jueves, 31 de diciembre de 2009

José A. Muguerza. MÉXICO DEBE SALIR ADELANTE.

Entre los requisitos que hacen que una persona sobresalga de los demás, está su amor y pasión por el trabajo, sus ganas de querer ser y hacer más, no de tener más.

Esas cualidades las encontramos en un joven regiomontano por los cuatro costados, pues nació en pleno Monterrey, hijo de regios y casado con una mujer de aquí mismo. Vamos, no buscó traspasar sus límites para lograr desaparecerlos. Sólo hizo lo que tenía que hacer y punto.

Empezó, como todo buen neoleonés, en el negocio familiar. Terminó, siendo ejemplo de lo que se puede lograr con tesón, trabajo y determinación. Es más conocido por haber fincado un verdadero palacio, en toda la extensión de la palabra, el Hospital Muguerza, que por su intervención en todas las grandes compañías de Monterrey.

Efectivamente, José A. Muguerza participó junto con José Calderón, hermano de su esposa Francisca, en la fundación y manejo de varias de las principales empresas del norte de México: Cervecería Cuauhtémoc, de donde fue Secretario y Tesorero por 33 años ininterrumpidamente, como fue fundador de Vidriera Monterrey, Banco Mercantil del Norte, Fábrica La Victoria, Cementos Mexicanos, ahora Cemex, Fundidora Monterrey, Hotelera Colonial y muchas otras empresas.

Nacido el siete de diciembre de 1858 en pleno Monterrey, sus padres, Antonio Muguerza y Refugio Crespo, le enseñaron los valores de honestidad y entrega a los demás como soporte de vida, los que lo convirtieron, con el paso de los años, en uno de los filántropos más importantes de la Sultana del Norte.

En pocas palabras: José A. Muguerza es un ejemplo de lo que puede llegar a ser un hombre cuando busca, primero que nada y sobre todo, el bien común. Se consigue transitar, de ser el dueño de una empresa de poca monta, a ser copropietario de una de las cementeras más grandes del mundo, de la principal empresa de vidrio de América Latina, de el único Banco mexicano que aún subsiste, de un conglomerado de Hospitales que están a la altura de los mejores del mundo.

Nada más, pero nada menos. Y ese héroe, es regiomontano. Es del norte. Es mexicano, como Usted y como yo. Nos deja un compromiso moral muy grande.

Murió físicamente el 14 de marzo de 1939, pero su legado continúa vivo para las siguientes generaciones.

Vale la pena seguir sus pasos.

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

Esta nota apareció en la edición de diciembre de 2009 de la revista Players of Life.
http://mty.playersoflife.com/?p=1.0

viernes, 25 de diciembre de 2009

¿Y si fuera Usted el papá de Xinuelth Emmanuel?

El día 5 de junio de 2009 no se les olvidará nunca a los padres de los niños que murieron calcinados por un error humano. Bueno, de alguna manera ha de nombrar la autoridad al abominable crimen cometido por una muy amplia serie de funcionarios de todos tamaños y niveles, que permitieron se encadenaran los yerros hasta lograr un total de cuarenta y nueve muertos de manera que sólo los hornos de Hitler podrían hacer.

Sin embargo, la autoridad le apuesta a que los gobernados no tienen memoria y van a llevar el caso hasta que se olvide, hasta que las conciencias se hayan comprado y nadie quede que proteste, de manera alguna.

Los que permitieron, los que propiciaron y los que cometieron el crimen están libres. Está detenida la señora del aseo y creo que uno que se encargaba de limpiar las puertas. En ambos casos, no eran empleados de la guardería y mucho menos, del seguro. Eran trabajadores de una outsourcing de esas que sólo facturan pero que niegan todos los derechos a los trabajadores. De esas en las que los hombres y mujeres de nuestro México hoy deben trabajar, aún a costa de sus propias vidas y su libertad, pues no encuentran una opción mejor.

Acabo de ver hace un momento la entrevista que le hacen al papá de Xinuelth Emmanuel, uno de los niños que murieron. La difunde Contactox, medio informativo de Sonora que se encuentra en Internet y que muestra, de manera descarnada, la impotencia de un padre que a pesar de todo, se niega a dejar morir la memoria de su hijo y se niega también, a dejar morir la ilusión de que México es más que sus autoridades.

Dice y con justa razón, que él nunca habló antes pues no sabía lo que tenía que decir. Ahora, que sabe que por su apatía en denunciar lo que está mal, murió su hijo, no quiere permanecer en el ostracismo doloroso del que sabe que las cosas se desbaratan, se derrumban, pero que no cree tener la forma de componerlas.

