lunes, 14 de febrero de 2011

Una nueva bendición


Debemos entender por bendición, por algo bendecido, por algo bien dicho, aquellas palabras que han salido de alguien que nos ha deseado bien, aquella voluntad de que nuestros afanes sean favorables y productivos y también y sobre todo, que Dios Nuestro Señor nos diga a nosotros, que nuestros pasos le son favorables.

De ahí, que la gente diga: Dios te bendiga y que el hijo le pida a sus padres su bendición cuando parte a emprender un nuevo derrotero, que el deportista pida bendiciones del cielo para que sus tiros sean certeros y los del contrario, fallen. Así, hasta el infinito. Cada uno de nosotros pide ser bendecido para que sus actos sean gratos a los ojos de Dios.

Cada vez que Usted sabe de alguien que ha recibido favores en exceso, de alguien que ha emprendido un nuevo camino pese a la mar en contra y ha salido avante, usted dice que ese, es un bendito de los dioses.

Así, en ese orden de ideas me siento. Usted me conoce y sabe que algo he estudiado y también, que todo mi corazón está en lo que hago. Que si sigo peleando por tratar de tornar mi quimera en realidad a pesar que mis útiles están mellados, que carezco de lo indispensable para seguir en la lucha pero que mi deseo de que México salga adelante es infinitamente superior a lo exiguo de mis fuerzas, es porque de mis padres y mis mayores aprendí a amar a México, como me enseñaron también, los poemas que hacen que la gente tenga sentimientos, como aquél Si de Sir Rudyard Kipling que mi Padre me regalara cuando no rebasa yo los siete años y que todavía recuerdo como si fuera el mismo momento, poema del que extraje los términos que adornan este párrafo.

Así he entretejido mi vida con los sueños de mis mayores, la realidad de mi patria y la ilusión de tener un mejor futuro. Para lograrlo, mi esfuerzo lo he convertido en palabras y las he ordenado y he tratado de lograr esclarecerlas para que todos puedan entenderlas. De la suma de esas palabras, han surgido notas en prensa y también, ya mi cuarto texto formal, que tiene por nombre Seguridad Social, en un exceso de soberbia pero con la plena certeza de que la oferta contenida en el texto a eso lleva: a otorgar seguridad social a toda la población, sin distingo alguno, sin límites de ninguna especie.

Y sumando los hechos, ahora resulta que gente que conocí por la red de redes, por la internet, a quienes hace apenas un momento, en el tiempo, no los hacía en mi vida, ahora, en un evento maravilloso han bien dicho de mí palabras que rebasan el mejor de mis sueños, han creído que lo que trato de lograr puede ser realidad, como lo creo yo y han vertido palabras tan elogiosas, que cuando las escuché, me transporté mentalmente al mismo cielo.

Y créame, lo que digo es un elogio a la amistad que se prodiga sin medida cuando quien lo hace tiene el corazón rebosante de afectos. Si la amistad tiene medida, si puede Usted ponerle límites, ya no es amistad. Será interés, será conveniencia, será diplomacia, falsedad o hipocresía, pero nunca amistad.

Y la vida me ha regalado los mejores amigos del mundo. Los que se preocupan por mí en mis enfermedades, pues ya me lo mostraron al haber estado en cama, ya con extremaunción y ahora aquí sigo; me lo han demostrado en mis problemas, pues nunca me han dejado solo y siempre he tenido una mano amiga a la mano.

También, he sentido que tengo amigos cuando me escriben para decirme que mis palabras le sirvieron a alguien para hacer la tarea de su hija y que mi texto, es el mejor que encontró del tema, aún cuando el tema sea un verdadero lugar común.

Y así, hasta el infinito. Me he sabido bendecido por Dios con la vida, con mi familia que sabe y sufre lo que hago, pues quisieran que mis afanes fueran sólo de ellos pero que cuando ven las recompensas, se sienten orgullosos de que vaya pudiendo salir adelante, con mis amigos, los de desde niños y a quienes algunas veces he dejado de ver veinte o treinta años y al topármelos, recuerdan de inmediato la forma en que nos decíamos y también, que algo dejé en sus vidas que marcaron la mía para siempre.

Y al infinito. Hace rato, uno de ellos me habló para ofrecerme apoyo en un asunto que escapa totalmente a mis posibilidades. Para él, es pecata minuta. Para mí, era cuestión de vida o muerte. Se resolvió sin ningún problema. Así he logrado resolver los problemas imposibles de alguien que, para sus alcances, rebasaban sus fuerzas y que para mí, fueron una llamada, unas letras o una visita.

Eso sí, nunca he aprendido a cobrar. No tengo capital de ese que se guarda en los bancos. Pero amigos, los de cerca, los que están contigo y nunca te dejan solo, los amigos que sacan la cara por ti, los que ofrendan su vida entera, de esos, estoy bendito, gracias a Dios. Los pesos no los necesito si tengo amigos.

Ya no puedo seguir pues la pantalla está fallando y no se puede ver claro. Quisiera haber podido decir todo. Lo que me faltó, téngalo por dicho.

Dios lo bendiga. Yo ya lo hice.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.






2 comentarios:

  1. Mtro. José, es un verdadero placer poderle tener como amigo y maestro.He podido leer un poco más de sus tanta elogías palabras y en verdad no sabe que gusto me da que pueda externar y al mismo tiempo campartir sus logros. Es un verdadero placer poder leer un texto lleno de buenas vibras. Suerte en su andar y se que algún día vera reflejado su arduo trabajo. JESÚS VALLEJO.

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  2. Sr. Lic. D'n:
    Jesús Arturo Vallejo Mauricio.

    Agradezco de todo corazón sus palabras, como agradezco los comentarios que aparecen en el siguiente enlace:

    http://gomezporchini.blogspot.com/2011/02/palabras-del-lic-jesus-vallejo-mauricio.html

    Gracias!!

    Quedo a sus órdenes.

    José Manuel

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