domingo, 29 de marzo de 2009

El costo de ser pobre

Si no hay pan,
que coman pasteles.
María Antonieta.


Cuando se tiene la fortuna de tener fortuna y bienes de capital, las cosas tienen un precio. Cuando se carece de todo, ese precio llega a ser tan caro, que ha sido el motor de las grandes revoluciones y los movimientos sociales sin control.

Voy a tratar de explicarme.

Imagine Usted, mi querido lector, que se está estrenando como padre y por supuesto, no sabe nada de nada. No sabe lo que cuestan los pañales, ni los biberones, ni el talco y todas esas cosas que según las mamás usan los bebés y que ni Usted ni yo alcanzaremos a entender nunca.

Claro, las mamás que lean esta nota sabrán que efectivamente, los hombres no sabemos absolutamente nada de nada. Pero sí podrán saber que algunos, algunas veces, hacemos nuestro mejor esfuerzo en ayudar.

Y, a veces, la ayuda consiste en ir a comprar lo necesario. Por ejemplo, los pañales.

Así fue como escuché, hace muchos, pero muchos años, la expresión: qué caro resulta ser pobre.

Y sí, tenía razón.

Él fue a comprar tres pañales sueltos a la tienda de la esquina y le costaron, digamos, un peso cada uno.

Me hizo la cuenta que si los hubiera comprado en un supermercado, el paquete con veinte le costaría sólo doce pesos y si la compra se hiciera en una bodega, el paquete con cien le saldría en menos de cincuenta pesos. Es decir, cada pañal le saldría a menos de cincuenta centavos. Él los fue a pagar al doble a la tienda de la esquina, precisamente por no tener dinero para comprar el paquete en la bodega.

A raíz de ese comentario muchas veces he meditado el asunto.

La mamá que tiene la fortuna de que le hagan una fiesta de bienvenida para el bebé, recibe de regalo muchos pañales, además de otros enseres.

En ese orden de ideas, al padre no le cuestan los pañales.

Claro, la fiesta cuesta, pero muchas veces la paga un amigo, las compañeras de trabajo, los familiares o alguien. O el propio padre pero los regalos superan con creces el costo de la reunión.

Entre la gente sin fortuna, no se acostumbra hacer fiesta para darle la bienvenida al bebé. Es más, a veces, el bebé llega en contra de la voluntad del padre, de la madre o de ambos.

Ahí empiezan las diferencias.

Ahí empieza la diferencia entre el que algún día tendrá bienes y el que siempre, pagará muy caro todo.

Luego supe que en la tienda de la esquina venden las tablillas de chocolate a ocho pesos, cuando la cajita con seis vale menos de treinta, lo que da un costo de menos de cinco pesos cada una. Claro, si las compra en caja de muchas cajitas, le cuestan tres pesos. Ahí tenemos otra gran diferencia.

El costo de la computadora. Cuando Usted no tiene dinero, va a un negocio de esos donde le rentan el equipo de informática. El precio es entre los cinco y los veinte pesos la hora, que va de ciento veinte a cuatrocientos ochenta pesos las veinticuatro horas.

Si Usted le paga la cuota mensual a uno de esos negocios inmensos que la ofrecen, le cuesta alrededor de trescientos pesos. Es decir, aproximadamente diez pesos diarios.

Claro, por eso los del Ciber le facilitan todo, lo apoya y lo ayudan, pero a que se hunda más.

Si Usted necesita dinero, va con el banco. Ninguno es hermana de la caridad, como coloquialmente se dice, pero andan en un cuarenta o cincuenta por ciento de interés anual, así digan ellos que es menos.

Claro, siempre y cuando Usted tenga bienes para garantías, acceso a documentación para justificar solvencia, cuentas de ahorro y depósitos a plazo que demuestren que Usted podría ser de los quinientos de una famosa revista.

Si Usted carece de eso…, ni modo. Vaya y pídale al señor que presta dinero en la colonia y sólo le cobra el diez por ciento, mensual. Es sólo el doscientos cuarenta anual, que igual se anuncia una empresa en los camiones de este Monterrey, con esos costos de CAT, que dicen que significa “Costo Anual Total”.

Si no lo consigue, le queda el recurso de pedirlo a los negocios que se anuncian como expertos en la materia. Sólo le cobran el seis o siete por ciento, semanal.

Y, por supuesto, Usted ya no logró resolver nunca su apuro. Va a quedar endeudado para siempre, o un poquito más.

Y ahí, nos volvemos a ubicar al principio de este esfuerzo.