Ahí es donde creo yo que está el valor verdadero del esfuerzo del papá de Xinuelth Emmanuel, en demostrar que siendo participativos, haciéndole saber a la autoridad nuestra inconformidad, de manera pacífica, respetuosa y comedida, podremos cambiar las cosas.

He estimado siempre, que puede más una gota de miel que un litro de hiel. No es necesario ofender ni denostar al enemigo o contrincante para hacer ver que somos los titulares de la razón y el derecho.

No se requiere ofender para obtener lo que se busca. Se requiere, sí, decisión, saber del rumbo que se busca y saber, con precisión, lo que ha de encontrarse.

El papá de Xinuelth Emmanuel sabe lo que quiere y lo está buscando. Lo va a lograr, pues cuenta con el mejor motor para seguir en la lucha: la íntima convicción de que las cosas que se están haciendo, van en beneficio de todos.

La duda que queda es: ¿Qué pasará el día de mañana en que vuelva a haber muchos Xinuelth Emmanuel y a nosotros nos corresponda el papel de los padres? Usted, ¿Qué haría?

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

Enlace a Contactox:

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Para adoptar.

Las leyes son una creación del hombre y por ende, responden a las necesidades de los seres humanos.

En clase, les comento a los alumnos que existen dos grandes corrientes de pensamiento en cuanto a las leyes y su forma de aplicarlas y manejarlas: los iuspositivistas y los iusnaturalistas.

Los primeros, son aquellos que creen que el derecho positivo, es decir, el que se encuentra vigente en una época y un lugar determinado, es el único válido precisamente porque así está redactado, así está escrito y en sus términos ha de acatarse. Punto. No admiten ni aceptan que el derecho vaya cambiando como no admiten ni aceptan que las leyes cambien en su formato, en su sentido y en su manera de aplicarse.

Los segundos, los que consideran al derecho natural como el más importante, son los que estiman que en los casos en que el derecho positivo ya sólo resulta ser una estrecha malla que contiene los grandes cambios que en la sociedad existen y que deben permitir o aún más, alentar los cambios legales necesarios para que el derecho ayude a ser parte la vida en común, tienen una mayor amplitud de miras, desde mi muy particular punto de vista.

Obvio, yo comulgo con los segundos pero admito, acepto y reconozco que puede haber gente muy bien intencionada que opte por el primer tipo de pensamiento. Lo más interesante, es que piensen y lo demuestren en su forma de manejarse.

Ahora, tenemos frente a nosotros un problema ético, legal, religioso, moral y con muchas otras aristas: La adopción por parte de homosexuales.

Con los cambios que se han dado a la legislación, ha cambiado el concepto de familia.

Ya la familia no es aquella ampliada de principios del siglo pasado, el siglo veinte, en que vivían o convivían abuelos, los de ambos progenitores, los propios padres, los hijos, algunas veces, nietos y personal de apoyo.

Ya no son de ocho o diez hijos o “los que Dios mande”, como era usual y la madre, por supuesto que ya no se conforma con el papel de madre sólo para ser fecundada y cuidar de la prole, pues ahora pretende abarcar mayores campos, como pensar, tener un empleo remunerado, pues las de antaño trabajaban todo el día pero sin pago ni prestación ni derecho alguno.

Al cambiar las condiciones de vida, cambiaron también los papeles de cada uno de los miembros de la familia. El padre, además de trabajar e irse a la cantina, ahora debe ayudar a los hijos en las tareas o la mujer se enoja. La madre, además de tener hijos, ahora tiene un empleo formal y muchas veces gana más que el padre, lo que hace que éste se sienta inferior y lastimado en su condición de macho.

La madre siempre estuvo al pendiente de los hijos, tarea en la que era auxiliada por las abuelas, madres de ambos cónyuges, que sabían su posición en la casa y atendían un sin fin de tareas. De repente, empezaron a cambiar las edades y por ende, los tiempos. Ahora la madre ya no es de 16 a 18 años pues empieza a tener hijos a los treinta; la abuela, que ya excede los cincuenta, fue de las primeras que trabajaron y mandaron a sus propios hijos a la guardería, por lo que ahora, ¿a título de qué va a aguantar a un chamaco que ni es de ella?

Esa es una realidad cada vez mayor y cada vez a menos alto nivel socioeconómico.

Las primeras que enviaron a sus hijos a las guarderías tenían un ingreso alto; ahora, las obreras de la maquila deben enviarlos a que se los cuiden, pues el marido no tiene un empleo formal, ya que anda en la calle como vendedor ambulante o es taxista o profesionista independiente o algo así, de los que no tienen seguridad social. Ella sí y por eso, debe seguir trabajando y debe enviar al niño a la guardería. La pregunta es: ¿A quién le van a reclamar por los futuros yerros del niño? ¿A la guardería?

