viernes, 25 de diciembre de 2009

¿Y si fuera Usted el papá de Xinuelth Emmanuel?

El día 5 de junio de 2009 no se les olvidará nunca a los padres de los niños que murieron calcinados por un error humano. Bueno, de alguna manera ha de nombrar la autoridad al abominable crimen cometido por una muy amplia serie de funcionarios de todos tamaños y niveles, que permitieron se encadenaran los yerros hasta lograr un total de cuarenta y nueve muertos de manera que sólo los hornos de Hitler podrían hacer.

Sin embargo, la autoridad le apuesta a que los gobernados no tienen memoria y van a llevar el caso hasta que se olvide, hasta que las conciencias se hayan comprado y nadie quede que proteste, de manera alguna.

Los que permitieron, los que propiciaron y los que cometieron el crimen están libres. Está detenida la señora del aseo y creo que uno que se encargaba de limpiar las puertas. En ambos casos, no eran empleados de la guardería y mucho menos, del seguro. Eran trabajadores de una outsourcing de esas que sólo facturan pero que niegan todos los derechos a los trabajadores. De esas en las que los hombres y mujeres de nuestro México hoy deben trabajar, aún a costa de sus propias vidas y su libertad, pues no encuentran una opción mejor.

Acabo de ver hace un momento la entrevista que le hacen al papá de Xinuelth Emmanuel, uno de los niños que murieron. La difunde Contactox, medio informativo de Sonora que se encuentra en Internet y que muestra, de manera descarnada, la impotencia de un padre que a pesar de todo, se niega a dejar morir la memoria de su hijo y se niega también, a dejar morir la ilusión de que México es más que sus autoridades.

Dice y con justa razón, que él nunca habló antes pues no sabía lo que tenía que decir. Ahora, que sabe que por su apatía en denunciar lo que está mal, murió su hijo, no quiere permanecer en el ostracismo doloroso del que sabe que las cosas se desbaratan, se derrumban, pero que no cree tener la forma de componerlas.

Ahí es donde creo yo que está el valor verdadero del esfuerzo del papá de Xinuelth Emmanuel, en demostrar que siendo participativos, haciéndole saber a la autoridad nuestra inconformidad, de manera pacífica, respetuosa y comedida, podremos cambiar las cosas.

He estimado siempre, que puede más una gota de miel que un litro de hiel. No es necesario ofender ni denostar al enemigo o contrincante para hacer ver que somos los titulares de la razón y el derecho.

No se requiere ofender para obtener lo que se busca. Se requiere, sí, decisión, saber del rumbo que se busca y saber, con precisión, lo que ha de encontrarse.

El papá de Xinuelth Emmanuel sabe lo que quiere y lo está buscando. Lo va a lograr, pues cuenta con el mejor motor para seguir en la lucha: la íntima convicción de que las cosas que se están haciendo, van en beneficio de todos.

La duda que queda es: ¿Qué pasará el día de mañana en que vuelva a haber muchos Xinuelth Emmanuel y a nosotros nos corresponda el papel de los padres? Usted, ¿Qué haría?

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

Enlace a Contactox:

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