impresa y distribuida en las calles y que ahora, como es prohibida y todo lo prohibido es más atractivo, tenga un récord de distribución y por ende, una mayor penetración en la audiencia.

Que si a la gente le da flojera leer algo que está en las calles y que es distribuida como mercancía formal, en cuanto se le dice que está prohibido, se vuelcan al instante a buscar aquello que se les ha retirado.

El mejor ejemplo lo tenemos en la obra de Carlos Fuentes, Aura, la que una vez que fue prohibida y atacada por un funcionario, se acabó en las librerías y la gente la buscó sólo por el morbo de poder leer algo “prohibido”.

Y créame, nada hay que se disfrute más que aquello que nos ha sido vedado.

Y al parecer, los medios alternos están proscritos… y eso, señores, les va a dar mucha más difusión. Y por supuesto, mucha mayor importancia. Créame.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

domingo, 6 de diciembre de 2009

México: País de trabajadores.

Era media mañana, la señora, en casa, apenas terminaba de arreglar las camas, ya había dado de desayunar pero le faltaba hacer la comida, traía recogidas las mangas de la blusa, estaba barriendo y trapeando, tenía al perro ladrando y afuera, el más chiquito de los niños gritaba mientras la madre corría a atender el teléfono. En eso, llega un encuestador a la puerta y le pregunta- Señora: ¿Usted trabaja? obteniendo como respuesta, como arrastrando la voz después de tomar aire y barrerlo con la mirada- no tengo un empleo remunerado.

Esa situación es lo más común en este México nuestro. El papá, la mamá, los hijos adolescentes, los niños y hasta los abuelitos, trabajan y mucho. Pero no tienen un empleo remunerado. Como consecuencia de no tener un empleo remunerado, es decir, un patrón fijo y cierto, que los inscriba en alguno de los muchos sistemas de seguridad social que coexisten en el país, el trabajo de los mexicanos no luce, no les garantiza el ingreso y mucho menos, los derechos que según consagra la Constitución pero sólo para unos cuantos.

La Constitución establece claramente que todos somos iguales ante la ley. Claro, establece también, que para tener derecho a algunos de los derechos que ella misma preconiza, deberán cubrirse los requisitos de ley. Por tanto, la que manda es la ley secundaria.

La ley en nuestro país exige que para tener derecho a crédito de gobierno para una vivienda, deberás haber cotizado tantos más cuantos años en INFONAVIT o FOVISSSTE, de lo contrario, quedas sujeto a los leoninos términos de los usureros o de los bancos, que es casi lo mismo.

La ley señala que todos tenemos derecho a la salud, pero para tener acceso a los servicios públicos de salud de los organismos oficiales, deberás acreditar tener una relación laboral formal. En caso de no hacerlo, podrás acudir al “seguro popular” que a la perfección describiera el Dr. Ángel Guillermo Ruíz Moreno, quien es uno de los máximos conocedores de la Seguridad Social en el país, cuando en la Asamblea Anual de la Academia Mexicana de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social celebrada en Chihuahua, capital del estado del mismo nombre, la describiera diciendo: ni es seguro, ni es popular ni es seguridad social.

Entonces, si el “seguro popular” no sirve, te diriges a los hospitales de la Secretaría de Salubridad, que por ser públicos, carecen de todo. No son de nadie y por ende, a nadie le interesan.

Luego entonces, el derecho al acceso a los servicios de salud está supeditado a leyes secundarias y por ende, lo que dice la Constitución… no vale.

Es decir, los que tienen una relación laboral formal como que son mexicanos de primera y los que se atreven a soñar que solos pueden hacer la vida, están condenados al fracaso, pues si no logran entrar a las listas de la revista esa que lleva la cuenta de los 500 más ricos, sin importar el giro a que se dediquen, no van a salir bien.

Pero los mexicanos somos un pueblo de personas que lucha, que hace el esfuerzo pero que se pierde en la bruma de la falta de definición. Si Usted compra una casa para su familia, a veces, sólo a veces, hace el cambio de propietario y la pone a su nombre. Lo más común es que la deje a nombre del señor que se la vendió, hace apenas… ¿Veinte? ¿Treinta años? No me va a dejar mentir, pues si no es Usted, sí uno de su familia así compró su casa y no ha hecho el cambio de propietario.

Cuando menos, si Usted ya lo hizo, no ha cambiado el nombre en el recibo de la luz o del cable o del teléfono o de cualquier cosa. No ponemos nuestras cosas en orden.

Igual. Usted trabaja y mucho pero el patrón no le da seguridad social o Usted le pide que no lo inscriba en el seguro, al cabo que nunca lo necesita… hasta que recibe una descarga eléctrica y va a parar incapacitado de por vida y sin servicio médico. Claro, su patrón arregló el problema con unos pesos pero… ¿Usted?

Ahora imagínese que todos tuviéramos los documentos en orden para poder pagar a nuestro nombre. Que todos tuviéramos derecho a seguridad social en base a nuestro gasto, no a nuestro ingreso. Que la diferencia entre trabajo y empleo ya no existiera, más que como recuerdo. Que todos pudiéramos acceder a servicios de salud por el sólo hecho de ser mexicanos. Imagínelo.

Ya existe, ya está planteado y está a sus órdenes. Es tan fácil como que en cada operación de compra que Usted haga, pase una tarjeta deslizable que le sirva para que el equivalente a dos o tres puntos del IVA se depositen en una cuenta de ahorros a su nombre, que le generaría los fondos necesarios para tener derecho a servicio médico y a pensión, cumpliendo los sesenta años. Piénselo.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.
Mexicano.

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sábado, 28 de noviembre de 2009

¿Para qué sirven los sindicatos?

Hoy quiero presentar a Usted un tema controvertido, que ha sido origen de ríos de tinta y que ha satanizado a quienes pertenecen a los sindicatos, sin saber a ciencia cierta de lo que se está hablando.

Primero que nada, debemos puntualizar lo que nuestra Ley Federal del Trabajo define como sindicato, lo que habremos de encontrar en el Título Séptimo, Relaciones Colectivas de Trabajo, en el Capítulo II, precisamente en los artículos del 356 al 359 y que para Usted, me permito reproducir:

CAPITULO II
Sindicatos, Federaciones y Confederaciones
Artículo 356. Sindicato es la asociación de trabajadores o patrones, constituida para el estudio, mejoramiento y defensa de sus respectivos intereses.
Artículo 357. Los trabajadores y los patrones tienen el derecho de constituir sindicatos, sin necesidad de autorización previa.
Artículo 358. A nadie se puede obligar a formar parte de un sindicado o a no formar parte de él.
Cualquier estipulación que establezca multa convencional en caso de separación del sindicato o que desvirtúe de algún modo la disposición contenida en el párrafo anterior, se tendrá por no puesta.
Artículo 359. Los sindicatos tienen derecho a redactar sus estatutos y reglamentos, elegir libremente a sus representantes, organizar su administración y sus actividades y formular su programa de acción.

Es decir, un sindicato lo mismo puede ser de patrones que de trabajadores y nunca se habla mal de lo sindicatos de patrones, que son las Cámaras en que se reúnen los empresarios para la defensa de sus intereses comunes, que tienen instalaciones, que pagan empleados, que son propietarios de vehículos para transportar a sus agremiados, entre ellos, algunos de las marcas más exclusivas del mundo, de esos en los que sólo para recibirte el coche para mantenimiento, te piden las perlas de la virgen, como si fuera carro de líder sindical… que como puede verse, es exactamente lo mismo.

El artículo 359 establece la libertad a los sindicatos de elegir libremente a sus representantes, de organizar su administración y sus actividades y de formular su programa de acción.

Lo anterior significa que nadie ha de ordenarle a un sindicato, ya de patrones, ya de trabajadores, a qué habrá de dedicarse, qué coches comprar, cuánto cobrarle a sus agremiados ni nadie tendrá facultades para vigilar su gasto, pues el dinero que manejan es dinero de sus socios y sólo sus socios podrán exigirle que rinda cuentas. Aplica lo mismo para sindicato de patrones que para de trabajadores.

Por ende, ya sabemos que nadie debe inmiscuirse en los asuntos internos de la vida de los sindicatos, pues nadie está facultado para hacerlo, conforme a la legislación vigente en nuestro país. Y así ha de ser, pues es una simple suma de individualidades que conforme al contrato social planteado por Juan Jacobo Rousseau asumen la protección y defensa de sus intereses, ya patrones, ya trabajadores, ante quien pretenda afectarlos.

