sábado, 28 de noviembre de 2009

¿Para qué sirven los sindicatos?

Hoy quiero presentar a Usted un tema controvertido, que ha sido origen de ríos de tinta y que ha satanizado a quienes pertenecen a los sindicatos, sin saber a ciencia cierta de lo que se está hablando.

Primero que nada, debemos puntualizar lo que nuestra Ley Federal del Trabajo define como sindicato, lo que habremos de encontrar en el Título Séptimo, Relaciones Colectivas de Trabajo, en el Capítulo II, precisamente en los artículos del 356 al 359 y que para Usted, me permito reproducir:

CAPITULO II
Sindicatos, Federaciones y Confederaciones
Artículo 356. Sindicato es la asociación de trabajadores o patrones, constituida para el estudio, mejoramiento y defensa de sus respectivos intereses.
Artículo 357. Los trabajadores y los patrones tienen el derecho de constituir sindicatos, sin necesidad de autorización previa.
Artículo 358. A nadie se puede obligar a formar parte de un sindicado o a no formar parte de él.
Cualquier estipulación que establezca multa convencional en caso de separación del sindicato o que desvirtúe de algún modo la disposición contenida en el párrafo anterior, se tendrá por no puesta.
Artículo 359. Los sindicatos tienen derecho a redactar sus estatutos y reglamentos, elegir libremente a sus representantes, organizar su administración y sus actividades y formular su programa de acción.

Es decir, un sindicato lo mismo puede ser de patrones que de trabajadores y nunca se habla mal de lo sindicatos de patrones, que son las Cámaras en que se reúnen los empresarios para la defensa de sus intereses comunes, que tienen instalaciones, que pagan empleados, que son propietarios de vehículos para transportar a sus agremiados, entre ellos, algunos de las marcas más exclusivas del mundo, de esos en los que sólo para recibirte el coche para mantenimiento, te piden las perlas de la virgen, como si fuera carro de líder sindical… que como puede verse, es exactamente lo mismo.

El artículo 359 establece la libertad a los sindicatos de elegir libremente a sus representantes, de organizar su administración y sus actividades y de formular su programa de acción.

Lo anterior significa que nadie ha de ordenarle a un sindicato, ya de patrones, ya de trabajadores, a qué habrá de dedicarse, qué coches comprar, cuánto cobrarle a sus agremiados ni nadie tendrá facultades para vigilar su gasto, pues el dinero que manejan es dinero de sus socios y sólo sus socios podrán exigirle que rinda cuentas. Aplica lo mismo para sindicato de patrones que para de trabajadores.

Por ende, ya sabemos que nadie debe inmiscuirse en los asuntos internos de la vida de los sindicatos, pues nadie está facultado para hacerlo, conforme a la legislación vigente en nuestro país. Y así ha de ser, pues es una simple suma de individualidades que conforme al contrato social planteado por Juan Jacobo Rousseau asumen la protección y defensa de sus intereses, ya patrones, ya trabajadores, ante quien pretenda afectarlos.

El patrón, vigila que no existan robos en sus fábricas y que los obreros se ajusten a lo que establece la ley en su actuar. Es válido y es correcto.

El obrero, vigila que el patrón cumpla con lo que está estipulado en la ley a favor de sus propios agremiados, como sería que se respete la jornada de ocho horas, el goce y disfrute de vacaciones, el pago de aguinaldos, que las horas extras se trabajen y se paguen conforme a la ley y demás situaciones que siempre existen en la vida normal de las empresas.

El problema aparece cuando al obrero se le olvida que hace tiempo, mucho o poco, según sea el caso, otros obreros ofrendaron sus vidas y se colocaron como proscritos, para lograr que lo que ahora deberían disfrutar, se otorgara.

Es decir, hubo una vez un grupo de mineros que promovió una huelga en Cananea para exigir cosas que en su momento fueron calificadas como absurdas: jornada laboral de ocho horas, no al trabajo de los menores, descanso semanal y cosas por el estilo. Ahora, se les recuerda cada día primero de mayo, pero la mayoría de nuestros obreros sólo saben que es el Día del Trabajo pero no la razón de que se festeje. No lo saben.

La huelga de unos trabajadores petroleros produjo como consecuencia el Decreto de Expropiación y por consecuencia, que los bienes derivados del oro negro pasaran a propiedad de la nación.

Otra vez, hubo unos ferrocarrileros que estallaron una huelga en 1958 y lograron cambiar el curso de la historia de nuestro país. Ahora, ya los ferrocarriles se vendieron y su sindicato… su sindicato no tiene ni tuvo los arrestos necesarios, como las legiones romanas, para defender su empresa.

Es decir, los sindicatos, con líderes combativos al frente, han logrado conquistar a favor de los trabajadores, lo necesario para poder vivir con dignidad.

Cierto, no se vale restarle méritos a algunos gobernantes y empresarios que por sí mismos han generado cambios, como la Ley de Riesgos de Trabajo que promulgara Bernardo Reyes en Nuevo León en 1906 antes, mucho antes de que naciera la Constitución de 1917 y por supuesto, mucho antes de que algunos países adopten esa figura, que de hecho, en algunas latitudes aún no se reconoce. No tienen sindicatos, buenos sindicatos. Debe dársele el mérito a un mexicano por haber sido pionero al respecto.