El niño ya no tiene el calor de hogar de las familias de hace mucho. Ya no huele a panecitos ni a caldo ni a pasteles recién horneados y la comida al medio día, por supuesto que es del mesón de la esquina, casi como si fuera casera pero hecha en serie, sin el ingrediente principal: amor.

Ese niño… ¿Qué va a añorar? Eso, cuando tenga una familia.

Cuando sea hijo de madre soltera, que va a vivir entre guarderías y cuidadores que tal vez lo maltraten, lo atosiguen y lo traumen, cuando las abuelas no van a querer verlo, pues así he oído que le hacen, ¿qué va a ser del pobre niño?

Y cuando el niño no tenga una familia de fijo, así sea disfuncional, que sea el Estado el que lo trate de medio proteger, asignándole un número de matrícula “querido 345678, es un honor que nos visites”, ¿Qué va a hacer el niño? ¿Quién le va a cantar para arrullarlo? ¿Quién lo va a cobijar?

Por eso, cuando dos seres humanos con mucho amor, tanto, como para enfrentarse al mundo y decir que quieren vivir juntos, cuando dos seres humanos con tiempo, capacidades, posibilidades y todas las expectativas de vida en su favor, como las puede tener mi cantante favorito Elton John, desean adoptar un niño, creo que deberían permitírselo.

Siempre ha de ser mejor un abrazo y un beso, que un torrente de odio, de gritos y de infamias. Creo que deberían cambiarse las leyes para permitir lo mejor para todos. Siempre.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

martes, 22 de diciembre de 2009

La adopción.

Encontrar un lugar para los niños que han quedado solos, ya por accidentes, ya por violencia familiar, ya por abandono de sus familias o por las razones que Usted quiera, ha representado un problema de muy difícil tratamiento para los gobiernos a lo largo de los tiempos.

Es un tema que desde hace mucho ha causado controversia, pues existen tanto quienes la apoyan como quienes la condenan, unos y otros haciendo valer argumentos de peso, tanto morales como legales, religiosos, sociales, étnicos y de todo tipo.

La adopción implica una muy larga serie de requisitos a cubrir por parte de quien pretende le sea dado un menor para convertirse en su tutor, en su mentor, en su ascendiente, para todos los efectos legales a que haya lugar.

Ahora bien, quienes están en espera de ser adoptados son menores que carecen de una familia propia, que no tienen quien haya de velar por ellos y que están creciendo ayunos de afecto, sin más apoyo que el que de manera institucional puede brindarles el estado, cuya función no es precisamente la de ocuparse de la crianza de los menores.

Ya, con las reformas habidas a la legislación vigente en el Distrito Federal, se da ya como realidad la unión entre personas del mismo sexo, hombres o mujeres, con la intención de formar un matrimonio y a la larga, una familia.

Obvio, esa familia no podrá tener hijos y por ende, sólo mediante la adopción podrán contar con un niño en casa.

Sin embargo, voces muy autorizadas reprueban esas uniones como reprueban la posible adopción de los menores.

Mi pregunta ahora, para Usted, mi querido lector, es en el sentido de que si será más humano, más decente, más correcto, dejar a unos niños al garete en un centro oficial para menores sin familia que proporcionarles una, que los haya buscado para poder brindar amor a los niños, precisamente porque no tienen la aptitud de reproducirse entre sí, que ha sido básicamente la constante que provoca la adopción.

Efectivamente, las parejas, del tipo que sean, que por cuestiones fisiológicas no son aptas para procrear, buscan la adopción como forma de entregar el gran amor de que están investidos.

Así, un matrimonio de tipo convencional que por una enfermedad de él o de ella no puede tener hijos, busca la adopción como forma de lograr completar la familia.

Creo yo, que no es válido negarles la capacidad de amor por el sólo hecho de que un órgano se encuentre dañado. Es discriminación en su más pura expresión.

Igual, negarle la capacidad de adoptar a una pareja ya legalmente constituida según porque se aparta de algunos cánones, de igual modo será discriminación, no importan las razones que pretendan argüirse.

El menor tiene derecho a crecer en un hogar donde sea amado y las personas, solteras o casadas, que deseen formar una familia mediante la adopción, de igual manera han de poder hacerlo, mientras estén en posibilidad de brindar a los menores afecto, amor, comprensión y una forma decente de vida, con todo lo que ello implica.