El patrón, vigila que no existan robos en sus fábricas y que los obreros se ajusten a lo que establece la ley en su actuar. Es válido y es correcto.

El obrero, vigila que el patrón cumpla con lo que está estipulado en la ley a favor de sus propios agremiados, como sería que se respete la jornada de ocho horas, el goce y disfrute de vacaciones, el pago de aguinaldos, que las horas extras se trabajen y se paguen conforme a la ley y demás situaciones que siempre existen en la vida normal de las empresas.

El problema aparece cuando al obrero se le olvida que hace tiempo, mucho o poco, según sea el caso, otros obreros ofrendaron sus vidas y se colocaron como proscritos, para lograr que lo que ahora deberían disfrutar, se otorgara.

Es decir, hubo una vez un grupo de mineros que promovió una huelga en Cananea para exigir cosas que en su momento fueron calificadas como absurdas: jornada laboral de ocho horas, no al trabajo de los menores, descanso semanal y cosas por el estilo. Ahora, se les recuerda cada día primero de mayo, pero la mayoría de nuestros obreros sólo saben que es el Día del Trabajo pero no la razón de que se festeje. No lo saben.

La huelga de unos trabajadores petroleros produjo como consecuencia el Decreto de Expropiación y por consecuencia, que los bienes derivados del oro negro pasaran a propiedad de la nación.

Otra vez, hubo unos ferrocarrileros que estallaron una huelga en 1958 y lograron cambiar el curso de la historia de nuestro país. Ahora, ya los ferrocarriles se vendieron y su sindicato… su sindicato no tiene ni tuvo los arrestos necesarios, como las legiones romanas, para defender su empresa.

Es decir, los sindicatos, con líderes combativos al frente, han logrado conquistar a favor de los trabajadores, lo necesario para poder vivir con dignidad.

Cierto, no se vale restarle méritos a algunos gobernantes y empresarios que por sí mismos han generado cambios, como la Ley de Riesgos de Trabajo que promulgara Bernardo Reyes en Nuevo León en 1906 antes, mucho antes de que naciera la Constitución de 1917 y por supuesto, mucho antes de que algunos países adopten esa figura, que de hecho, en algunas latitudes aún no se reconoce. No tienen sindicatos, buenos sindicatos. Debe dársele el mérito a un mexicano por haber sido pionero al respecto.

También, algunas de las figuras más avanzadas de la seguridad social se entregaron o establecieron por los industriales del país, por su cuenta, como son la dotación de vivienda de los grandes grupos empresariales del norte de México, la Fundidora ya desaparecida, la Cervecería y otras, que más de un regiomontano vive en una casa de las que se construyeron muchos años antes de que se crearan el INFONAVIT y todas esas figuras, por lo que reitero, no debe escatimarse el reconocimiento.

Sin embargo, también es cierto que a la fecha, muchas empresas se niegan a tener tratos con los sindicatos, que los medios de comunicación satanizan a los sindicatos, que los actores políticos, esos que ya llenaron sus alforjas y aún quieren más, los critican hasta la saciedad y la gente, esa que sólo acostumbra leer los chismes de la farándula, está de acuerdo en que intervengan, fiscalicen, auditen y desaparezcan a los sindicatos.

La pregunta será: ¿Han servido los sindicatos?

La respuesta: Si Usted o alguien de su familia tiene un empleo formal, con seguridad social, con jornada laboral de ocho horas, con pago de horas extras, con reconocimiento de antigüedad, con pago de vacaciones y aguinaldo conforme a la ley, vamos, con lo necesario para que su empleo le proporcione lo mínimo para una vida digna, es porque hubo un sindicato que arrancó esos beneficios.

Ahora bien, si Usted o alguien de su familia es de los que critican a los sindicatos por rateros y corruptos y a los líderes por sus camionetas y todo su boato y lujo pero en su mesa no hay pan, su patrón lo hace trabajar más, mucho más de ocho horas diarias, no tiene acceso a Seguro Social, no le pagan ni vacaciones ni aguinaldo, no genera antigüedad o al final de cada ilegal contrato le liquidan el “tiempo laborado”, es porque Usted no pertenece a un sindicato o si está afiliado a uno, es uno que obedece al patrón, no a los intereses del obrero, así se gaste el dinero en carros y pulseras y relojes de lujo.

Igual, si en su empresa le pagan con vales o bonos o papelitos en lugar de dinero en efectivo, papelitos que sólo puede gastar en las empresas del patrón, es porque su sindicato está coludido con quien debería ser el mejor proveedor del obrero. Es más, ya la Corte decretó inconstitucional que a Usted le paguen con papelitos. Lo equiparó a las tiendas de raya del tiempo de Don Porfirio.

Los seres perfectos no existen. Los líderes perfectos, tampoco. Lo que tenemos que hacer, es encontrar las formas de controlar el gasto de los líderes, no de los sindicatos. Pero de que sirven, sirven.

Voces mexicanas se han pronunciado en ese sentido, como Pablo Franco de la Unión de Juristas de México y muchos otros, principalmente los que se dedican a difundir información en las vías alternas, como todo lo que se maneja por la red de redes o internet, que ha encontrado ahí los espacios que los sectores establecidos han abandonado por desidia.

Y si gusta un mejor ejemplo, busque a James Riddle mejor conocido como Jimmy Hoffa que logró que los salarios de los trabajadores del volante en los Estados Unidos de Norteamérica alcanzaran niveles de decencia. Conste, no vivió en México y usaba sólo carros ostentosos. Pero cambió la historia de los trabajadores en Estados Unidos.

Aquí, seguimos necesitando líderes obreros y sindicatos que defiendan al empleado y por supuesto, estadistas y empresarios que piensen que lo primero, es México, es decir, que México debe salir adelante.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.
Mexicano.

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viernes, 27 de noviembre de 2009

De las formas de encarar los problemas.

Entre los muchos correos que recibo me llegó uno en que se plantean tres problemas diversos y cuando menos dos soluciones a cada uno: una, la que corresponde a quien tiene todos los recursos del mundo, que pretende hacer las cosas conforme al librito, sin pensar que puede existir otra salida mejor.

Otra, la del que carece de todo y sabe que los únicos recursos con que cuenta son su capacidad, sus ganas y su deseo de que las cosas se hagan.

Hoy sólo les planteo el primero de ellos. Los otros están en mi blog VALE LA PENA, del que espero ya tengan la dirección electrónica.

Problema 01.
Cuando la NASA comenzó con el lanzamiento de astronautas al espacio, descubrieron que los bolígrafos no funcionarían sin gravedad (o con gravedad cero), pues la tinta no bajaría hasta la superficie en que se deseara escribir.
Solución a) resolver este problema, les llevó 6 años y 12 millones de dólares. Desarrollaron un bolígrafo que funcionaba: bajo gravedad cero, al revés, debajo del agua, prácticamente en cualquier superficie incluyendo cristal y en un rango de temperaturas que iban desde abajo del punto de congelación hasta superar los 300 grados centígrados.
Solución b) ¿y qué hicieron los rusos? ¡Los rusos utilizaron un lápiz!


Como puede advertirse, los primeros hicieron que un producto, el bolígrafo, funcionara a cualquier costo. Los segundos, los rusos, cambiaron el formato y encontraron una solución lógica, correcta, válida y aceptable.

A veces o casi siempre, conforme los veo actuar, siento que nuestros gobernantes están aferrados a lograr que el bolígrafo funcione, con el SME en contra, con todos los sindicatos en contra, con los patrones en contra, con la población y la sociedad civil en contra, con los campesinos, obreros, militares, religiosos, policías y demás, en contra. Vamos, creo que ya hasta los maleantes, los que tienen declarada la guerra formal, están en contra. Cuando menos, los del comercio informal, están en contra. Se requiere una gran capacidad y tenacidad para lograr tener a la totalidad de la población, en contra.

Es como el caso de aquél que iba escuchando la radio y oyó que el noticiero dijo: “va un loco en contra por el periférico” y nuestro héroe dijo:- ¿uno? ¡Vienen un chorro! ¡Es que el que iba en contra era él!

Así está el Gobierno. Va en contra de todos y de todo.

