Para poder afrontar un problema, con posibilidades de éxito, debemos saber a qué nos estamos enfrentando. Cuando no sabemos de qué tamaño o en qué consiste el problema, no vamos a poder solucionarlo.
Tal vez, sólo tal vez, como el burro que tocó la flauta, encontremos una solución. Tal vez, podremos gritar ¡Eureka!, como lo hiciera Arquímedes al descubrir el principio que lleva su nombre, siempre y cuando hayamos estado inmersos, como el sabio griego, en el fondo del problema.
Metodológicamente, para hacer un trabajo de investigación debe ubicarse el problema a resolver. Debe hacerse un reconocimiento de los hechos ya conocidos, buscarse la falla, laguna o incoherencia en el campo del saber a analizarse y posteriormente, formularse la pregunta a resolver.
En nuestro caso, los hechos conocidos son la gran crisis que tenemos. La falla, laguna o incoherencia es el nivel de desprotección y pérdida de capacidad de ganancia de nuestra población toda y por tanto, el problema a resolver será: ¿Qué debemos hacer para generar riqueza, tanto en lo individual como de manera colectiva en nuestro país? La siguiente cuestión, de inmediato es: ¿Cómo?
Ahora bien, Usted y yo, mi querido lector, hemos venido tratando de desentrañar el problema y la posible solución.
De la gran crisis que existe, no necesito decirle nada. Usted ya lo ha sentido todo. Lo sabe todo y lo sufre todo. Punto.
La falla, laguna o incoherencia. ¿Cómo es posible que unos cuantos tengan demasiado y demasiados tengan no tengan nada?
Las preguntas serán, por tanto: ¿Qué debemos hacer para generar riqueza y cómo?
El qué, es tan fácil como lograr que los impuestos que corresponden al Estado se paguen y además, se utilicen para lo que son, no para otros menesteres. Sólo eso, pero nada menos que eso.
Si existe una cultura de pago de impuestos apropiada, si la recaudación se da con transparencia y además, existe interés de la gente en lograrla, no habrá problema.
Si el gasto de los impuestos se realiza sólo en lo que previene la Constitución y dejamos de lado los rescates bancarios, carreteros, de amigos y demás, habremos progresado.
¿Cómo? La respuesta es tener un ejército de inspectores que vigilen cada uno de los pagos de impuestos del país, para estar ciertos que se realizan. Que tengamos ciento cinco millones de mexicanos interesados en que los demás, paguen sus impuestos.
Va a estar muy difícil, me parece escuchar.
Y, no, no es difícil ni imposible.
Voy a tratar de explicarme.
Cada vez que existe una situación de riesgo, cada vez que se presenta un problema que afecta las utilidades, capital y ganancias de quienes ya han resuelto sus problemas, se escuchan las voces desaforadas de los grandes capitanes de industria exigiendo que el gobierno les resuelva sus problemas.
Cada vez que existe la posibilidad de ganar un peso más, de lograr una mayor utilidad o de incrementar sus capitales, los señores no le avisan al gobierno ni le comparten sus ganancias.
Ahí está el problema.
Ahora tenemos que las grandes empresas están quebrando y por tanto, se requiere un apoyo del gobierno para protegerlas y además, para proteger los empleos, no los trabajos.
Se trata de proteger el empleo de quien tiene un puesto formal, con canonjías, prebendas y prestaciones, que está inscrito en un sistema de seguridad social, que recibe, segurito, su sueldo por semana, quincena o por mes, vamos, un empleo formal.
En cambio, quienes trabajan por su cuenta, ya vendiendo fritangas en la calle, ya recibiendo clientes en sus despachos de abogados, ya figurando como artistas de la farándula o bien, como políticos, de esos que cada tres o cuatro años consiguen un empleo y luego lo tienen que dejar porque se les acaba el tiempo o por que los corre el nuevo jefe, esos, no están a expensas de lo que los grandes capitanes de industria hagan y si los vemos bien, son los que más aportan a la economía.
¿Qué va a suceder si quiebra la gran industria automotriz o el gran banco? Que alguien, con mucho dinero, tendrá que buscar otro nicho de mercado para seguir ganando.
¿Qué va a suceder si despiden a un empleado acostumbrado a cobrar un salario regular? Que va a aprender a sobrevivir con lo que la vida le va dando.
Créame. Muchas veces lo que el hombre necesita para superarse es probar de lo que es capaz. Mientras tenga una subsistencia cómoda, segura, apoltronada, nada hará por tratar de crecer.
En nuestro entorno, lo que tenemos es a mucha gente sin empleo formal y sí con un gran trabajo.
El trabajo de vivir, de sacar sus familias adelante, de hacer la vida y además, de hacerla bien.
El problema y la solución, son la gente y el propio gobierno.
La gente, en cuanto debe ponerse a trabajar, a hacer lo que mejor puede y además, a hacerlo con ganas, con denuedo, con ímpetus y con arrestos, como una legión romana.
El gobierno, debe eliminar las trabas para que la gente progrese. Elimine todas y cada una de las tonterías que permiten al empleado de escritorio de puesto burocrático, saberse superior al mortal pues cuenta con su propio sello.
