jueves, 18 de junio de 2009

San Pedro Garza García y los candidatos del P.R.I.

Ervey Cuéllar Adame, de Vertebra, hizo llegar las invitaciones de rigor y comparecimos los suficientes para escuchar, con bastante interés, cuando menos de mi parte, a los candidatos del Partido Revolucionario Institucional a los cargos de Diputado Local, Diputado Federal y Alcalde por San Pedro Garza García, el llamado municipio modelo de nuestra patria.

Lo primero que llamó mi atención, abierto y receptivo a tratar de captar detalles, que son los que dan forma a las formas, fue que antes de la hora fijada para el desayuno-conferencia, las ocho de la mañana, llegó saludando de mano, muy contento, afable y dispuesto, Francisco Gutiérrez, candidato a Diputado Federal por el Distrito I, seguido apenas unos metros atrás por un hombre en el que se adivinan la seguridad y aplomo de lo que dice, Don Felipe Zambrano Páez y luego, como partiendo plaza, Juan Carlos Pérez Góngora, que por lo que escuché, ha ocupado todos los puestos del catálogo de funcionarios.

Los tres, con trayectorias de vida muy completas y con amplio conocimiento de a lo que van.

Uno de mis compañeros de mesa, de quien me reservo el nombre, lo primero que me dijo fue: es hijo de Paco, que fue diputado hace tiempo y fue bueno. El muchacho es bueno. Con eso, sentenció lo que la vox populi ha dicho: el hombre va forjando su vida en base a sus acciones y a Francisco, las de su Padre, le han allanado el camino.

Y empezó el evento. Por esas cosas de la vida, a Francisco se le empalmaron dos, por lo que en uso de su capacidad de negociación, pactó con los otros oradores para ser él el primero en dirigirse a la audiencia.

Dijo cosas que por lógicas, parecen verdades de Perogrullo pero que si se aplicaran, serían capaces de cambiar el rumbo de la cosa pública.

Hizo ver que tal como ha visto hacer en otras latitudes, al proponer un cambio legislativo, habría de hacerlo soportado en legisladores de su partido, obvio, pero también, en los de los partidos de enfrente, para que de esa manera, el beneficio fuera para México, no sólo para dar lustre a quien lleve la propuesta. Es decir, que sus propuestas fueran bipartidistas o pluripartidistas, para tener asegurado el triunfo.

Lo demás no lo dijo, lo digo yo. Al final, siempre se sabe de quién son las propuestas.

Criticó duramente al Secretario del Trabajo por no hacer su trabajo, que es luchar por conciliar y mejorar los intereses de la clase menos favorecida de la relación laboral. Dijo que su impericia es tal, que él le entregó un proyecto, lo comentaron, le indicó que la siguiente semana se discutiría y hasta la fecha sigue esperando. Lo hizo en tiempos en que se desempeñaba para CAINTRA en el proceso legislativo.

Además, propuso ser él el puente entre su partido, el Revolucionario Institucional, con los demás partidos. Creo que sabe de lo que habla y estimo podría hacerlo bien. Dio suficientes argumentos como para tomarlo en serio. Y es una propuesta que no había escuchado antes.

Hizo más comentarios, recibió preguntas y salió airoso. Es muy buen candidato.

Acto seguido, se levantó Felipe Zambrano y lo primero que dijo me cimbró: estoy aquí porque estoy harto de los políticos. Créame que me identifiqué con él desde el primer momento.

Yo también, siento, sé, me consta, que aquél que ha recibido una instrucción que le permita hablar por el que no tiene voz, tiene el compromiso moral de hacerlo. Yo por eso escribo.

Pero no sólo escribiendo es como se logra influir en la sociedad. Se debe participar en la forma en que la hace Felipe Zambrano, que se molesta cuando le dicen Don Felipe, como queriendo negar que el Don es un título de respeto que se gana, no se pide.

Me identifiqué también, pues dijo que hay hambre en el pueblo, que hay irritación social y que la gente está molesta con los políticos. Y vaya que tiene razón.