Siempre ha de ser mejor un abrazo y un beso, que un torrente de odio, de gritos y de infamias. Creo que deberían cambiarse las leyes para permitir lo mejor para todos. Siempre.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

sábado, 19 de diciembre de 2009

De estacionamientos.

Los tiempos modernos nos han brindado la oportunidad de utilizar vehículos de motor para trasladarnos a los diversos lugares donde hemos de desarrollar nuestras actividades. Obvio, tal como los gambusinos de antes y los charros mexicanos de la época de Don Porfirio, necesitamos un lugar más o menos seguro para depositar nuestros medios de transporte.

Antes, el caballo se amarraba a la entrada de las negociaciones o casas comerciales en los lugares ex profeso destinados a tal uso y ahí se encontraban seguros. Ahora, los carros deben tener un lugar para estacionarse so pena de que los clientes eviten el comercio que les niegue esa posibilidad.

Es decir, el hecho es el mismo: el proveedor de mercaderías ha de facilitarle al cliente un lugar para que deposite su medio de transporte, ya caballo, diligencia, carrito o carruaje, ya con un pienso o alimento para caballos a la mano o con personal para lavar el vehículo como cortesía de la casa.

Sin embargo, la diferencia estriba en que la gente, antes y sin regulación alguna más que la decencia y la nobleza de cuna, brindaba el servicio de manera gratuita.

Ahora, a pesar de que pudiera existir quien me diga que la ley les faculta o les proporciona a los dueños de los locales comerciales la posibilidad de cobrar por los espacios o cajones de estacionamientos que proporcionan a sus clientes, es decir, que sea lícito y válido que los grandes supermercados, los conjuntos de tiendas que se establecen en grandes locales unidos y con nombres pomposos, lo cierto es que quien cobra por brindar un servicio a que obliga la decencia, la buena crianza, la nobleza de estirpe, es precisamente porque carece de esas virtudes.

Es muy distinto que en una zona determinada, un negocio se establezca precisamente para proporcionar el servicio de estacionamiento o que la propia ciudad, la que Usted, mi querido lector, elija, establezca un cobro por el uso de los espacios públicos, lo que es válido y legal y otro, muy distinto, el que alguien lo invite a su casa, a su tienda, a que Usted vaya de compras y aparte, sin que sea el objeto social de dicha empresa el brindar el servicio de estacionamiento, le cobre a Usted, por ir a comprarle las mercaderías que expende.

Estimo que a pesar de que pudiera haber una ley que les autorice a dichos cobros, lo que de plano no creo, lo correcto será que las áreas de estacionamiento de los centros comerciales y tiendas en general, excepción hecha de los negocios establecidos precisamente como estacionamientos, deberían de ser gratuitos.

Lo invito a dejar de acudir a los lugares donde le cobren por estacionarse. Si todos lo hacemos, habremos de lograr que retiren esos inmorales, indecentes, indebidos y arbitrarios cobros.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

Del matrimonio y sus efectos

Unirse en matrimonio implica conseguir la autorización de la sociedad para hacer vida en pareja. Es estar autorizado a hacer vida en común con otra persona, de la que esperas amor, comprensión, apoyo, solidaridad, compañía y muchas otras cosas.

Obvio, la mayoría de los cultos religiosos han tratado de apropiarse de la institución del matrimonio para poder así, de alguna manera, controlar a sus feligreses.

Que si los casados son más productivos porque no andan de desvelados, que los solteros no sirven por sus vicios, que una mujer sola no es confiable, que bueno, todos y cada uno de los mitos, verdades y mentiras que se han tejido alrededor del matrimonio.

Sin embargo, en algún momento de la vida, allá cuando empezaron las mujeres a estudiar y rebelarse en contra de lo establecido, lo que implicó la liberación femenina, de algún modo empezó a cambiar el papel del matrimonio en la vida de las personas. De repente, ya no era necesario que dos personas estuvieran casadas para tener hijos, lo que por supuesto, va en contra de lo que todavía yo aprendí en la escuela y en la vida, pues una persona soltera de ninguna manera podría tener hijos… bueno, eso supe siempre, hasta que me di cuenta que el matrimonio no es requisito para tener hijos.

De repente, aprendí que además de los hijos, el matrimonio servía para garantizar a las personas el acceso a los beneficios y derechos que previene la, por supuesto, retrógrada ley federal del trabajo, así, con minúsculas, pues no puede pensarse que una ley que de entrada desaparece la institución del matrimonio, sea buena. Pero así es. El Código Obrero reconoce, en el artículo 501, lo siguiente: la persona con quien el trabajador vivió como si fuera su cónyuge durante los cinco años que precedieron inmediatamente a su muerte, o con la que tuvo hijos, siempre que ambos hubieran permanecido libres de matrimonio durante el concubinato. Es decir, si no aparece o no existe una esposa legítima, una concubina es lo mismo. Con eso, si bien se reconoce y se corrige una situación de hecho, se destruye al matrimonio como la base de la familia.