Que sólo sea requisito para abrir un negocio, que Protección Civil lo autorice. Nada más, pero nada menos.
Nada de changarros peligrosos con luces mortecinas y tanques de gas en pésimas condiciones. Si quieres un puesto de tacos, hazlo limpio, presentado, con orgullo y no medio oculto, como para que no te vean los inspectores.
Que debas pagar Impuesto Sobre la Renta, cuando tu renta, ganancia o utilidad sea superior a un millón de pesos al año, de tal modo que puedas permitirte el costo del contador que también tiene derecho a ganarse la vida.
Que si tu utilidad o salario es inferior a un millón de pesos al año, estés exento de declarar todo tipo de impuestos, excepto el IVA.
Que a ti te convenga pagar el Impuesto al Valor Agregado, el IVA, pues una parte del IVA será el soporte de tu pensión.
Una parte del IVA será la forma en que el Gobierno podrá garantizarle a todos los ciento cinco millones de mexicanos, los privilegios de los empleos formales. De ahí podrá tener los recursos necesarios para afrontar el costo de la Seguridad Social para la totalidad del país.
Si las empresas deberán reportar formalmente el IVA que reciben, pues todos tendrán interés en que se registre la operación, el gobierno podrá saber los montos de ventas, de compras, de utilidades y demás de las empresas, sin necesidad de que haya tantas triquiñuelas para defraudar al gobierno.
Si a Usted le interesa que el vendedor registre la operación, pues a Usted le conviene, entonces Usted será el mejor inspector que nunca podría contratar Hacienda.
Y, entonces sí, podrá ver que vamos cambiando.
Que la crisis, que no es otra cosa que la posibilidad de desenlace en un problema, servirá para demostrarnos que somos capaces de progresar, de hacer bien las cosas, de darle ejemplo al mundo.
Que si cada uno en su entorno, hace bien lo que le corresponde, si cada uno va buscando cómo aportar a favor de todos y no cómo exprimir al gobierno en su favor, habremos de cambiar el rumbo de nuestro destino.
No nos cuesta más que querer. Y si entre todos queremos salir adelante, habremos de lograrlo.
Vale la pena.
Me gustaría conocer su opinión.
Vale la pena.
José Manuel Gómez Porchini.
Tal vez, sólo tal vez, como el burro que tocó la flauta, encontremos una solución. Tal vez, podremos gritar ¡Eureka!, como lo hiciera Arquímedes al descubrir el principio que lleva su nombre, siempre y cuando hayamos estado inmersos, como el sabio griego, en el fondo del problema.
Metodológicamente, para hacer un trabajo de investigación debe ubicarse el problema a resolver. Debe hacerse un reconocimiento de los hechos ya conocidos, buscarse la falla, laguna o incoherencia en el campo del saber a analizarse y posteriormente, formularse la pregunta a resolver.
En nuestro caso, los hechos conocidos son la gran crisis que tenemos. La falla, laguna o incoherencia es el nivel de desprotección y pérdida de capacidad de ganancia de nuestra población toda y por tanto, el problema a resolver será: ¿Qué debemos hacer para generar riqueza, tanto en lo individual como de manera colectiva en nuestro país? La siguiente cuestión, de inmediato es: ¿Cómo?
Ahora bien, Usted y yo, mi querido lector, hemos venido tratando de desentrañar el problema y la posible solución.
De la gran crisis que existe, no necesito decirle nada. Usted ya lo ha sentido todo. Lo sabe todo y lo sufre todo. Punto.
La falla, laguna o incoherencia. ¿Cómo es posible que unos cuantos tengan demasiado y demasiados tengan no tengan nada?
Las preguntas serán, por tanto: ¿Qué debemos hacer para generar riqueza y cómo?
El qué, es tan fácil como lograr que los impuestos que corresponden al Estado se paguen y además, se utilicen para lo que son, no para otros menesteres. Sólo eso, pero nada menos que eso.
Si existe una cultura de pago de impuestos apropiada, si la recaudación se da con transparencia y además, existe interés de la gente en lograrla, no habrá problema.
Si el gasto de los impuestos se realiza sólo en lo que previene la Constitución y dejamos de lado los rescates bancarios, carreteros, de amigos y demás, habremos progresado.
¿Cómo? La respuesta es tener un ejército de inspectores que vigilen cada uno de los pagos de impuestos del país, para estar ciertos que se realizan. Que tengamos ciento cinco millones de mexicanos interesados en que los demás, paguen sus impuestos.
Va a estar muy difícil, me parece escuchar.
Y, no, no es difícil ni imposible.
Voy a tratar de explicarme.
Cada vez que existe una situación de riesgo, cada vez que se presenta un problema que afecta las utilidades, capital y ganancias de quienes ya han resuelto sus problemas, se escuchan las voces desaforadas de los grandes capitanes de industria exigiendo que el gobierno les resuelva sus problemas.
Cada vez que existe la posibilidad de ganar un peso más, de lograr una mayor utilidad o de incrementar sus capitales, los señores no le avisan al gobierno ni le comparten sus ganancias.
Ahí está el problema.