Que cinco galardonados con el Premio Nobel vengan y te digan que tu trabajo está mal hecho, por amor de Dios, lo que tienes que hacer es tratar de corregirlo. No te aferres a tu error. Eso se llama soberbia y es pecado. Sólo estarás cavando tu tumba.

Si son los impuestos, todos opinamos que no se vale cargarle todo el peso del problema a los pocos, poquísimos causantes cautivos y eso fue lo que hicieron.

Si son los sindicatos, todos opinaron que los problemas internos de los sindicatos son de ellos y nadie, por ningún motivo, puede inmiscuirse. Ya los están tratando de auditar órganos de gobierno cuando la persona moral “sindicato” es ajena, distinta y diversa de sus líderes. ¿Quieren moderar los excesos? Pregunten por las declaraciones de impuestos de los líderes. Si los bienes son del sindicato y están a nombre del sindicato, comprados con las cuotas pagadas por un millón de afiliados, es dinero legítimo, son compras legítimas, de mal gusto, si Usted quiere, pero eso no es lo que está sujeto a revisión, en suma, es dinero y cosas compradas con activos de una persona moral contemplada en la ley y por ende, no puede ser auditada en los términos que proponen. ¿Quieren hacerlo de otro modo? Cambien la ley. Así de fácil.

Si la crítica es contra los empresarios, éstos tienen razón. La culpa no es del indio, si no de quien lo hace compadre. Si la legislación actual permite que se deduzcan de impuestos los donativos y las inversiones y algunas otras cosas y los empresarios, que están para hacer empresas, para emprender nuevos caminos, para emprender nuevas batallas, utilizan esos resquicios legales, el error es del gobierno.

Como en el caso del mal gusto de los sindicatos, lo que se juzga aquí es legalidad, no moral o ética o decencia, que de eso no estamos hablando. Algunos empresarios las conocen y de hecho, presentan Códigos de Ética en sus empresas pero permiten que el que de entre sus trabajadores les roba el dinero a los demás trabajadores siga laborando y que el obrero que se atreve a elevar la voz porque siente que le están robando lo suyo, sea despedido.

Estamos juzgando legalidad, no conciencia, no valores éticos, no respeto a sí mismos y al país. No estamos poniendo en tela de juicio la seguridad de que esos pocos malos empresarios no habrán de saber qué decirles a sus hijos, educados en Europa o en Academias de Estados Unidos o allende nuestras fronteras, el día que les recriminen haber defraudado a sus trabajadores o a los mexicanos, en el caso de que además de ser empresarios, hayan sido políticos. Eso, no es el fin de la presente nota.

Si el Gobierno quiere incrementar la recaudación, obtener el favor y la simpatía del pueblo, a pesar de cobrarles impuestos, si desea conquistar respeto, no comprarlo, pues el respeto, como casi todas las cosas que valen la pena, no se compran con dinero, es tan simple como buscar un lápiz y dejar de gastar en una pluma que no sirve, que no va a servir y que nunca servirá.

Además, los que los ven batallar con la pluma y saben de la existencia del lápiz, están soltando unas carcajadas que hasta yo las escucho.

Créame, ya existe la solución, fácil, lógica, barata, que deja satisfecha a todos, que cambia el rumbo de las cosas, que permite al Gobierno recaudar lo que necesita y más, pero bajando las tasas de IVA e ISR, desapareciendo los bodrios esos IETU, IDE y demás engendros, tratando de no ser grosero al referirme a ellos.

¡Es tan fácil! Si tan sólo hicieran caso…si se dejaran ayudar…

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.
Mexicano.

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sábado, 21 de noviembre de 2009

Festejando la Revolución.

Antes, el 20 de noviembre de cada año se festejaba el Aniversario de la Revolución Mexicana, gesta heroica que según aprendimos, nos dio las libertades y derechos de que ahora gozamos los mexicanos.

Sin embargo, al paso del tiempo y de usar la palabra, como que se fue desgastando y se perdió el origen del significado de revolución. Vamos, se perdió hasta la fecha, pues ahora se festeja el tercer lunes de cada noviembre o el segundo martes o el último viernes o algo así. Es más, se festeja cuando se necesita un motivo para día de asueto.

Comentaba en una charla de café ¿qué es una revolución? y las respuestas fueron: un cambio violento, lucha intestina, guerra entre hermanos, modificación de los patrones sociales y otras cosas por el estilo, todas correctas.

La pregunta hoy y es lo que siento ha de movernos, ¿Cuáles son las condiciones a cambiar? ¿Para qué es el cambio? ¿Qué se busca?

Nada más imagínese Usted, mi querido lector, un país en el que los pobres no tengan acceso a seguridad social, a educación, a jornadas laborales decentes, a servicios de agua potable y electrificación, a vías de comunicación, a créditos para empresas y cosas por el estilo. En el que los dueños de las empresas les paguen con “vales” canjeables en las propias empresas del mismo dueño, lo que en buen cristiano se llama “Tiendas de Raya”.

Cierto, siempre hay algunos “ilustrados” que tratan de redimir al pueblo o de buscar un cambio en sus condenas de vida o peor aún, algunos que usan a los pobres como escudo para lucrar en su favor.

Todo eso, además de que el inculto, carente de educación, iletrado, pordiosero, mendigante, paria, “Los Olvidados” según Luis Buñuel, como que huelen mal y no es “nice” tenerlos cerca.

Mejor confinarlos en un área apartada, hacer como que no se ven y si es posible, ocultarlos tras bardas y árboles y muros que los tapen.

La “gente bien” no tiene necesidad de tratar con los “De Abajo”, según Mariano Azuela, al fin y al cabo no producen más que problemas. Son unos verdaderos revoltosos, dice la gente que sabe vivir bien, al estilo francés o cuando menos, según las normas de mercado americano.

También ha de tomarse en consideración, para una revolución, que el Gobierno, al imponer la paz, ha de hacerlo de manera que la gente esté convencida de que es bueno para ellos lo que sugiere “papá gobierno” y no, que exista resquemor entre la sociedad por las afrentas que el propio gobierno comete en contra de sus ciudadanos.

Una sociedad sin prensa libre, con su prensa maniatada, como puede ser “El Hijo del Ahuizote” antes o la Revista “Fórum” ahora, produce que se busquen cauces paralelos a lo formal para desahogar la necesidad de comunicarse, de hacerle saber a los demás integrantes de la sociedad, lo que les está afectando a todos.

Una sociedad en la que el gobierno grava con impuestos absurdos, contrarios a la productividad, como el de las ventanas de Santa Ana o los depósitos en efectivo de ahora, lucha como Robin Hood para quitarse al Juan Sin Tierra que lo afecta.

Una sociedad que sufre día a día, en carne propia, las afrentas de una clase social que prefiere ocultar bajo perfumes franceses y novelas color de rosa o telenovelas, la realidad que huele mal, que hiede, que apesta y que no logra mitigarse por más francés que sea el perfume o de los que ahora se expenden a ciencia y complacencia de las autoridades en el cada vez mayor “comercio informal”, es una sociedad que va a buscar, a la menor provocación, la forma de encontrar, no quién se la hizo, si no quién se la pague.

Un obrero molesto y desesperado que siente, porque el derecho se siente, que le están esquilmando sus derechos, va a irse a la huelga como los mineros de Cananea de 1906, que a la larga se convirtieron en héroes, o como los del Sindicato Mexicano de Electricistas que si bien es cierto tenían buenos salarios, sólo eso, nunca disfrutaron de los increíbles e inmensurables beneficios de la clase dorada o como se les llame a los verdaderos favorecidos con las bondades de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro.

Ahora bien, si analizamos el estado actual de las cosas, podremos llegar a la conclusión de que cualquier coincidencia entre la situación del México de 1910 y la situación actual, es mera realidad.

Por tanto: ¿Qué festejamos? ¿Sirve de algo levantarse en armas? ¿Así han de seguir las cosas? ¿Necesitamos otra revolución?

No me gustaría ver a mi país desangrarse, ni con pleitos entre hermanos, ni con luchas intestinas, ni con cambios violentos que sólo van a engendrar más cambios y peores situaciones para todos.

Quiero ver un México unido, fuerte, laborioso, guiado por sus mejores hombres, patriotas, valientes y honestos, auténticos, en una palabra, por alguien que represente a los mexicanos como sabemos ser.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.