También, algunas de las figuras más avanzadas de la seguridad social se entregaron o establecieron por los industriales del país, por su cuenta, como son la dotación de vivienda de los grandes grupos empresariales del norte de México, la Fundidora ya desaparecida, la Cervecería y otras, que más de un regiomontano vive en una casa de las que se construyeron muchos años antes de que se crearan el INFONAVIT y todas esas figuras, por lo que reitero, no debe escatimarse el reconocimiento.

Sin embargo, también es cierto que a la fecha, muchas empresas se niegan a tener tratos con los sindicatos, que los medios de comunicación satanizan a los sindicatos, que los actores políticos, esos que ya llenaron sus alforjas y aún quieren más, los critican hasta la saciedad y la gente, esa que sólo acostumbra leer los chismes de la farándula, está de acuerdo en que intervengan, fiscalicen, auditen y desaparezcan a los sindicatos.

La pregunta será: ¿Han servido los sindicatos?

La respuesta: Si Usted o alguien de su familia tiene un empleo formal, con seguridad social, con jornada laboral de ocho horas, con pago de horas extras, con reconocimiento de antigüedad, con pago de vacaciones y aguinaldo conforme a la ley, vamos, con lo necesario para que su empleo le proporcione lo mínimo para una vida digna, es porque hubo un sindicato que arrancó esos beneficios.

Ahora bien, si Usted o alguien de su familia es de los que critican a los sindicatos por rateros y corruptos y a los líderes por sus camionetas y todo su boato y lujo pero en su mesa no hay pan, su patrón lo hace trabajar más, mucho más de ocho horas diarias, no tiene acceso a Seguro Social, no le pagan ni vacaciones ni aguinaldo, no genera antigüedad o al final de cada ilegal contrato le liquidan el “tiempo laborado”, es porque Usted no pertenece a un sindicato o si está afiliado a uno, es uno que obedece al patrón, no a los intereses del obrero, así se gaste el dinero en carros y pulseras y relojes de lujo.

Igual, si en su empresa le pagan con vales o bonos o papelitos en lugar de dinero en efectivo, papelitos que sólo puede gastar en las empresas del patrón, es porque su sindicato está coludido con quien debería ser el mejor proveedor del obrero. Es más, ya la Corte decretó inconstitucional que a Usted le paguen con papelitos. Lo equiparó a las tiendas de raya del tiempo de Don Porfirio.

Los seres perfectos no existen. Los líderes perfectos, tampoco. Lo que tenemos que hacer, es encontrar las formas de controlar el gasto de los líderes, no de los sindicatos. Pero de que sirven, sirven.

Voces mexicanas se han pronunciado en ese sentido, como Pablo Franco de la Unión de Juristas de México y muchos otros, principalmente los que se dedican a difundir información en las vías alternas, como todo lo que se maneja por la red de redes o internet, que ha encontrado ahí los espacios que los sectores establecidos han abandonado por desidia.

Y si gusta un mejor ejemplo, busque a James Riddle mejor conocido como Jimmy Hoffa que logró que los salarios de los trabajadores del volante en los Estados Unidos de Norteamérica alcanzaran niveles de decencia. Conste, no vivió en México y usaba sólo carros ostentosos. Pero cambió la historia de los trabajadores en Estados Unidos.

Aquí, seguimos necesitando líderes obreros y sindicatos que defiendan al empleado y por supuesto, estadistas y empresarios que piensen que lo primero, es México, es decir, que México debe salir adelante.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.
Mexicano.

Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

http://mexicodebesaliradelante.blogspot.com/

4 comentarios:

  1. Coincido plenamente, la tendencia actual de un sector de la población que calumnia (ya que muchas veces se acusa a los sindicatos de corrupción sin pruebas, por puro ocio) y se burla de los sindicatos obedece claramente, según mi opinión, a una tergiversación e incluso manipulación de la información por parte de de unas cuantas empresas de televisión (dos para ser exactos); que son por cierto formadores de opinión y que sí estan defendiendo sus intereses.
    El obrero sigue siendo obrero y el patrón sigue siendo patrón, por tanto creo que no se debe olvidar el concepto, muy importante a mi parecer, de la conciencia de clase.
    Aprovecho para mandarle un saludo y comentarle que su aportaciones me parecen muy valiosas.

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  2. El artículo me parece interesante pero falto de datos precisos que demuestren el valor de la asociación sindical.
    Ahora respecto a la "calumnia" de los sindicatos y conforme al Art 359 citado en el artículo, ¿cómo hacer funcionar los intereses de los sindicalizados con el crecimiento y, sobretodo, desarrollo de la nación? ¿No es acaso que los grupos de poder marcan el rumbo de la nación? Si esto es así entonces la vida de lujos del Jefe del Sindicato (cualquiera) es sólo un boleto de entrada para "debatir" con el representante del poder y por lo tanto "debaten" clases homogeneas siendo esto así la "lucha" por los colectivos queda olvidada, cierto o falso?

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  3. En cierta empresa hotelera, se firma contrato cada mes, hay compañeros que no tienen vacaciones ya con 5 años de trabajar donde mismo pero sin antigüedad, claro afiliados al sindicato, pero también no nos avisan cuando son las juntas sindicales y nos multan con 200 pesos aparte de lo que nos rebajan de rigor, en mi forma de pensar el sindicato no me sirve, mas que para quitarme lo poquito que gano pues parte de lo que dice que protege al empleado es lo mismo, que hace la ley del trabajo, tengo esa duda que alguien me explique o me corrija gracias.

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  4. Si me envía la información a mi correo contacto@calmecacasesores.com puedo hacerle un estudio de cómo atender su problema. Gracias por su confianza. José Manuel Gómez Porchini

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