Cada vez que entramos en una nueva época de campañas políticas en pos de los múltiples cargos de elección popular que existen en nuestro país, vemos, algunos, la increíble fauna, por que de algún modo hemos de llamar a algunos de ellos, salvo muy honrosas excepciones, que va en pos de dichos puestos.
Resulta que este candidato, ya ha sido procesado por peculado pero afirma que fue “una cuestión mediática”, aquél otro, piensa repoblar el mundo de tanto hijo fuera de matrimonio que tiene, pero “eso no invalida mi capacidad de gestión”, como aquél diverso que aduce que “lo que inventan mis detractores son sólo calumnias”, cuando la ciudad entera sabe que se ha fumado todo tipo de hierba que se mece con el viento.
Por si fuera poco, los dichos candidatos ofrecen, en campaña, el puente sobre el río y si no hay río, caramba, ofrecen también el río.
Acabo de leer hace unos instantes que un candidato, no quiero recordar de dónde es ni a qué puesto aspira, pero alega que va a eliminar el I.E.T.U., el I.D.E. y si se puede, hasta el I.V.A.
Yo quisiera conocerlo personalmente para saber de qué está hecho.
Y a despecho de sonar reiterativo, que sí soy, de parecer necio, lo que también tengo, hoy vengo a decirle a Usted, que sí piensa, que lo que para muchos es sólo promesa de campaña, con un poco de ingenio y mucho de buena voluntad, se puede lograr.
Ayer, al dirigirme a atender un llamado personal, el chofer del taxi me comentó que pertenece a una asociación independiente de taxistas y que quieren lograr que el gobierno, él dijo que el del estado, les devuelva lo que pagan de I.V.A, según en razón de que a pesar de todo lo que pagan, no tienen ningún beneficio.
Yo, por supuesto, lo dejé hablar.
Pero me asalta una duda. ¿Si les devuelven el I.V.A., de dónde va a tomar el gobierno el dinero que requiere para realizar su función?
Es lo mismo que le diría al candidato ese, el que los va a eliminar. ¿De dónde va a tomar el gobierno lo que necesita para funcionar?
Aquí es donde Usted y yo ya sabemos que sí se puede, que sí existe una forma de lograrlo y que lo único que necesitamos es un candidato que piense en el beneficio de México todo, de un candidato que tenga en más alta estima su país, México, que sus compromisos de orden político, de partido, de grupo, de sistema y de gremio.
Necesitamos un candidato que sea capaz de hacer valer en la más alta tribuna del país la propuesta que Usted y yo hemos venido comentando desde hace más de cuatro o cinco años, una propuesta que conocen la inmensa mayoría de los que ahora tienen un puesto de elección popular, pues de tanto que la he tratado de difundir, resulta que a un mismo personaje ya le hice llegar mi propuesta cuando era senador de la república, luego como diputado y ahora, de nuevo senador.
Vaya, creo que los tres puestos han sido por partidos políticos diferentes, lo que nos demuestra con claridad lo firme de sus convicciones, lo seguro de su razonamiento y la altura de sus miras.
Claro, va por lo más alto, pero sólo en su beneficio particular.
Qué pena que en México, casi todos los candidatos sean de esos.
Afortunadamente tengo amigos que son muy amigos de algunos candidatos y de hecho, hasta creo conocer a algunos de ellos.
Por eso, hace unos días me emocioné cuando alguien me dijo que EL CANDIDATO haría una reunión pública para escuchar propuestas de la gente, propuestas que podrían servirle para su función como legislador federal.
Arreglé mis documentos, hice una presentación de esas que quedan muy profesionales, junté los diplomas que acreditan mi camino de vida y ya con todo bajo el brazo, me informaron que sólo habrían de presentarse las propuestas de determinado grupo de personas, los amigos de EL CANDIDATO, que los demás dejáramos nuestros papeles con su ayudante. Hasta ahí llegó mi emoción.
Hace rato escuché al Secretario de Hacienda informar que después de todo el problema de la influenza, habría una caída de trescientos mil millones de pesos en la recaudación fiscal y que existen, como alternativas, mayor endeudamiento, incrementar los impuestos o dejar de pagar obras ya iniciadas.
Si yo lograra hacerle saber al Ministro de Hacienda que los trescientos mil millones de pesos que le faltan, son menos de lo que la propia Secretaría de Hacienda reconoce formalmente como evasión y elusión por concepto de I.V.A., créame que juntos, podríamos cambiar el destino de México.
Si el Secretario de Hacienda, o un buen legislador, que realmente quiera a México, o un comunicador social que no sólo esté comprometido con los medios, si no con la gente que le confiere credibilidad, lo hiciera valer, podríamos demostrar que además de resolver el problema de la falta de ingresos, podríamos otorgarle, a la totalidad de la población, seguridad social, ese logro tan despreciado cuando la vida es toda tuya, cuando te sonríe y te sientes suficiente pero tan preciado cuando ya la vida se escapa, cuando no tienes más asidera que la caridad de tu familia, la asistencia social de un gobierno que te otorga como limosna lo que debería ser derecho o de plano, resignarte a morir como lo han hecho tantos en nuestro país: careciendo de todo tipo de medicinas por no tener para surtir la receta.
Creo que se pueden cambiar las cosas.
La propuesta está sobre la mesa y a sus órdenes.
Ayúdeme a lograrlo.
Es por México.
Vale la pena.
Me gustaría conocer su opinión.
José Manuel Gómez Porchini
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com
http://mexicodebesaliradelante.blogspot.com/
Resulta que este candidato, ya ha sido procesado por peculado pero afirma que fue “una cuestión mediática”, aquél otro, piensa repoblar el mundo de tanto hijo fuera de matrimonio que tiene, pero “eso no invalida mi capacidad de gestión”, como aquél diverso que aduce que “lo que inventan mis detractores son sólo calumnias”, cuando la ciudad entera sabe que se ha fumado todo tipo de hierba que se mece con el viento.