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lunes, 16 de noviembre de 2009

XV Congreso Anual “La Seguridad Social ante la Recesión Económica”.

Hace ya varios años he tenido la oportunidad de asistir a los Congresos Anuales de Profesionales en Seguridad Social, PROSESO por sus siglas, que son un grupo de mexicanos preocupados por los avances de la Seguridad Social y por supuesto, por las trabas y vallas que el gobierno ha venido instalando en su actuar.

Este año no fue la excepción y asistí, desde temprana hora, conforme a la costumbre de los que, como los de PROSESO, parecen abejitas que laboran desde antes que salga el sol. Por eso ganan dinero, por eso viven bien. Les luce lo que trabajan por que lo hacen con gusto y con pasión, con fervor, con entusiasmo, como buenos regios.

¿Los ponentes? Si bien fueron distintos en sus nombres, fueron lo mismo que otros años. Excelencia en su máxima expresión.

Pero ahora me encontré con una cuestión distinta. Una forma diferente de ver las cosas. He tomado conciencia de lo que significan el trabajo decente y la empresa social, como conozco también, lo que es una organización social en busca de mejores formas de vida. Eso, lo sé por mi formación profesional porque he buscado estar al día en las cuestiones de empleo.

Pero me llamó la atención y mucho, más de lo que Usted, mi querido lector, se pudiera imaginar, que en una asociación formada y derivada de patrones, que en un grupo de excelencia o tal vez por ser un grupo de excelencia, se trajeran a colación los temas más modernos y lo más avanzado que en el mundo existe en cuanto a las formas de pensar la empresa, de creer la empresa, de sentir la empresa.

Imagínese Usted, mi querido lector, que en un Congreso donde en teoría se ha de buscar la forma de lograr ahorros para las empresas, así como la manera de obtener más con menos esfuerzos, se hable de ir en pos de empresas que no produzcan utilidades o que el empresario renuncie a dichas utilidades.

Pero así fue.

Empezamos con que el papel, las hojas, en que se encontraba impreso el material a usar era todo, absolutamente todo, reciclado al cien por ciento y sin demérito alguno. Nos demostraron en los hechos, que el papel reciclado si puede jugar un buen papel en la vida moderna. Explicaron que no se atora en la impresora, que no huele feo y no sé cuántos otros detalles más, detalles de los que yo, ni siquiera había oído hablar. Vamos, pasé de la ignorancia absoluta en el tema a tener conocimiento de la solución a los más finos detalles y problemas del asunto. Una gran diferencia. Además, me lo dieron por escrito y lo entregaron a diestra y siniestra. Como que están seguros de lo que están haciendo.

El primero en hablar fue el Dr. Eduardo Macías Santos, Director de Asuntos Religiosos de Gobierno del Estado de Nuevo León pero igual podría haber tenido cualquier otro puesto. Se refirió al rescate del sistema de pensiones. La currícula del Doctor es impresionante y por supuesto, sabe de todo y más, mucho más, de Seguridad Social. Lo que a mí en lo personal me llenó de orgullo, es que se haya referido a mis libros “MÉXICO DEBE SALIR ADELANTE”, como un esfuerzo serio y como dignos de ser leídos. El autor del elogio es la medida del mismo. Y el Dr. Macías es un personaje.

El Dr. José Lee Hidalgo, Director del Instituto Superior de Estudios Tributarios se refirió a la Seguridad Social en decadencia y presentó un cuadro devastador, una radiografía espeluznante del estado actual del sistema de pensiones y explicó las razones de la quiebra a futuro de dichos sistemas. Y vaya que tiene razón. Yo añadiría que el mundo está poblado por humanos, por pensantes, con ilusiones y con empatías que son capaces de derrotar cualquier pesimismo y también, lo relativo a las pensiones. Cuestión de buscar una nueva forma de manejarlas y le podremos dar la vuelta a la hoja de la desesperanza.

Lo siguiente, fue el video del grupo Copamex en donde explicaron las razones y motivos de los nuevos proyectos de papel y su forma de lograrlos, tratando de ser amigables con el planeta. Muy apropiado.

Continuó en el uso del micrófono la enviada del Infonavit, quien explicó los detalles y nuevas fórmulas que el Instituto utiliza para acercarse a sus clientes, los trabajadores. Y vaya que han desarrollado inventiva.

Antes del receso para la comida, se celebró el panel en el que tuve en honor de participar, junto con el Ing. Ignacio Saldaña Paz, Director de Inversiones Banorte Generali y el Lic. Sergio Méndez Centeno, Director de Inversiones Afore XXI y en el que el moderador lo fue Felipe Espinoza, quien me ha distinguido con su afecto desde hace tiempo.

Había preguntas específicas y fuimos dando respuestas puntuales, cada uno, desde nuestra óptica, por lo que no siempre fuimos coincidentes pero eso sí, siento que hubo buena disposición y rectitud de ánimo, por lo que los presentes disfrutaron de un encuentro de ideas con claridad y de buena fe.

El tema del Ing. Ramón Ruiz fue: “Premios Nobel, Empresas Sociales y el Futuro del Capitalismo”, con una presentación en la que se refirió a la Madre Teresa de Calcuta, al Papa actual, a varios prohombres de la era moderna y a los logros de un sinnúmero de personajes que han logrado un Premio Nobel de Economía desde un punto de vista que va buscando la forma de lograr que el hombre se preocupe por el hombre, ya no sólo por el dinero. Planteó varias empresas de éxito en las que la finalidad migró, de conseguir dinero a conseguir bienestar, lo que es distinto y vaya que demostró, con hechos, que tiene razón.

Entre otros, se refirió a una empresa de tenis que produce unos iguales a los de las principales marcas de éxito en Estados Unidos y que se venden a mas o menos el mismo precio. La diferencia es que ellos ofrecen donar un par de tenis para los niños descalzos de la India por cada par de tenis que les compren en Estados Unidos. Y ya superaron en ventas a todos los demás.

Como que ser gente decente reditúa.

Al terminar la muy brillante exposición del Dr. Huesca, que se refirió a “El Bien Común en el Campo de la Seguridad Social”, ponencia muy interesante, acudí a felicitarlo y estábamos junto a la puerta de acceso al Salón Europa, en Cintermex, ese maravilloso e imponente espacio de Convenciones que orgulloso muestra Monterrey, cuando se acercó a nosotros una persona y le espetó a bocajarro al Maestro Francisco Javier Huesca Formento: -¿Por qué incluye a Dios en sus discursos, en sus intervenciones? El Maestro de inmediato contestó: - Porque tres veces he estado a punto de morir y me he salvado de milagro, no hay otra explicación y por eso creo en Dios.

Obvio, aquello era lo menos apropiado para una conferencia de Seguridad Social, de la que el Maestro Huesca Formento y todos los que intervinieron saben y mucho, pero me llamó la atención precisamente por lo inapropiado de la pregunta. De hecho, yo escuché la Magistral Ponencia y no siento que haya sido una alabanza a Dios, si acaso, lo citó, como pudo haber citado a otra persona.

Y por ese rumbo fue la totalidad de la experiencia, que por cierto, fue aleccionadora.

Siguieron el Ing. Eduardo Sabates Herrera y el Lic. Tomás Natividad Sánchez, que hablaron de Cómo lograr en tiempo de crisis que la Seguridad Social no afecte a la empresa y de las Reformas a la Ley Federal del Trabajo, respectivamente. Sin embargo, con eso de que tenía que ir a la escuela a clases, ya no pude quedarme a oírlos, como hubiera sido mi intención y mi gusto. Ya pregunté y supe que estuvieron más allá de las expectativas.

En suma, un logro más, un nuevo congreso en el que PROSESO rebasa lo que se esperaba, en el que se aprende y por supuesto, una nueva oportunidad de buscar una mejor vida para todos.

Y por supuesto, ahí vamos. Vamos buscando juntos la mejor forma de hacer las cosas, de sacar la vida, de lograr el mejor esfuerzo.

Vale la pena.

Me gustaría conocer su opinión.

José Manuel Gómez Porchini

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domingo, 8 de noviembre de 2009

Dr. Carlos Canseco González.

Dr. Carlos Canseco González.

Trascender implica ir más allá, rebasar los límites de la experiencia posible, lograr que los afanes de vida traducidos en nuestras obras sean recordadas, en suma, conseguir dejar una impresión en la gente, de nuestro ser y hacer.