Luego entonces, si los hijos nacen sin casarse, si los derechos de los trabajadores se conceden sin que existan papeles de matrimonio, si además, en materia civil las herencias, legados y demás son independientes del estado civil, ¿Para qué sirve el matrimonio? ¿Cuál es la razón de que ahora, de repente, los grupos de personas con preferencias sexuales diferentes estén peleando por que se reconozca al matrimonio entre personas del mismo sexo como válido? ¿Qué es lo que buscan?

Aquí es donde Usted y yo vamos a tratar de encontrar sentido al problema.

El matrimonio es la unión de un hombre y una mujer para perpetuar la especie. Es decir, no son dos hombres y una mujer o dos mujeres y un hombre o tres y tres o varios o algo así. Además, deberá perpetuarse la especie.

Sin embargo, ¿qué sucede cuando uno de los dos no puede tener hijos? ¿Será válido, acaso, que un defecto físico que incapacite a cualquiera de los miembros del matrimonio a procrear hijos, lo deje fuera del matrimonio? ¿Será correcto que una enfermedad sea suficiente para terminar un matrimonio, porque uno no puede “darle hijos”, como si los hijos los estuvieran dando en alguna parte?

En caso de que ya casados, se descubra un tumor en la matriz de la mujer que le impida tener hijos, ¿será válido que se les permita adoptar uno?

Es decir, de existir una incapacidad para procrear o simplemente porque tienen ganas de tener otro hijo, ¿es correcto se les autorice?

Si logramos contestar que sí a la pregunta anterior, podremos validar la unión entre personas del mismo sexo, ya hombres, ya mujeres, pues de dicha unión resulta lógico no podrán existir hijos más sí, la posibilidad de adoptarlos.

Entonces pasamos al tema de la protección. De manera civil, uno le deja al otro la totalidad de los bienes tangibles, casas, carros, terrenos y demás.

Pero, aquí viene la parte más interesante. ¿Cómo va a poder dejarle derechos laborales a su compañero de vida, ya hombre, ya mujer, es decir, a alguien de su mismo sexo, si dicha unión no está regulada por la ley y las leyes que la empiezan a regular no contemplan derechos para los compañeros de vida del mismo sexo?

Pongamos como ejemplo el caso de dos personas, hombres o mujeres, compañeros de trabajo que por azares del destino vivieron juntos y de manera repentina, se quedaron sin más parientes que su compañera o compañero, según sea el caso y una de ellas sí alcanzó una pensión y la otra no. La que tiene pensión, ¿cómo va a extender la seguridad social de que goza si su compañero de cuarto no es su familiar, no es su cónyuge ni tienen relación alguna? Vamos, ni siquiera han existido relaciones sexuales entre ellas, pues la vida las llevó a vivir juntas, más cada una con sus propios afanes. ¿Acaso lo va a conseguir el nuevo formato de matrimonio que se plantea en varias legislaciones, que podrá darse entre dos hombres o dos mujeres o algo así?

Ojalá recuerde Usted, mi querido lector, que la propuesta que hemos venido manejando previene la seguridad social para cada uno en lo individual y que la forma de transmitir los derechos derivados del fondo de ahorros logrado por una persona, es vía civil, es decir, mediante legado, testamento o herencia, por lo que las cuestiones sexuales, matrimoniales, de unión o de preferencia no tienen absolutamente nada que ver.

Usted podrá dejar el saldo de su cuenta a favor de quien Usted estime conveniente, salvo de aquellos casos en los que tenga esposa o esposo, en los que el cincuenta por ciento, de manera forzosa, será siempre para el cónyuge supérstite, es decir, para el que sobreviva, según sea el caso.

Si lo analiza con detenimiento, verá que no se requiere de un acta de matrimonio para generar derechos, como tampoco dicha acta garantiza los fines primarios de la institución: amor, paciencia, respeto, confianza y demás.

Esos se consiguen cuando se admira a la otra persona, cuando Usted va buscando alguien para hacer la vida juntos, cuando Usted está dispuesto a dar y a darse, no sólo a recibir. Piénselo.

Vale la pena

Me gustaría conocer su opinión.

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

jueves, 17 de diciembre de 2009

2009, otro año que termina.