Fue mi pregunta al momento en que nos permitieron el uso de la voz: ¿Qué piensa hacer para convencer a la gente que ha dicho que no va a votar, por estar harta de los políticos? ¿Cómo piensa motivarla a que salga a votar y además, que lo hagan por Usted?

Se voltearon a ver los del presídium y surgió la respuesta: haciendo ver que nuestras intenciones son serias, que estamos capacitados para gobernar y legislar y que somos de aquí, estamos aquí y aquí vamos a permanecer.

Felipe Zambrano incluso dio su domicilio particular y dijo: ahí he vivido siempre y ahí los recibo el día que quieran. Eso es tener compromiso. Vale la pena escucharlo.

Siguió el turno de Juan Carlos Pérez Góngora, un personaje local a quien he visto, por los medios de comunicación, desempeñar diversas funciones y encargos.

Sin embargo, fue más allá de lo que yo pensaba, cuando dijo que él se había preparado desde hacía tiempo para gobernar, para dirigir los destinos de San Pedro, que tenía ya organizado lo que correspondía hacer e incluso, que ya tiene avanzado el presupuesto del próximo año, para hacer lo que se ha propuesto.

Y vaya que es ambicioso el señor.

Quiere pasos a desnivel por aquí, calles muy grandes por allá, muchos millones para drenaje, obra que sé es de lo más necesario pero que a los gobernantes no les interesa pues sólo causa molestias mientras se hacen y al concluir los trabajos, nadie se acuerda que debajo de la calle están enterrados los tubos que permiten a la ciudad estar en paz y no inundarse cuando llueve. Nadie agradece las obras de drenaje, pero el día del agua, si no se hicieron, omito mencionar de quién se acuerda la gente.

Habló incluso de que necesitaría un mil ochenta y cuatro millones de pesos, no sé cómo llegó a esa cantidad, pero dijo que ya tenía avanzadas las negociaciones para conseguirla, precisamente para usarla en obra pública.

Se me pasaba comentar que cuando empezó su disertación, muy propio, con equipo moderno de proyección, lo que implica pensar que está acostumbrado a trabajar con lo mejor, su propuesta estaba en color verde de fondo, algo que a mí, en lo particular, me gustó, recordando que el verde es el color de la esperanza y el verde, según los que saben de eso, es signo de querer hacer las cosas bien. Por eso hay esperanza.

Habló de calidad educativa y de cómo piensa lograrla; se refirió a la cuestión deportiva y claro, sus metas son increíbles: quiere llevar a los niños de San Pedro, a las Olimpiadas. Nada más, pero nada menos. Es más, no veo por qué no.

Dijo muchas otras cosas más, pero hubo una que me impactó, precisamente por el trato que en lo personal, he tenido con policías de diversos partes de nuestro país, porque sé, de cerca, lo que son la policía y sus familias, porque he visto actuar, dentro de la ley y fuera de ella, a personal de la policía.

Dijo que iba a ofrecerle personalmente a cada uno, una amplia variedad de estímulos, mejores sueldos, créditos para casas, parques, becas para sus hijos y muchas cosas más. Casi podría decirse que lo de siempre.

Lo diferente fue, que dijo que esas promesas habrían de hacerlas frente a la esposa e hijos del policía o frente a sus padres, en caso de los solteros.

Que el compromiso de los policías sería, no con San Pedro ni con su Alcalde, si no con su propia familia.

Creo que los valores de un hijo o de un esposo o de un padre, cuando tienen en la mente a su familia, se conservan más claros, más firmes, más arraigados.

Creo que encontró un filón que si lo sabe usar, habrá de cambiar la fisonomía de sus guardianes del orden.

Debemos recordar que el policía es el primer contacto del ciudadano con el gobierno y que de la impresión que cause en éste, será lo que se pueda avanzar.

Si la gente confía en su policía, en su gobierno, se podrán hacer muchas cosas.

Eso es lo que necesita México. Y eso es lo que ofrecen.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.

Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com
www.mexicodebesaliradelante.blogspot.com/


Monterrey, N.L., junio de 2009.

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