Eso se logra consiguiendo erradicar una enfermedad de la faz de la tierra o siendo funcionario gubernamental de muy alto nivel o fundando un club de fútbol profesional o bien, siendo el único mexicano que presida un organismo como el Club Rotario a nivel internacional o cosas así.

En esta ocasión vengo a hablarle a Usted de Carlos Canseco González, Mexicano, que participó y dirigió los equipos con los que logró erradicar no una sino dos enfermedades del mundo: la viruela y la poliomielitis; que fue Secretario de Salud en Nuevo León, no una, sino dos veces, en dos sexenios distintos; que participó de manera decisiva en la fundación, no de uno, si no de dos clubs de fútbol profesional: los Rayados de Monterrey y los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León; que presidió a los Rotarios a nivel Internacional y consiguió ser reconocido como una Organización No Gubernamental con el peso suficiente para que los países del mundo lo apoyaran es sus cruzadas a efecto de erradicar la poliomielitis y la viruela, enfermedades que tal vez muchos de los lectores no hayan oído nombrar pero que a los que sumamos ya ciertos años, nos tocó ver y saber que alguien cercano las sufría.

Las muletas que acompañaban a los niños de la escuela, con su paso claudicante y sus piernas sin fuerzas, eran un baldón a los hombres, eran un grito de rebeldía y de impotencia que no podía seguir siendo. Y él las eliminó para siempre.

Yéndome a los lugares comunes ya trillados, podría hacer una semblanza de toda su obra y llenar dos, tres o más libros. Así de importante fue su producción y su vida misma. Igual, podría decir que como Catedrático Universitario impresionaba por las anécdotas que contaba, por su corbata de moño y lo muy extenso de sus conocimientos. Entre sus alumnos había la seguridad de que el Maestro sabía lo que le preguntaran y que además, no necesitaba recurrir a los libros. Al menos, así me lo confesó uno de ellos, que por cierto y por modestia, se negó a que revelara su nombre.

Pero quiero ir más allá de lo establecido, de lo trillado, de las frases hechas. Quiero destacar el hecho de que sin ser de Monterrey, aquí se desarrolló y armó su vida.

Efectivamente, el Dr. Canseco siempre se sintió de Tampico, en Tamaulipas, es decir, otra tierra con otros fines y otras necesidades. Viajó a la Ciudad de México a estudiar y al tiempo, se fue al extranjero a perfeccionarse. Cuando regresó, llegó a Monterrey pues consideró que ésta sería la tierra ideal para aplicar lo que había aprendido y aquí ubicó el asiento principal de sus negocios, sin perder nunca de vista la tierra en que creciera.

Y eso es lo que hace grande al hombre.

Aceptar y reconocer que somos ciudadanos del mundo, que lo que un día fue frontera y límites, ahora es el puente, el lazo de unión entre los pueblos y por la humanidad y ya no por Tamaulipas o Nuevo León o México o América se debe luchar, se debe luchar por el mundo, por la aldea global en que nos ha tocado vivir.

Y Carlos Canseco González así lo entendió, cuando luchó por erradicar a la polio de la vida de los hombres, pero no sólo de su tierra, de su Tampico, como lo hubiera hecho uno con estrechez de miras, no, él buscó la forma de hacerlo en el mundo entero y el Club Rotario le proporcionó el vehículo necesario para hacerlo.

Obvio, los homenajes a su persona abundaron en vida, tanto en México, donde recibió Doctorados Honoris Causa por las más importantes Universidades, como en América Latina, donde la Organización Mundial de la Salud lo nombró en 2001 “Héroe de la Salud Pública de las Américas” y a quien la Universidad de Guadalajara propusiera para recibir el Premio Nobel. A ese grado llegaron sus méritos.

Y estamos hablando de una persona que vivió en Monterrey, que viajó siempre a Tampico, la tierra de sus padres y su familia, que en Ciudad Juárez, Chihuahua, se erigió un monumento a su persona, como igual han hecho Puebla, Saltillo, Torreón, Laredo, Tampico, Reynosa y muchas otras ciudades.

Carlos Canseco González trascendió, marcó su ruta en el mundo y existen muchos que siguen sus huellas. Lo hizo en múltiples afanes de la vida, pues también fue regidor del Ayuntamiento de Monterrey… como si no tuviera otra cosa más importante en qué ocuparse.

Pero siempre se consagró a buscar el bien de los demás y obtuvo, a cambio, la maravilla del bien propio. Eso es la vida. Buscar hacer lo mejor que se pueda con los dones que has recibido. Ya los tienes, lo que falta es trabajarlos. Y el Dr. Canseco, los logró al máximo. Ese es otro ejemplo que deja de su vida. Además, el Ayuntamiento de Monterrey ha instituido una medalla en su honor, cada 23 de octubre, a un médico destacado.

Vale la pena.

Me gustaría conocer su opinión.

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

Esta nota, palabras más, palabras menos, aparece en la Revista Players of Life, en su edición de noviembre de 2009

domingo, 1 de noviembre de 2009

Cambios de diseño.

Las personas y las cosas nos muestran una forma que, a veces, es distinta de lo que en el fondo son.

Es decir, a veces vemos a alguien y nos lo imaginamos de una forma y resulta ser que su verdad es distinta. Otras veces, son cosas lo que observamos y resulta que su utilidad o fin práctico es muy distinto de lo que pudiéramos haber soñado.

Hoy, Nuevo León presenta a los cuatro vientos caras nuevas y al parecer, nuevos estilos de hacer las cosas.

Ha concluido la contienda electoral y los ciudadanos eligieron al mejor, al menos malo o al único que estimaron aceptable. Vaya Usted a saber. Lo único cierto es que tenemos nuevo Gobernador y Alcaldes también nuevecitos.

Algunos de los alcaldes, ya con experiencia en el mismo puesto y ciudad y otros, en el puesto pero en ciudades distintas. A muchos de ellos tuve oportunidad de escucharlos presentar sus planes de trabajo con Ervey Cuéllar, en Vertebra, organización que busca lo mejor para la sociedad.

Los que se fueron, o cumplieron o dejaron las cosas a medias. Ya la Historia y sus conciudadanos habrán de juzgarlos.

Los que van llegando, tienen en sus manos la muy alta oportunidad de formar parte del cambio que México requiere para salir adelante.

Esperamos, todos los mexicanos, que nuestros funcionarios públicos dediquen sus esfuerzos a sacar adelante al país, a buscar lo mejor para todos, a luchar por cambiar, para bien, el estado de las cosas.

Creo firmemente, como la inmensa mayoría de los mexicanos, que ya no es tiempo de que los servidores públicos se sirvan del público. Que ya no es hora de que abusen y lucren con los puestos que tienen oportunidad de desempeñar. Que en defensa propia, por su propia seguridad personal, han de buscar hacer las cosas bien.

Que si el diseño o formato de gobierno ya ha sido rebasado, habrá que cambiarlo. Que si antes, un Director de Policía o Tránsito era lo propio, lo correcto y ahora ya no, es bueno experimentar, en cuanto no se pierda de vista la causa final del esfuerzo: el bien común.

Y sí, en aras del bien común es válido buscar un nuevo diseño en el gobierno, en la forma de hacer y presentar las cosas.

Un día, hace mucho, se pensaba que lo correcto era que los gobernantes dispusieran en su propio beneficio de lo que contenían las arcas de la nación. Hoy no. Un día, fue bien visto que los funcionarios tuvieran amantes, según para demostrar que eran muy hombres. Hoy no. Otro día, era correcto que el gobernante viajara a costillas del pueblo. Hoy ya no.

Entonces, así como las modas cambian, así como los hombres cambian, así cambian también las formas del gobierno, la manera de hacer las cosas, los métodos para presentar al pueblo los esfuerzos del gobernante. Y cuando se busca lograr un buen rostro, una presencia aceptada por la mayoría, que no es precisamente un concurso de popularidad si no la forma apegada a derecho de conducirse, entonces habremos de observar cambios sustanciales en nuestros próceres.

Y si lo logran, si demuestran que quieren cambiar ellos para cambiar, para bien, a México, habrán logrado trascender.

Si su conducta se aparta de un recto proceder, si empiezan a disponer a tontas y a locas de los bienes públicos, tendremos problemas y México, ni está para eso ni lo merece ni es justo.