Por si fuera poco, los dichos candidatos ofrecen, en campaña, el puente sobre el río y si no hay río, caramba, ofrecen también el río.
Acabo de leer hace unos instantes que un candidato, no quiero recordar de dónde es ni a qué puesto aspira, pero alega que va a eliminar el I.E.T.U., el I.D.E. y si se puede, hasta el I.V.A.
Yo quisiera conocerlo personalmente para saber de qué está hecho.
Y a despecho de sonar reiterativo, que sí soy, de parecer necio, lo que también tengo, hoy vengo a decirle a Usted, que sí piensa, que lo que para muchos es sólo promesa de campaña, con un poco de ingenio y mucho de buena voluntad, se puede lograr.
Ayer, al dirigirme a atender un llamado personal, el chofer del taxi me comentó que pertenece a una asociación independiente de taxistas y que quieren lograr que el gobierno, él dijo que el del estado, les devuelva lo que pagan de I.V.A, según en razón de que a pesar de todo lo que pagan, no tienen ningún beneficio.
Yo, por supuesto, lo dejé hablar.
Pero me asalta una duda. ¿Si les devuelven el I.V.A., de dónde va a tomar el gobierno el dinero que requiere para realizar su función?
Es lo mismo que le diría al candidato ese, el que los va a eliminar. ¿De dónde va a tomar el gobierno lo que necesita para funcionar?
Aquí es donde Usted y yo ya sabemos que sí se puede, que sí existe una forma de lograrlo y que lo único que necesitamos es un candidato que piense en el beneficio de México todo, de un candidato que tenga en más alta estima su país, México, que sus compromisos de orden político, de partido, de grupo, de sistema y de gremio.
Necesitamos un candidato que sea capaz de hacer valer en la más alta tribuna del país la propuesta que Usted y yo hemos venido comentando desde hace más de cuatro o cinco años, una propuesta que conocen la inmensa mayoría de los que ahora tienen un puesto de elección popular, pues de tanto que la he tratado de difundir, resulta que a un mismo personaje ya le hice llegar mi propuesta cuando era senador de la república, luego como diputado y ahora, de nuevo senador.
Vaya, creo que los tres puestos han sido por partidos políticos diferentes, lo que nos demuestra con claridad lo firme de sus convicciones, lo seguro de su razonamiento y la altura de sus miras.
Claro, va por lo más alto, pero sólo en su beneficio particular.
Qué pena que en México, casi todos los candidatos sean de esos.
Afortunadamente tengo amigos que son muy amigos de algunos candidatos y de hecho, hasta creo conocer a algunos de ellos.
Por eso, hace unos días me emocioné cuando alguien me dijo que EL CANDIDATO haría una reunión pública para escuchar propuestas de la gente, propuestas que podrían servirle para su función como legislador federal.
Arreglé mis documentos, hice una presentación de esas que quedan muy profesionales, junté los diplomas que acreditan mi camino de vida y ya con todo bajo el brazo, me informaron que sólo habrían de presentarse las propuestas de determinado grupo de personas, los amigos de EL CANDIDATO, que los demás dejáramos nuestros papeles con su ayudante. Hasta ahí llegó mi emoción.
Hace rato escuché al Secretario de Hacienda informar que después de todo el problema de la influenza, habría una caída de trescientos mil millones de pesos en la recaudación fiscal y que existen, como alternativas, mayor endeudamiento, incrementar los impuestos o dejar de pagar obras ya iniciadas.
Si yo lograra hacerle saber al Ministro de Hacienda que los trescientos mil millones de pesos que le faltan, son menos de lo que la propia Secretaría de Hacienda reconoce formalmente como evasión y elusión por concepto de I.V.A., créame que juntos, podríamos cambiar el destino de México.
Si el Secretario de Hacienda, o un buen legislador, que realmente quiera a México, o un comunicador social que no sólo esté comprometido con los medios, si no con la gente que le confiere credibilidad, lo hiciera valer, podríamos demostrar que además de resolver el problema de la falta de ingresos, podríamos otorgarle, a la totalidad de la población, seguridad social, ese logro tan despreciado cuando la vida es toda tuya, cuando te sonríe y te sientes suficiente pero tan preciado cuando ya la vida se escapa, cuando no tienes más asidera que la caridad de tu familia, la asistencia social de un gobierno que te otorga como limosna lo que debería ser derecho o de plano, resignarte a morir como lo han hecho tantos en nuestro país: careciendo de todo tipo de medicinas por no tener para surtir la receta.
Creo que se pueden cambiar las cosas.
La propuesta está sobre la mesa y a sus órdenes.
Ayúdeme a lograrlo.
Es por México.
Vale la pena.
Me gustaría conocer su opinión.
José Manuel Gómez Porchini
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com
http://mexicodebesaliradelante.blogspot.com/
pues si, lamentablemente muchas de las propuestas son deplorables, pero bien dice laa vox populi "cada quien tiene lo que merece", que aunque crudo y un tanto frio, acorde a la idea diria Jacobo Zabludovsky mas o menos asi, si bien el americano promedio puede llegar a ser como homero simpson, por mas que odie a quien ahora es presidente de la nacion lo apoyan, esto debido a que es el presidente, pero del otro lado de la moneda es decir el pais vecino, si mi diputado amado perdio las elecciones, lo madrean en vez de apoyarlo, ese es el unico detalle. bien ese es un gran detalle, bien aquella reflexion de los cangrejos que aquel vendedor cargaba en sus cubetas, resalta la realidad que mexico vive dia a dia.
ResponderEliminarSaludos tio!!
excelente blog
atte. fernando