viernes, 22 de abril de 2011

Con credencial de estudiante. 51 Asamblea de la Academia Mexicana de Derecho del Trabajo y de la Previsión Social.



Era la hora de preparar el viaje a Querétaro para la Asamblea de la Academia Mexicana de Derecho del Trabajo y de la Previsión Social. Ya había hecho lo que me correspondía: reservaciones de hotel, conseguir dinero y patrocinadores, dejar en paz y en orden los asuntos en Monterrey y cosas así. Claro, ante la duda de irnos en coche o en autobús, optamos por el segundo medio de transporte, por aquello de la seguridad. Además, como estamos estudiando Tina y yo, tenemos credencial de estudiantes y nos hicieron descuento. Uno mayor que a los Maestros e igual que a los adultos mayores o en plenitud.

Y me puse a reflexionar. Vale más ser estudiante que maestro. Y sí, todos apuestan por el que se está preparando, aún cuando éste a veces sienta que su preparación no sirve para nada. ¿Qué caso tiene comprender la diferencia entre onomatopeya y hematopoyético? Y sí, si existe, pero hay que estudiar para entenderla.

Y así, en autobús y con credencial de estudiantes, viajamos a Querétaro. Y llegamos y nos atendió un queretano por los cuatro costados que no nos dejó ni a sol ni a sombra. ¿Quieren esto? Lo consigo. ¿Aquello otro? También lo tengo, decía. Y así, hasta cumplir todo lo solicitado. Sólo era cuestión de pedir. ¡La verdad, el Lic. Jesús Vallejo nos atendió como los grandes!

Y nos fuimos a León, Guanajuato, a visitar al Dr. Kala. Abusó de sus dotes de anfitrión. Pasta, carne, vino, ensalada, vino, botanas, vino, amistad, música, vino, plática, vino y no sé cuántas cosas más. Excelente por el lado que se le quiera ver. Yo no sé cómo haré para compensarlo. El compromiso es inmenso. Y claro, el Dr. Ascencio tiene gran parte de compromiso, pues él nos presentó. Éramos tres parejas: Los Kala, los Ascencio y los Gómez. Nada más tres y parecíamos medio centenar. Todos hablando al mismo tiempo, cada uno diciendo algo importante y cada quien, haciendo gala de sus mejores frases. De lujo, de verdad.

Y empezó la Academia. Registro, foto del recuerdo, ceremonia de ingreso de nuevos Académicos, inicio de mesas de trabajo y toda la parafernalia del tema. ¡Maravilloso!

Tuve la fortuna de ver el ingreso como Académico de Rodolfo Escobar, de Acapulco, Gro., que ganó el privilegio por sus dotes como líder obrero, por sus contribuciones a la lucha de los trabajadores y su disposición para colaborar.

También, a mi hoy ahijado Jesús Arturo Vallejo Mauricio que ya regresó de España, que no ha entendido que existen los límites, que no entiende cuando se le dice que no, que no sabe que existen paradigmas y barreras, vamos, que no tiene en su vocabulario la expresión “no se puede” ya que siempre ha podido lo que ha querido. Y claro, quiso entrar a la Academia y ya está. Le impusieron Toga y Birrete y ocupó un lugar en el Teatro de la República junto a todos los nuevos Académicos.

Y empezaron las mesas de trabajo. Los muchachos, haciendo su mejor esfuerzo y los académicos, dirigiendo a su modo. También, vimos a algunos académicos que presentaron trabajos que no deberían haber pasado ni en su propia escuela, pero bueno, es parte del juego. Otros, como la Maestra Sonia y el Doctor Arturo, me hicieron el honor de permitirme publicar en VALE LA PENA sus ponencias, honor que en mucho agradezco.

Hubo también, afanes serios de muy alta valía. La plática de Mariano Palacios Alcocer, de muy alto valor académico. Don Pedro Ojeda Paullada, que ha sido y sabido de Pesca, de Justicia, de Trabajo y muchas cosas más, a la altura de lo que se esperaba. Entró también Don Héctor S. Maldonado a explicar la Reforma Laboral que se suspendió. Claro, el tema es su fuerte y él lo maneja a la perfección. Faltaba Néstor de Buen, máximo Ius laboralista de habla hispana, que claro que fue excelente.

La intervención de Ángel Guillermo Ruiz Moreno, que trató dos temas como punto toral de su ponencia: 1. la deslaboralización de la Seguridad Social y; 2. la seguridad social obligatoria a los migrantes. Ambos temas son de capital importancia y los hemos comentado varias veces a lo largo de muchos años.

En efecto, hizo valer la nueva corriente en el mundo de la doctrina laboralista que busca dejar de cargar el peso de la seguridad social sólo en los trabajadores y pretende ahora, que se soporte en impuestos generales. Comentó el manejo que le ha dado su amigo personal, titular de la seguridad social en Uruguay y quien ha establecido un impuesto al valor agregado, IVA, del 8% para soportar pensiones a contar de 2007 o de 2008. También se refirió al manejo que tiene en la Europa que busca nuevos soportes para las pensiones y que va, en palabras del ponente, tras impuestos generales. Se refirió el conferenciante, excelente en su oratoria, por cierto, que ya desde hace dos o tres años la doctrina va en ese sentido.

¡Las comidas! Merecen atención especial las comidas que ofrecieron. Desde el espectáculo de los meseros hasta saber que éramos más de 700 asistentes al Auditorio de Usos Múltiples de Contabilidad. Y que todos alcanzamos una buena ración. Vaya desde aquí nuestro agradecimiento a quien corresponda.

Claro, el artífice de la Asamblea lo fue Don Jorge García Ramírez, a quien todos se refieren como el Maestro. Alcanzar el sitial en que lo tienen, mereciendo el nombre, es un compromiso y un privilegio. Don Jorge, que ya me identifica, lo ha ganado a pulso. Se le entregó un reconocimiento especial ratificado por todos los asistentes.

Y hubo asistencia de todas partes. Desde Baja California, que hicieron muy inteligentes ponencias, hasta San Luis Potosí y Tabasco, es decir, cruzando todo el territorio de la república. No puedo nombrar a uno porque por supuesto me va a faltar otro y no quiero sentimientos.

Lo que sí, es que fue muy agradable, que hubo mucha voluntad y que los yerros, son del tiempo, no de España.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.
Maestro mexicano y además, orgulloso de serlo.

1 comentario:

  1. Definitivamente me resulta encantador y muy placentero poder leer este enlace y sobretodo disfrutarlo.

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