Algunas veces el ciudadano ha depositado su confianza en candidatos de lujo que una vez que ocupan los cargos, demuestran que fueron buenos en mercadotecnia, es decir, en la forma de vender su imagen pero que a la hora buena, no supieron estar a la altura de las circunstancias.

Otras veces, hemos visto candidatos con tan poco carisma que, sin embargo, a la hora buena, crecen y agigantan su figura hasta alcanzar estatura de líderes reales.

Ojalá los nuevos tengan esa cepa. Que sean capaces de unificar al pueblo en torno a su figura, no en su contra.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.

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sábado, 24 de octubre de 2009

De la irritación social.

Hacer irritar a alguien significa conseguir que cambie su natural talante por uno de molestia, uno que implica indignación, impaciencia, hastío, hartazgo, vamos, quiere decir que si alguien se irrita, pierde los estribos y es capaz de cometer alguna locura.

Una persona irritada es una que pierde la noción de las cosas y pierde la proporción de lo que es bueno y lo que es malo.

Cuando se logra hacer irritar a un sector de la población, ya sea porque se les ha negado un servicio público, ya porque los somete a un factor externo que los agravia o bien, porque la autoridad pública ha logrado implementar medidas que ofenden a la sociedad, estamos ante un problema de tipo social que debe atenderse.

Para ello, existe lo que los estudiosos del tema conocen como “sensibilidad social” y que el pueblo, tan sabio, reconoce como “baños de pueblo”.

Es decir, si Usted, mi querido lector, pretende llegar una mañana de domingo al campo donde la gente del pueblo practica su deporte favorito y pretende suspender el partido según porque va a explicarles los beneficios de tal o cual programa, lo único que va a lograr es que la gente se irrite, lo ofenda, lo agreda y a la larga, tal vez hasta lo persiga para lincharlo.

Si Usted tiene “sensibilidad social” se espera, de manera prudente, a que termine el encuentro deportivo y hasta hace como que lo disfruta y entonces sí, podrá conseguir la participación de la gente y todo lo que Usted quiere. Para todo hay formas.

Si Usted sabe que se necesita hacer arreglos en la plaza del pueblo, sólo si carece de “baños de pueblo” pretenderá hacerlos el día domingo, que es cuando la población va al mercado, a los servicios religiosos, a dar la vuelta al kiosco y a buscar romances. Si Usted pretende cerrar la plaza para pintar las bancas, va a obtener un número indecible de rechiflas y tal vez, hasta ofensas mayores.

Igual, si Usted es gobernante y decide cerrar una de las empresas más representativas del sistema sindical en México y al mismo tiempo pretende crear impuestos nuevos, impopulares y además, altamente ineficientes, sólo va a demostrar la falta de sensibilidad social o de baños de pueblo y lo único que va a lograr, definitivamente, es la irritación social.

Y créame, no es lo mismo que le quiten el campo deportivo a la población o la posibilidad de conseguir novios en la plaza que afectarlos donde más duele: en la bolsa.

Dicen los que saben que los golpes que más duelen son al bolsillo y pretender cargar la responsabilidad y el peso de la mala, pésima administración pública que hoy padecemos, a los que somos causantes o contribuyentes cautivos, sólo va a lograr una irritación social que ya se ha manifestado al menos en dos ocasiones: en 1810 y en 1910, con las consecuencias que todos conocemos. Y estamos a unos días de 2010.

Cambiar una situación de ser “el malo de la película” a “el héroe que todos quieren ser” es sólo cuestión de presentar las cosas de una o de otra forma. Es sólo cuestión de tener la sensibilidad política y social o los baños de pueblo necesarios para saber cuándo y cómo han de darse las órdenes. Es recordar que las órdenes lógicas son las que se obedecen, como sabiamente acota El Principito.

Tienen, el Presidente Calderón y su equipo y los partidos políticos, la oportunidad de lograr cambiar y revertir la irritación social que se palpa en el ambiente, que se siente en la calle, que se percibe en los rostros y las actitudes, por una actitud de entrega de la gente si les ofrecen lo que les hace bien y que le sirve a México: una forma lógica y moderna, de vanguardia, de cobrar impuestos. Una forma que le permita a cada mexicano la posibilidad de lograr una seguridad social que ahora no tiene y para ello, sólo se requiere voluntad política, nada más.

Lo demás, se da solo. Es cuestión de querer.

Si Usted conoce a un político, dígale que vale la pena.

Ya está propuesto. Ya está con varios políticos pero hace falta se den cuenta que la tienen. La tiene el pueblo y eso, señores, es lo que cuenta. La conocemos Usted y yo y está en la mesa. Además, está en mi blog.

Vale la pena.

Me gustaría conocer su opinión.

José Manuel Gómez Porchini.
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www.mexicodebesaliradelante.blogspot.com

lunes, 19 de octubre de 2009

Presentación del libro “MÉXICO DEBE SALIR ADELANTE”.

INVITACIÓN


El día 21 de octubre de 2009 a las once horas en el Auditorio de la Preparatoria No. 3 de la Universidad Autónoma de Nuevo León, ubicado en Félix U. Gómez y Calzada Madero en Monterrey, N.L., y dentro del programa de los Miércoles Literarios, habrá de presentarse el texto


“MÉXICO DEBE SALIR ADELANTE”,


lo que hago de su conocimiento con la intención de que, si está en sus posibilidades, nos hagan el honor de acompañarnos.

Con afecto.

José Manuel Gómez Porchini y familia.

sábado, 17 de octubre de 2009

¿Qué es la antigüedad de empresa?

El pago de la prima de antigüedad de empresa, es un estímulo que la Ley Federal del Trabajo concede sólo a quien cumpla quince años de trabajo continuo para el mismo patrón o bien, a quien sea un pillo, que se porte mal, que merezca que el patrón lo despida, lo que a juicio de quien escribe, es incorrecto y es parte de lo que viene formando la cultura laboral real que existe en México, lo que es, no lo que debería ser, pues se aparta y con mucho, del espíritu que alentó la norma.

Generar antigüedad para un patrón concede el derecho de que al retirarse, se pueda cobrar el importe de 12 días por cada año de servicios al doble del salario mínimo o lo que establezca el contrato colectivo de la empresa en que se labore, lo que no es mucho de diferencia.

Sin embargo, lo interesante es que algunas empresas otorgan por sí la seguridad social, es decir, el derecho a obtener una pensión, lo que de suyo es una función que sólo corresponde al estado y que los particulares no deberían tratar de realizar pues los lleva a la quiebra indefectiblemente.

Por tanto, la antigüedad general de empresa sólo sirve para obtener una determinada cantidad de dinero, no muy grande, al concluir la vida laboral, siempre y cuando haya completado al menos quince años o bien, para tener derecho a las prestaciones extralegales que otorgan quienes por sí brindan seguridad social.

Un ejemplo. Un empleado de una compañía que tenga contrato colectivo de trabajo, que otorgue jubilaciones, exige haber laborado un tiempo determinado para tener derecho a la jubilación. Si no lo cumple, le pagará la prima de antigüedad pero pierde su derecho de lograr una jubilación.

Voy a ser más específico. El artículo 161 de la Ley Federal del Trabajo establece que a un obrero o empleado con más de veinte años de servicios, sólo puede rescindírsele la relación laboral por una causa que sea particularmente grave.

Vamos a suponer que un obrero de una compañía, por ejemplo, Luz y Fuerza del Centro, ahora tan de moda, que tiene una antigüedad general de empresa de veintidós años, lo separan sin que el obrero haya dado causa, razón o motivo. Es una cuestión totalmente ajena a él y a su relación laboral. Pero al separarlo del puesto, lo dejan sin la posibilidad de que pueda obtener una pensión, pues la antigüedad general de empresa de la referida Compañía de Luz y Fuerza del Centro, sólo ahí sirve, puesto que no la reconocen ni el IMSS, ni el ISSSTE y mucho menos las diversas universidades o los gobiernos estatales o municipales u otros organismos públicos, por lo que a sus 45 o más años, ese obrero que ahora tiene una cantidad equivalente a dos años y medio de su salario, tiene que empezar de nuevo a juntar el tiempo que establecen los sistemas de seguridad social y le faltan veinticinco años para jubilarse en el nuevo sistema, si bien le va.

El dinero que le paguen, el equivalente a dos años y medio de salario, le alcanzan para un carro regular, unas vacaciones en Europa y ¡se acabó!