Cada año va dejando su marca en nosotros, en nuestro entorno, en nuestra vida. 2009 no habría de ser la excepción. Es un año en el que hubo avances, mucha gente consiguió cosas maravillosas, pero la inmensa mayoría vimos derrumbarse parte de nuestros sueños, parte de nuestra fortaleza y parte de nuestras vidas al ver partir a los que amamos, al saber que nuestros bienes de fortuna se redujeron o simplemente, al ver que no crecimos como esperábamos.

Pero una cosa si le digo, mi caro lector: si Usted y yo tenemos la fortuna de saber de esta nota, es porque tenemos vida y eso, debemos agradecerlo al Creador.

México, nuestra casa común, empezó el año con ilusiones, con ganas y entereza, tanto, que creímos estar protegidos de cualquier amenaza externa, pero ya hemos visto que no, que no somos inmunes y por el contrario, una vez más se comprobó que mientras no seamos autosuficientes en materia de alimentos, en lo económico, en cuestiones de tecnología, vamos a seguir siendo vulnerables a los ataques del exterior.

También hemos visto caer a los más grandes que, por confiar de más en sus propias fortalezas, olvidaron que Goliat siempre tiene a un David acechándolo y éste, ha de buscar la primera oportunidad para hacerse presente.

México, que carece de fortalezas visibles en las áreas que ahora se consideran más valoradas, léase nanotecnologías, robótica, cosas de esas, tiene en cambio, unas reservas insospechadas de valor incalculable y que no han ponderado nuestros líderes: su gente, su cultura, su idiosincrasia. La población mexicana, el obrero y el profesionista, el artista y el aprendiz, el maestro y el alumno, vamos, los extremos que amalgaman el México que queremos pero que por ceguera política no hemos podido manejar.

Este 2009 nos maltrató, nos atacó con plagas como la influenza esa que mereció muchos nombres más nunca los que verdaderamente se merecía: pobreza e ignorancia.

Las plagas que flagelaron nuestra tierra, la caída del valor de nuestra moneda, la reducción de los beneficios a nuestros hermanos pues quienes tienen de todo se niegan a compartir con los que de todo carecen, la falta de solidaridad entre hermanos de raza, de cultura y de geografía, a pesar de que unos tengan un tono de piel y otros, sólo la necesidad de hacer la vida, sin tomar en cuenta mas cosa que alimentar a sus hijos, esas plagas, también han de pasar.

México ha soportado y gozado de todo y en ese todo, van los gobernantes que ha tenido. Lo mismo quien vendió la mitad del territorio que quien logró vencer al francés, el mejor ejército del mundo. Los hombres que lograron por primera vez incluir en una Constitución los derechos sociales, que aquellos que consiguieron una corona para un príncipe extranjero o al único que ha invadido a Samuel. De todo hay en la viña del Señor.

Y ese todo, señores, es México. Nuestra patria que ahora ve cómo termina un año que muchos quisiéramos que ya se hubiera ido, para dar cabida a ese 2010 que aparece en lontananza como la suma de todas nuestras esperanzas, como la luz del faro que ha de guiarnos por aguas turbulentas, seguros de que el timón está en buenas manos.

2009 se está acabando. No nos cumplió en nuestras expectativas ni permitió que hiciéramos nuestros mejores esfuerzos. Nos arrebató la esperanza, nos secuestró el futuro, truncó nuestros sueños.

El año que viene, seguro nos va a traer lo que éste nos negó. Y eso, mi querido lector, es lo que para Usted vaticino, lo que le deseo y lo que espero se cumpla: paz, conciencia social, respeto, alegría por la vida, ganas de ser y hacer más, interés en nuestros hermanos, desapego a lo terrenal y que busque siempre lo que alimente su alma.

Si 2010 nos permite lograr nuestros sueños, habremos avanzado y si al final logramos salir avante, podremos decir que hemos vivido un poco más. De Usted depende qué tan contento viva.

Le envío un abrazo.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

lunes, 14 de diciembre de 2009

La influencia de los medios alternos de comunicación.

Desde siempre, las noticias se han dado a conocer por medio de heraldos, que es el nombre que se le brinda a quien notifica, que quiere decir hacer saber, por notus y facere.

El primero, según los dioses del Olimpo, fue Hermes o Mercurio, que inventó la lira y de ahí que los músicos lo tengan en muy alta estima.

Hermes o Mercurio, ha sido desde hace mucho, el nombre que se le da a los encargados de dar las noticias y por mucho tiempo, una vez que los juglares pasaron al desuso por la aparición de los medios escritos de comunicación, fueron los periódicos los principales portadores de la información a la gente.