Ahora tenemos que las grandes empresas están quebrando y por tanto, se requiere un apoyo del gobierno para protegerlas y además, para proteger los empleos, no los trabajos.
Se trata de proteger el empleo de quien tiene un puesto formal, con canonjías, prebendas y prestaciones, que está inscrito en un sistema de seguridad social, que recibe, segurito, su sueldo por semana, quincena o por mes, vamos, un empleo formal.
En cambio, quienes trabajan por su cuenta, ya vendiendo fritangas en la calle, ya recibiendo clientes en sus despachos de abogados, ya figurando como artistas de la farándula o bien, como políticos, de esos que cada tres o cuatro años consiguen un empleo y luego lo tienen que dejar porque se les acaba el tiempo o por que los corre el nuevo jefe, esos, no están a expensas de lo que los grandes capitanes de industria hagan y si los vemos bien, son los que más aportan a la economía.
¿Qué va a suceder si quiebra la gran industria automotriz o el gran banco? Que alguien, con mucho dinero, tendrá que buscar otro nicho de mercado para seguir ganando.
¿Qué va a suceder si despiden a un empleado acostumbrado a cobrar un salario regular? Que va a aprender a sobrevivir con lo que la vida le va dando.
Créame. Muchas veces lo que el hombre necesita para superarse es probar de lo que es capaz. Mientras tenga una subsistencia cómoda, segura, apoltronada, nada hará por tratar de crecer.
En nuestro entorno, lo que tenemos es a mucha gente sin empleo formal y sí con un gran trabajo.
El trabajo de vivir, de sacar sus familias adelante, de hacer la vida y además, de hacerla bien.
El problema y la solución, son la gente y el propio gobierno.
La gente, en cuanto debe ponerse a trabajar, a hacer lo que mejor puede y además, a hacerlo con ganas, con denuedo, con ímpetus y con arrestos, como una legión romana.
El gobierno, debe eliminar las trabas para que la gente progrese. Elimine todas y cada una de las tonterías que permiten al empleado de escritorio de puesto burocrático, saberse superior al mortal pues cuenta con su propio sello.
Que sólo sea requisito para abrir un negocio, que Protección Civil lo autorice. Nada más, pero nada menos.
Nada de changarros peligrosos con luces mortecinas y tanques de gas en pésimas condiciones. Si quieres un puesto de tacos, hazlo limpio, presentado, con orgullo y no medio oculto, como para que no te vean los inspectores.
Que debas pagar Impuesto Sobre la Renta, cuando tu renta, ganancia o utilidad sea superior a un millón de pesos al año, de tal modo que puedas permitirte el costo del contador que también tiene derecho a ganarse la vida.
Que si tu utilidad o salario es inferior a un millón de pesos al año, estés exento de declarar todo tipo de impuestos, excepto el IVA.
Que a ti te convenga pagar el Impuesto al Valor Agregado, el IVA, pues una parte del IVA será el soporte de tu pensión.
Una parte del IVA será la forma en que el Gobierno podrá garantizarle a todos los ciento cinco millones de mexicanos, los privilegios de los empleos formales. De ahí podrá tener los recursos necesarios para afrontar el costo de la Seguridad Social para la totalidad del país.
Si las empresas deberán reportar formalmente el IVA que reciben, pues todos tendrán interés en que se registre la operación, el gobierno podrá saber los montos de ventas, de compras, de utilidades y demás de las empresas, sin necesidad de que haya tantas triquiñuelas para defraudar al gobierno.
Si a Usted le interesa que el vendedor registre la operación, pues a Usted le conviene, entonces Usted será el mejor inspector que nunca podría contratar Hacienda.
Y, entonces sí, podrá ver que vamos cambiando.
Que la crisis, que no es otra cosa que la posibilidad de desenlace en un problema, servirá para demostrarnos que somos capaces de progresar, de hacer bien las cosas, de darle ejemplo al mundo.
Que si cada uno en su entorno, hace bien lo que le corresponde, si cada uno va buscando cómo aportar a favor de todos y no cómo exprimir al gobierno en su favor, habremos de cambiar el rumbo de nuestro destino.
No nos cuesta más que querer. Y si entre todos queremos salir adelante, habremos de lograrlo.
Vale la pena.
Me gustaría conocer su opinión.
Vale la pena.
José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com
www.mexicodebesaliradelante.blogspot.com/
http://mexicolegal.com.mx/oficina/index.php?id=2215
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Monterrey, N.L., marzo de 2009.
Me gusta no cabe duda, todo mexicano debemos de cumplir con todos los pagos correspondientes a impuestos y de más, creo que para poder cambiar a México debemos de cambiar nosotros como personas y ser más que nada honrados, honestos y responsables. Pero que no solo se quede en manos de nosotros como trabajadores salariados o de comisión, sino que también crezcan las personas, aquella gente que se encarga de que nuestro país este bien gobernado por esa mínima cantidad de mexicanos llamados diputados, senadores y presidentes quienes cuentan con salarios y prestaciones innumerablemente altas, sabiendo que la pobreza aun existe. Mi pregunta es ¿Quién tiene más responsabilidad?
ResponderEliminarMi humilde opinión.
Marcos Sias