Es decir, no le sirve para nada.

Ahora imagine Usted que tiene diez o doce años de servicios para un patrón que lo tiene dado de alta en el Seguro Social. Se cambia de empleo pues le ofrecen uno mejor, con más salario y mejores prestaciones en el que el nuevo patrón también lo inscribe en el Seguro Social.

No cobró Usted prima de antigüedad, pues renunció y no tenía los quince años de servicios, pero sigue cotizando en el Seguro Social.

Al completar su vida laboral, las mil quinientas semanas que exige el Instituto, podrá Usted tener derecho a una pensión, tal vez baja, pero es mucho mejor que nada.

No cobró Usted las primas de antigüedad de dos o tres empleos, pero todos lo inscribieron en el Seguro Social.

En cambio, el obrero de lujo que gana unas cantidades de esas que dicen los políticos que cobran los obreros de la luz, al quedarse sin empleo, se quedan sin seguridad social, lo que es una obligación del estado, que en este caso, le es negada al obrero y al empleado de cuello blanco.

Hasta ahí, es una exposición de los hechos ya por todos conocidos. Se puede interpretar como una crítica al viento.

Lo interesante es hacer saber que existe una forma distinta de Seguridad Social que tiene su fundamento no en el empleo del hombre, no en el esfuerzo del obrero, mas bien, en el gasto que en su vida va realizando la persona como tal.

En la actualidad, para tener derecho a prestaciones de seguridad social, debe existir una relación laboral y los derechohabientes, léase esposa e hijos, no tienen mecanismo alguno que les permita ayudar a soportar los gastos de esa seguridad social.

Lo que ahora se propone, es un sistema basado en tomar el equivalente a dos o tres puntos del Impuesto al Valor Agregado, IVA por sus siglas, de cada operación que realice cada uno de los mexicanos, de manera que desde recién nacido vaya sumando dinero a su cuenta de ahorro de seguridad social, para que al llegar a los sesenta años, siempre, tenga derecho a una pensión, garantizada por el estado.

Le va a servir lo que haya sumado pero aún si no logró sumar nada, podrá tener derecho a esa pensión. Lo ideal es que todos alcancen un mínimo para que esas pensiones superen las que otorga el Seguro Social.

Cuando una persona entre a laborar para un patrón, éste habrá de depositar el equivalente a la prima de antigüedad en la cuenta de ahorro de seguridad social de los trabajadores, lo que les permitirá completar lo necesario para gozar de una pensión generosa.

Si nunca trabaja para un patrón determinado no habrá disfrutado de esa acumulación de fondos pero de todas formas tendrá pensión.

Si en este momento estuviera vigente, a los de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro se les podría depositar el importe de sus liquidaciones en esas cuentas y al tiempo, al completar los sesenta años, tener derecho a una pensión.

Como son las cosas actualmente, el obrero de cuarenta y cinco años o más, que va a recibir una suma de medio millón o un millón o algo así, sólo va a tener dinero para unos cuantos días, se le va a acabar y por su edad y al no tener semanas cotizadas para el Instituto Mexicano del Seguro Social, no podrá tener derecho a una jubilación o le faltarán veinticinco o más años para lograrla, lo que a los más de cuarenta, se torna un reto imposible.

Si pudieran acumular sus fondos en una cuenta de ahorros manejada con una tarjeta ligada a la Clave Única de Registro de Población, CURP por sus siglas, ese trabajador podría seguir cotizando para una pensión.

El Gobierno no tendría la presión social encima.

Los bancos tendrían cien millones de clientes cautivos con unas cuentas con valor, por cada uno de los puntos de IVA, de casi setenta mil millones de pesos. Sumarían más de doscientos mil millones de pesos por año. No está nada mal.

Además, ese dinero serviría como ahorro interno, lo que le ayudaría al país a despegar. Se combatirían la evasión y la elusión fiscales y habría grandes cambios.

Todo lo platicado ya está propuesto, está a las órdenes de México, mi país y por supuesto, está disponible para que Usted lo conozca y lo secunde. Está en mi blog. Se lo mando por correo.

Vale la pena.

Me gustaría conocer su opinión.

José Manuel Gómez Porchini.
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domingo, 11 de octubre de 2009

De las malas decisiones en los empleos. MÉXICO DEBE SALIR ADELANTE.

Un día, hace ya mucho, según yo y muy poco, según el tiempo, escribí una nota en la que trataba de describir o explicar el significado de la expresión “seguridad social” y para mi sorpresa, me llegó el comentario de un lector que ahora transcribo para Ustedes:

“quisiera saber que se hace referente al siguiente comentario: soy miembro de las fuerzas militares pero en estos momentos estoy lejos de mi esposa la cual viene padeciendo una enfermedad de trastorno bipolar afectivo y mi lejanía ayuda a dilatar dicha enfermedad; ya lo he puesto en conocimiento a los altos mandos pero hacen caso omiso. No le dan importancia a la situación, ¿qué más puedo hacer?”

El valor y la importancia del comentario lo ubico en el valor y la importancia que el empleo y su desempeño tienen para la parte débil de la relación laboral y por el contrario, el absoluto desinterés en los problemas del empleado que existe para el patrón.

El autor del comentario aduce que su esposa, es decir, su pareja de vida, viene cursando con un problema de salud y él se sabe y se siente responsable de su familia, quisiera estar con ella para apoyarla, para ayudarla, para asistirla cuando se siente mal. No puede, pues las características de su empleo lo obligan a estar fuera de su domicilio.

Va la pregunta obligada: ¿Todos los militares tendrán ese problema? Mi respuesta es: no creo.

Igual que todo en el mundo, debe haber niveles, debe haber diferencias, debe haber excepciones.

Ahí es donde se ubica la importancia del Derecho Social.

Si esto fuera una letra de cambio o un pagaré, le diría que reuniendo los requisitos procedemos en consecuencia.

Si fuera una ecuación matemática le podría decir que dos por dos es igual a cuatro, siempre.

Pero estamos hablando de hombres y mujeres que luchan por la vida, estamos hablando de seres humanos con necesidades y emociones, con penas y alegrías, con triunfos y derrotas, con emociones que permiten saber que se está ante alguien vivo y palpitante y no, ante la frialdad de un número más.

Por eso, cuando el recio militar, a quien por cierto no conozco, clama pidiendo ayuda para estar con su esposa y cuidarla… ¿no haría Usted lo mismo? ¿No buscaría Usted la forma de cuidar a su familia, esposa e hijos, cuando sabe que lo necesitan?

El desapego, que siempre ha existido, la falta de atención y cariño a la familia, que también siempre han existido, no deberían ser la constante, la regla, más bien, deberían ser la excepción que confirmaran la regla.

Si fuera Derecho Público, es decir, el Estado en su calidad de Estado, amo y señor, dueño de vidas y haciendas, lo correcto sería que la decisión tomada no pudiera cambiarse ni habría razón para hacer excepciones a la ley. No debe haber, pues la ley debe ser igual para todos.

Si fuera Derecho Privado, la voluntad de las partes es la ley suprema y si una de ellas no está de acuerdo, pues tranquilamente da por concluido el contrato y se acaba el problema. Sería un asunto entre iguales, entre pares.

Pero no es ninguno de los casos asentados. Es Derecho Social, una nueva forma de Derecho, un derecho que se ocupa de velar, de proteger y de tutelar a las personas a fin de que alcancen su plenitud, su máximo potencial, sus mejores expectativas.

Ahí es donde decimos que es el más excelso de los derechos. Que puede catalogarse al Derecho Social y más propiamente dicho, al Derecho de la Seguridad Social como el derecho que busca la protección de la persona de forma integral. No hace falta hacer más precisiones. Integral implica todo.

Luego entonces, si un empleado, cualquiera que sea su oficio, obvio, incluyendo el de militar, necesita proteger a su familia y para hacerlo, necesita estar cerca de su casa y el patrón puede brindarle esa oportunidad, el Derecho Social eso ha de hacer: lograr que ambas partes tengan lo mejor, siempre.

Lograrlo, es la tarea que debemos hacer entre todos.

No se vale que una empresa, la que sea, no escuche a sus empleados y vaya tomando decisiones sin consultarlos. No precisa hacerles caso, no es para que el empleado ordene la forma de conducir la empresa, pero sí, para que sepan ambas partes, siempre, que las decisiones son las mejores para todos. Muchas veces el escuchar a los demás nos permite corregir los rumbos antes de enfrentar las batallas mal posicionados.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.