Uno de los defectos del periódico era que la noticia se conocía hasta el día siguiente, por la necesidad de elaborar el formato del mismo y por ende, había veces en que llegaba con evidente retraso.

Sin embargo, cuando a mediados del siglo pasado se popularizó la “caja idiota” o televisión, empezó a existir la noticia “en tiempo real”, es decir, la posibilidad de que el público se enterara al mismo tiempo de que sucedía la noticia. Empero, no había manera de que hubiera una respuesta inmediata de la audiencia, pues no existía la forma de comunicarse con los demás.

Ahora, la red de redes o internet ofrece la posibilidad, vía los cuartos de contacto o chat rooms, de que lo que una persona o medio publica en su página o en una red social, de inmediato sea retransmitido a todos los demás participantes, agregando cada uno su propio comentario, lo que da la posibilidad de que lo que se origina como noticia, llegue un momento después, ya con comentarios, al destinatario que es capaz de, a su vez, retransmitir la información con su propio agregado.

Ahora, lo que empezó siendo un juego para ver qué ropa usas, a qué fiestas fuiste, cuándo cambias tu coche y demás banalidades, se ha convertido, de pronto, en el principal y durísimo crítico de los gobiernos a lo largo y ancho del orbe, pues si el dictador de tal o cual país, comete un delito u obra en contra de los intereses de su pueblo, a pesar de las restricciones que los mismos gobiernos han implementado en los contenidos a publicar en la red, lo cierto en que nunca fue tan fácil burlar los filtros de los controles de seguridad, pues existen múltiples formas para hacer saber lo que en alguna parte sucede y que ha de interesarle a todo el universo.

Los partidos políticos… esos entes jurídicos que según son del pueblo pero que se apartan cada día más de su razón de ser, ahora empiezan a ver con miedo, con recelo, los intentos de los ciudadanos libres, de los que se niegan a someterse al control de una persona moral ajena a ellos mismos y que además, sea cual sea su color o ideología o ubicación en la geometría política, actúan en contra de los intereses de los pobladores de un país, ahora ya empiezan a buscar la forma de acercarse a los chat’s.

Pero vaya que los ciudadanos libres ya están prevenidos y por ende, le niegan al gobierno y a las formas organizadas, cualquier intento de acercarse y mezclarse con quienes ahora se enarbolan como los próximos paladines de la libertad.

Se han ido creando medios que abren sus espacios a voces disidentes, a voces contrarias, a voces alternas, vamos, se ha producido el libre juego de las ideas y del flujo de la información sin cortapisas, a grado tal, que ya no existe la forma de parar la comunicación vía internet, que ha resultado ser una forma alterna de notificar, con lujo de detalles y sin censura, unos ciudadanos a otros, de lo que a todos afecta.

Ahora bien, si lo que se esparce en la “blogósfera” es una forma de atender un infarto cuando se va solo, o la manera de reaccionar ante un ataque cerebral o muchos otros mensajes que todos hemos recibido varias veces, está bien. No existe ataque a persona o institución alguna. Pero, cuando lo que se recibe es una invitación a acudir a tal o cual lugar a protestar en contra del alza de precio de la luz o por que subieron los impuestos o no quieren soltar a un detenido o cosas así, el gobierno ha de empezar a darse cuenta que cada día más, la sociedad está comunicada y que no existe ya, la forma tan artera de darle atole con el dedo a la población.

Que a pesar de que el gobierno o más bien, los diversos gobiernos, manejan sus presupuestos como la forma de premiar al amigo y castigar al enemigo, lo cierto es que lo único que han logrado es que los medios castigados se salgan de los cauces formales, de la forma impresa y distribuida en las calles y que ahora, como es prohibida y todo lo prohibido es más atractivo, tenga un récord de distribución y por ende, una mayor penetración en la audiencia.

Que si a la gente le da flojera leer algo que está en las calles y que es distribuida como mercancía formal, en cuanto se le dice que está prohibido, se vuelcan al instante a buscar aquello que se les ha retirado.

El mejor ejemplo lo tenemos en la obra de Carlos Fuentes, Aura, la que una vez que fue prohibida y atacada por un funcionario, se acabó en las librerías y la gente la buscó sólo por el morbo de poder leer algo “prohibido”.

Y créame, nada hay que se disfrute más que aquello que nos ha sido vedado.

Y al parecer, los medios alternos están proscritos… y eso, señores, les va a dar mucha más difusión. Y por supuesto, mucha mayor importancia. Créame.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

domingo, 6 de diciembre de 2009

México: País de trabajadores.

