domingo, 27 de febrero de 2011

Etiquetas.



Dicen, no me consta… que los niños son los seres más crueles del universo y bueno, a veces pienso que por ser dicho de los abuelos es cierto.

La razón la encontramos en que los niños no conocen, no saben lo que es políticamente correcto, no les han enseñado que existen temas que no se deben tratar y por lo tanto, para ellos es lo más natural preguntarle a alguien que ha perdido un brazo o una pierna, ¿por qué te falta eso?

Cuando Usted es quien recibe la pregunta y ha tratado de hacer la vida con una deficiencia, con un problema, no le queda más que aguantar… al cabo que sólo son niños. Tal vez, solo tal vez, los niños tengan como disculpa su falta de malicia, de pensar en las consecuencias, de todo lo que Usted quiera.

Pero el padre o la madre, que saben lo que es políticamente correcto y han ido tratando de inculcar en el niño que no se debe quedar mirando en las personas que tienen un defecto físico, que no debe señalar con el dedo a quien es de otro color, de otra estatura, de otros rasgos, de otro género o de cualquier otra causa de discriminación, esos mismos padres que tratan de enseñar al niño, o así parece, son los mismos seres humanos que le cuelgan etiquetas a la gente y la convierten en blanco de sus señalamientos más crueles, más atroces, más sanguinarios.

El mismo padre que trata de inculcar, cuando menos de dientes para afuera, a su hijo la igualdad, es el mismo que rechaza el saludo del moreno aquél, o que no permite que su hija juegue con la hija de una sirvienta, o que prohíbe que su hijo esté en el equipo dirigido por el homosexual aquél o que no permite que a su campo de juegos entre uno de esa religión tan absurda… cuando menos, para él, pues pertenece a otra, que por cierto, resulta absurda a los ojos de muchos.

Cada quien le da valor a sus creencias, a sus ideas, a lo que siente y así trata de expresarlo.

El problema estriba cuando el padre, el adulto que le niega al menor que marque a los demás con etiquetas: gordo, cojo, prieto, chaparro, marica o la que Usted prefiera, es el mismo que eleva la voz para públicamente pedir que sólo a sus iguales se les concedan derechos, pues a los del grupo… el que sea, no les corresponden pues no son gratos a los ojos de alguien. Pensar que uno, cualquiera, tiene la capacidad suficiente para determinar quién es bueno y quién no, es una arrogancia que raya en lo ridículo.

Es cuestión de recordar que uno de los genocidios más grandes de los tiempos, el de los judíos, lo hizo uno que pretendía la supremacía aria sin ser él mismo de esa raza.

Si Usted trata de que sólo los que sean como Usted son buenos, son decentes, son confiables, cada día va a tener menos gente, pues Usted no es ni grato ni confiable ni bueno a los ojos de los demás.

Etiquetar a la gente por el color de su piel, por sus rasgos, por su edad, por sus preferencias sexuales, por sus ideas religiosas, por … por lo que sea, es contrario a una buena vida en sociedad, es contrario a la esencia de la vida en sociedad, donde han de complementarse los desiguales para poder hacer la vida.

Se debe abandonar la otredad, es decir, eliminar de nuestros vocabularios los términos en sentido despectivo “ellos” y “nosotros”. Lo cierto es que todos estamos hechos de lo mismo y ya, hace muchos años, en la carta ecológica del Jefe Indio Seattle al Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, le dijo una frase que caló hondo y así lo sigue haciendo: “Después de todo, quizá seamos hermanos”.

Hombre y mujer son desiguales, distintos, diversos y se complementan para vivir una vida. Es decir, vivir la vida, armarla, siendo distintos, es perfectamente válido.

Ahora sí, le cuestiono a Usted que sé que sí piensa y además, lo hace muy bien: ¿es correcto etiquetar a los demás, por el sólo hecho de no ser iguales a nosotros? ¿Resulta válido marcar a los demás, bajo cualquier concepto, para evitar que se mezclen con nosotros, la gente decente? ¿Y si Usted no es considerado decente para los demás, estará de acuerdo en ser suprimido, al cabo tiene un menor valor?

Lo que en Usted es correcto, en los demás es homicidio. Lo que para algunos es protección personal y guarda de valores, para otros es una discriminación feroz, ofensiva y lacerante.

La única etiqueta válida, es la que nos ganamos al ser héroes de nuestra propia vida, de nuestra lucha interior, cuando logramos vencer nuestros fantasmas. Y esa, Usted solo se la cuelga y nadie más lo sabe. Es hacer lo que le corresponde. Es la satisfacción del deber cumplido. Lo demás sale sobrando.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.

Mexicano y además, orgulloso de serlo.

Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com  


2 comentarios:

  1. En lo personal no estoy a favor de etiquetar a las personas, sin embargo si creo que hay una delgada línea entre etiquetar a alguien y definir alguna característica de su persona, en el contexto de lo que este platicando necesito especificar que el es gay... Lo estoy etiquetando?

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  2. Hola! Si lo que se distinguiera de tu amigo fuera el hecho de ser inteligente, o que le faltara un brazo o una pierna... ¿usarías eso como referencia para definirlo? Lo estarías etiquetando.

    La gente vale por sí, no por lo que parece.

    Saludos!!

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