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Monterrey, N.L., octubre de 2009.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Empleo a los jóvenes. MÉXICO DEBE SALIR ADELANTE.

México es un país que está conformado por jóvenes, pues los muchachos con edades de 14 a 30 años, constituyen poco más del 30% del total de nuestra población, es decir, son más de treinta y un millones de jóvenes en edad de trabajar y lamentablemente, sólo el 44% de ellos cuenta con un empleo formal, según el INEGI, entendiendo por empleo formal aquél donde los inscriben en un sistema de seguridad social y obtienen las prestaciones de ley.

Sin embargo, la inmensa mayoría obtiene medios de subsistencia, incluyendo el empleo informal o la propia delincuencia.

El tema hoy y desde hace mucho, es la forma de lograr incorporar al mercado laboral a los muchachos que van egresando de las universidades o peor aún, a aquellos que simplemente van cumpliendo la edad necesaria para integrarse como fuerza de trabajo y están obligados a contribuir con el sustento de una casa que no les corresponde, dado que no es la suya y en la que sí tienen compromiso, pues los que están ahí son sus padres, hermanos y demás familia, que necesitan esos pesos para completar la comida.

El reto es encontrar la forma de obtener los miles o millones de puestos de trabajo que se requieren. Ahí es donde entre todos, podemos ser la diferencia.

La primera pregunta es: ¿se debe distinguir a los jóvenes por el simple hecho de ser jóvenes? Es decir, ¿se les deben dar oportunidades distintas a las de los demás, porque son jóvenes?

La respuesta es fundamental. Si decimos que sí, entonces necesitaremos etiquetar a todos y obtener puestos de trabajo para jóvenes, para mujeres, para hombres, para viejitos, para abandonados, para solteros, para casados, para altos, para bajitos y nunca acabaríamos de clasificar a la gente, pues siempre habrá un nuevo criterio de clasificación, a cual más subjetivo o carente de seriedad.

Entonces, si decimos que no, vamos a enviar a los muchachos, sin experiencia, a una jungla de concreto y tiempos, en la que no existe compasión, a que aprendan una forma de vida que produce úlcera, alta presión arterial y termina por matar a quienes así se desarrollan.

Luego, si no puede ser ni una ni otra opción, ¿entonces qué debemos hacer?

Vamos por partes:

Si ya sabemos que en México somos poco más de 106 millones de habitantes, de los cuales, poco más de cincuenta millones está en edad económicamente activa y sólo alrededor de doce o trece millones tienen una relación laboral formal y cada día se pierden puestos de trabajo, ¿cómo vamos a revertir esa tendencia?, ¿cómo vamos a incorporar a los jóvenes?, ¿dónde vamos a darles la oportunidad de que hagan por la vida?

Hecho ese preámbulo, vengo a exponer ante Ustedes una forma distinta de hacer la vida laboral, que va a ser la constante en el futuro y que desde ya ha de implementarse en México, por el bien de los mexicanos todos.

En la actualidad, un empresario para poder contratar a un trabajador, ha de inscribirlo en el Seguro Social, Infonavit, Fonacot, en cursos de capacitación, ha de manejar la seguridad e higiene en el trabajo so pena que de no hacerlo, o paga multas o estará obligado a dar mordidas.

Algunos empresarios hacen todo en orden. Qué bueno. Felicidades. Otros, sólo dan dádivas a los malos funcionarios pero igual deberán inscribirlos.

Sin embargo, los costos adicionales al sueldo del trabajador son altos y tienen una gran repercusión para el patrón, aunado a que en caso de separación del obrero, existe un costo alto, altísimo, derivado de los montos a que llegan las demandas laborales por salarios caídos o simplemente, por aplicar la ley correctamente, que exige pagar prima de antigüedad aún a los que se portan mal, tres meses de salario así hayan trabajado quince días únicamente y muchos otros costos indirectos por tener un trabajador.

De hecho, la intención del actual gobierno fue brindar facilidades para los patrones y que pudieran otorgar lo que llamaron “el primer empleo”, ofreciendo unos apoyos a los empresarios que de tan tortuosos, se quedaron en el intento y no lograron la aprobación de nadie: ni de los obreros ni de los empresarios ni de los sindicatos. Fue una medida destinada al fracaso.

Lo que hoy pongo ante Ustedes, es una forma distinta: Se trata de manejar un sistema de seguridad social tan amplio como para toda la población, que se maneje de manera paralela a los sistemas formales que dependen del empleo.

En éste, cualquiera, debe poder tener acceso a una forma decente de ganarse la vida, de tal manera que pueda llegar a su casa con dinero, que pueda recibir un salario que le sirva para vivir y que sienta que sus esfuerzos son recompensados y son útiles.

La propuesta consiste en que la totalidad de la población, sin importar edad, sexo, condición social o cualquier otra forma de etiquetar a las personas, tenga acceso a una forma de identificación que le sirva para ser titular por sí y ante sí de su propia seguridad social, que bien puede ser una tarjeta deslizable con banda magnética.

O también, un dispositivo electrónico con código de barras o cualquier otra forma que pueda utilizarse para garantizar que las operaciones de compraventa que realice una persona, se registren y le permitan acceder a dos o tres puntos del equivalente del valor del IVA, lo que servirá como sustento para brindarles la seguridad social.

Un joven que llega a solicitar un empleo, normalmente no está capacitado para desempeñarlo ni tiene la disponibilidad de tiempo suficiente para convertirse en un empleado de tiempo completo, pues ha de seguir estudiando. La consecuencia es que el patrón no lo contrata, simple y sencillamente y si lo llega a hacer, le paga sueldos muy bajos derivados de su escasa preparación y ya no tendrá nunca ese joven la opción de seguir preparándose para la vida.

En cambio, si cada uno es titular de su seguridad social, si es el primer empleo del joven, si no es de tiempo completo, si sólo es por temporadas y no constituye la única fuente de ingresos de la familia, podemos y debemos crear y modificar las leyes que sean necesario para permitir que ese joven y ese patrón puedan tener una relación ganar-ganar.

El Instituto Mexicano del Seguro Social, principal garante pero no el único de la Seguridad Social en México está saturado, rebasado por sus necesidades y sin mecanismo alguno que permita que la inmensa mayoría de quienes utilizan sus servicios, le retribuyan algo, lo que sea, por sus esfuerzos.

Se plantea la posibilidad de que quien solicite los servicios del sistema de salud del Gobierno, que será distinto del Instituto Mexicano del Seguro Social, haya de cubrir un costo, simbólico la mayoría de las veces, pero suficiente para que quien lo reciba, sepa que está ejerciendo un derecho y no que está recibiendo una limosna que lo ofende a él y a quien la brinda.

Con esta propuesta, el joven, dama o caballero, podrá obtener del patrón no una inscripción en el Seguro Social y por ende, tampoco en el Infonavit, pero sí, podrá estar seguro de que sus esfuerzos le permiten hacer la vida.

Si Usted sabe, como patrón, que con pagar diez o veinte pesos diarios por cada joven que esté con Usted, en jornadas de cuatro horas o por el periodo vacacional o en turnos quebrados o en alguna de las modalidades que ahora existen de hecho, no de derecho, Usted ha quedado sin ninguna otra responsabilidad, pues el Estado como garante de la Seguridad Social la asume, Usted podrá iniciar muchos negocios.

Si al tiempo, dos años por ejemplo, su empresa se fortalece, entonces iniciará la migración de sus empleados al Seguro Social y les permitirá tener una forma distinta, tradicional, de seguridad social, pero la nueva, la que proponemos, jamás se perderá y será adicional a la de los sistemas formales, será para la totalidad de la población y le permitirá obtener siempre, pensión y servicio médico al llegar a la edad en que realmente los necesita, por el sólo hecho de haber vivido en México.

Es cuestión de incluir un nuevo párrafo a la Constitución, de modificar algunas cuantas leyes y lo más importante, es cuestión de querer.

Podremos eliminar de una vez y para siempre, la pobreza alimentaria en México.

Es cuestión de que Usted y yo queramos y logremos hacer que los legisladores también quieran. Es por México.

Vale la pena.

Me gustaría conocer su opinión.

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com