Era media mañana, la señora, en casa, apenas terminaba de arreglar las camas, ya había dado de desayunar pero le faltaba hacer la comida, traía recogidas las mangas de la blusa, estaba barriendo y trapeando, tenía al perro ladrando y afuera, el más chiquito de los niños gritaba mientras la madre corría a atender el teléfono. En eso, llega un encuestador a la puerta y le pregunta- Señora: ¿Usted trabaja? obteniendo como respuesta, como arrastrando la voz después de tomar aire y barrerlo con la mirada- no tengo un empleo remunerado.

Esa situación es lo más común en este México nuestro. El papá, la mamá, los hijos adolescentes, los niños y hasta los abuelitos, trabajan y mucho. Pero no tienen un empleo remunerado. Como consecuencia de no tener un empleo remunerado, es decir, un patrón fijo y cierto, que los inscriba en alguno de los muchos sistemas de seguridad social que coexisten en el país, el trabajo de los mexicanos no luce, no les garantiza el ingreso y mucho menos, los derechos que según consagra la Constitución pero sólo para unos cuantos.

La Constitución establece claramente que todos somos iguales ante la ley. Claro, establece también, que para tener derecho a algunos de los derechos que ella misma preconiza, deberán cubrirse los requisitos de ley. Por tanto, la que manda es la ley secundaria.

La ley en nuestro país exige que para tener derecho a crédito de gobierno para una vivienda, deberás haber cotizado tantos más cuantos años en INFONAVIT o FOVISSSTE, de lo contrario, quedas sujeto a los leoninos términos de los usureros o de los bancos, que es casi lo mismo.

La ley señala que todos tenemos derecho a la salud, pero para tener acceso a los servicios públicos de salud de los organismos oficiales, deberás acreditar tener una relación laboral formal. En caso de no hacerlo, podrás acudir al “seguro popular” que a la perfección describiera el Dr. Ángel Guillermo Ruíz Moreno, quien es uno de los máximos conocedores de la Seguridad Social en el país, cuando en la Asamblea Anual de la Academia Mexicana de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social celebrada en Chihuahua, capital del estado del mismo nombre, la describiera diciendo: ni es seguro, ni es popular ni es seguridad social.

Entonces, si el “seguro popular” no sirve, te diriges a los hospitales de la Secretaría de Salubridad, que por ser públicos, carecen de todo. No son de nadie y por ende, a nadie le interesan.

Luego entonces, el derecho al acceso a los servicios de salud está supeditado a leyes secundarias y por ende, lo que dice la Constitución… no vale.

Es decir, los que tienen una relación laboral formal como que son mexicanos de primera y los que se atreven a soñar que solos pueden hacer la vida, están condenados al fracaso, pues si no logran entrar a las listas de la revista esa que lleva la cuenta de los 500 más ricos, sin importar el giro a que se dediquen, no van a salir bien.

Pero los mexicanos somos un pueblo de personas que lucha, que hace el esfuerzo pero que se pierde en la bruma de la falta de definición. Si Usted compra una casa para su familia, a veces, sólo a veces, hace el cambio de propietario y la pone a su nombre. Lo más común es que la deje a nombre del señor que se la vendió, hace apenas… ¿Veinte? ¿Treinta años? No me va a dejar mentir, pues si no es Usted, sí uno de su familia así compró su casa y no ha hecho el cambio de propietario.

Cuando menos, si Usted ya lo hizo, no ha cambiado el nombre en el recibo de la luz o del cable o del teléfono o de cualquier cosa. No ponemos nuestras cosas en orden.

Igual. Usted trabaja y mucho pero el patrón no le da seguridad social o Usted le pide que no lo inscriba en el seguro, al cabo que nunca lo necesita… hasta que recibe una descarga eléctrica y va a parar incapacitado de por vida y sin servicio médico. Claro, su patrón arregló el problema con unos pesos pero… ¿Usted?

Ahora imagínese que todos tuviéramos los documentos en orden para poder pagar a nuestro nombre. Que todos tuviéramos derecho a seguridad social en base a nuestro gasto, no a nuestro ingreso. Que la diferencia entre trabajo y empleo ya no existiera, más que como recuerdo. Que todos pudiéramos acceder a servicios de salud por el sólo hecho de ser mexicanos. Imagínelo.

Ya existe, ya está planteado y está a sus órdenes. Es tan fácil como que en cada operación de compra que Usted haga, pase una tarjeta deslizable que le sirva para que el equivalente a dos o tres puntos del IVA se depositen en una cuenta de ahorros a su nombre, que le generaría los fondos necesarios para tener derecho a servicio médico y a pensión, cumpliendo los sesenta años. Piénselo.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.
Mexicano.

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