domingo, 1 de noviembre de 2009

Cambios de diseño.

Las personas y las cosas nos muestran una forma que, a veces, es distinta de lo que en el fondo son.

Es decir, a veces vemos a alguien y nos lo imaginamos de una forma y resulta ser que su verdad es distinta. Otras veces, son cosas lo que observamos y resulta que su utilidad o fin práctico es muy distinto de lo que pudiéramos haber soñado.

Hoy, Nuevo León presenta a los cuatro vientos caras nuevas y al parecer, nuevos estilos de hacer las cosas.

Ha concluido la contienda electoral y los ciudadanos eligieron al mejor, al menos malo o al único que estimaron aceptable. Vaya Usted a saber. Lo único cierto es que tenemos nuevo Gobernador y Alcaldes también nuevecitos.

Algunos de los alcaldes, ya con experiencia en el mismo puesto y ciudad y otros, en el puesto pero en ciudades distintas. A muchos de ellos tuve oportunidad de escucharlos presentar sus planes de trabajo con Ervey Cuéllar, en Vertebra, organización que busca lo mejor para la sociedad.

Los que se fueron, o cumplieron o dejaron las cosas a medias. Ya la Historia y sus conciudadanos habrán de juzgarlos.

Los que van llegando, tienen en sus manos la muy alta oportunidad de formar parte del cambio que México requiere para salir adelante.

Esperamos, todos los mexicanos, que nuestros funcionarios públicos dediquen sus esfuerzos a sacar adelante al país, a buscar lo mejor para todos, a luchar por cambiar, para bien, el estado de las cosas.

Creo firmemente, como la inmensa mayoría de los mexicanos, que ya no es tiempo de que los servidores públicos se sirvan del público. Que ya no es hora de que abusen y lucren con los puestos que tienen oportunidad de desempeñar. Que en defensa propia, por su propia seguridad personal, han de buscar hacer las cosas bien.

Que si el diseño o formato de gobierno ya ha sido rebasado, habrá que cambiarlo. Que si antes, un Director de Policía o Tránsito era lo propio, lo correcto y ahora ya no, es bueno experimentar, en cuanto no se pierda de vista la causa final del esfuerzo: el bien común.

Y sí, en aras del bien común es válido buscar un nuevo diseño en el gobierno, en la forma de hacer y presentar las cosas.

Un día, hace mucho, se pensaba que lo correcto era que los gobernantes dispusieran en su propio beneficio de lo que contenían las arcas de la nación. Hoy no. Un día, fue bien visto que los funcionarios tuvieran amantes, según para demostrar que eran muy hombres. Hoy no. Otro día, era correcto que el gobernante viajara a costillas del pueblo. Hoy ya no.

Entonces, así como las modas cambian, así como los hombres cambian, así cambian también las formas del gobierno, la manera de hacer las cosas, los métodos para presentar al pueblo los esfuerzos del gobernante. Y cuando se busca lograr un buen rostro, una presencia aceptada por la mayoría, que no es precisamente un concurso de popularidad si no la forma apegada a derecho de conducirse, entonces habremos de observar cambios sustanciales en nuestros próceres.

Y si lo logran, si demuestran que quieren cambiar ellos para cambiar, para bien, a México, habrán logrado trascender.

Si su conducta se aparta de un recto proceder, si empiezan a disponer a tontas y a locas de los bienes públicos, tendremos problemas y México, ni está para eso ni lo merece ni es justo.

Algunas veces el ciudadano ha depositado su confianza en candidatos de lujo que una vez que ocupan los cargos, demuestran que fueron buenos en mercadotecnia, es decir, en la forma de vender su imagen pero que a la hora buena, no supieron estar a la altura de las circunstancias.

Otras veces, hemos visto candidatos con tan poco carisma que, sin embargo, a la hora buena, crecen y agigantan su figura hasta alcanzar estatura de líderes reales.

Ojalá los nuevos tengan esa cepa. Que sean capaces de unificar al pueblo en torno a su figura, no en su contra.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.

Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com
www.mexicodebesaliradelante.blogspot.com

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