¿Qué va a hacer Usted cuando no puede, a pesar de sus esfuerzos, satisfacer sus necesidades?

Sale a la calle a conseguir lo que necesita. Si tiene suerte, encuentra trabajo y aún cuando le cueste una vida, sale adelante.

Si no lo logra, se va a buscarlo donde haya.

Usted sabe que tiene en casa sus hijos, esposa, madre, hermanos, que confían en Usted. A veces, Usted es madre soltera. Y por supuesto, a Usted le cargan más, a Usted le exigen más.

Usted sabe que necesita dinero para solventar las necesidades de su familia y ya lo buscó por todos los medios lícitos.

El que tiene, ahora que estamos en época de dificultades y vaivenes económicos, cuida lo suyo y de ninguna manera va a apoyar a unos advenedizos que tal vez lo dejen sin su fortuna. Tal vez.

Sin embargo, si no existe esa disposición de lograr que la mejora sea para todos, le puedo asegurar que las dificultades van a subir de tono.

Que no es lo mismo arriesgar el capital en un negocio, que perderlo en la revuelta.

Y para allá vamos, a menos que todos, tomemos conciencia de las carencias que existen.

Que no se vale decirle a la gente, cuando no tiene pan y por eso sufre, que coma pasteles.

El antecedente no es halagüeño.

Dicen que el mundo todo suma seis mil millones de personas. Dicen que el rescate financiero del Presidente Obama a los que todo tienen, es por setecientos mil millones de dólares.

Si Usted divide 700 entre 6, le da como resultado 116 millones de dólares por cada habitante de la tierra.

Sí nos alcanzaría a todos para comprar pañales, chocolates, computadoras, para abrir un negocio y sobre todo, para estudiar.

Es la mejor fortuna que existe. Es el bien más preciado. Lástima que algunas veces lo entendamos cuando ya es muy tarde.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.
Licenciado en Ciencias Jurídicas por la U.A.N.L
Maestro en Derecho Constitucional y Amparo por la U.A.T.
Socio del Colegio de Abogados de Monterrey, A.C.
Miembro de número de la Academia Mexicana de Derecho del Trabajo y de la Previsión Social.
Catedrático de licenciatura y posgrado en diversas Universidades.


Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com
http://mexicodebesaliradelante.blogspot.com/

6 comentarios:

  1. A través de los tiempos no se como ha evolucionado la forma de cambiar los hábitos de los padres para el cuidado de sus hijos, antes (digamos 20 años atrás) se usaban pañales de tela, ahora, una madre de familia se ofendería si se le dijese que le ponga pañal de tela a su hijo(a), y no me quiero ni imaginar como era en 100 años atrás, como era en ese entonces. Pero pues, es cierto lo que dice usted, yo ya lo había meditado algún día, pero no bajo estas circunstancias, imagínese cuanto cuesta un bebe hoy en día, si nos ponemos a echarle cuentas creo que ya sale bien caro el tener un bebe..

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  2. FE DE ERRATAS.

    Existe un dato que cometí el error de no rectificar, que es la división de 700 entre 6, agregándole los miles que gusten. Así me llegó la información por correo y la di por cierta.

    Alguien me dijo que tengo 10 en Economía Social pero 0 en matemáticas y mi Maestro de la materia en la Secundaria, con quien sigo en contacto, ya me absolvió.

    Lo cierto es que el fondo del asunto sigue siendo válido y vigente. ¡Qué caro cuesta ser pobre!

    Quedo a sus órdenes, rogando su indulgencia.

    José Manuel Gómez Porchini

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  3. Esta nota aparece publicada en El Porvenir, en el enlace: http://www.elporvenir.com.mx/notas.asp?nota_id=302531

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  4. Nos hemos mantenido preocupados en el poder vivir el día a día. Sin darnos tiempo para el conocimiento.
    Estoy leyendo el libro "el hombre mas rico de babilonia" y le tengo mucha fe. Si me lo permite y usted que esta convencido de un México mejor lo felicito con orgullo. Siga adelante.

    Juan Manuel
    Saludos desde Cuernavaca.

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  5. Me gustaría enviarle un correo electrónico mi nombre es Juan Manuel Meza Mestiza
    de Cuernavaca Morelos.
    Correo: juan_meza_m@hotmail.com
    Cel. 7771286767

    Gracias y saludos

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  6. Juan Manuel: No nada más estoy convencido. Estoy seguro que México debe salir adelante. Así lo creo firmemente y en ese sentido están mis acciones. Acabo de ver su correo y ya me apresto a contestarle.
    Quedo a sus órdenes con mi agradecimiento por sus palabras.
    José Manuel

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