jueves, 23 de julio de 2009

De la cultura de la legalidad…, en los bueyes de mi compadre.

Es famoso el dicho: “Hágase la voluntad de Dios, en los bueyes de mi compadre”.

Con eso queremos decir que sabemos lo que las normas dictan, lo que ha de hacerse pero no queremos hacerlo en lo nuestro, más bien, queremos que sólo se cumpla en los demás.

Así creo que resulta la Cultura de la Legalidad.

En todas partes nos enseñan que debemos cumplir las normas y por supuesto, los primeros interesados en ello son los que deben dar el ejemplo: Maestros, funcionarios, empresarios.

Ahora bien, imagínese a un oficial de tránsito que ordena que todos cumplan con las normas al conducir pero que él, que utiliza una motocicleta propiedad del estado y que pagamos con nuestros impuestos, no usa casco, cruza cuando tiene la luz roja del semáforo… ¿Verdad que no sería correcto?

Ahora bien, imagine al patrón exigiendo puntualidad pero no paga salarios el día fijado, pues “no llegó la de nómina” o “el cheque salió equivocado”; piense si sería correcto que el patrón obligue a los trabajadores a vestir uniforme pero él va en ropa deportiva; el obrero con ropa especial y el patrón y sus secuaces en pantalones cortos… ¿Sería correcto?

A eso es a lo que me refiero.

¿Cómo va a ser posible que el patrón pretenda encuadrar la actuación del obrero en la cultura de la legalidad, si el primero que se aparta de las normas es él? El ejemplo que proporciona, es totalmente diverso de lo que dice frente a sus trabajadores.

Y fíjese bien: el trabajador no es tonto. Sabe lo que le conviene y sabe lo que hace. Que a veces, de manera taimada, haga como que no sabe, es sólo para meter hilo y sacar hilaza.

Si a Usted, mi querido lector, su patrón llegara y le dijera que lo va a cambiar de oficina y que le va a liquidar su antigüedad, pues según son empresas distintas y diversas… pagándole como si Usted hubiera renunciado y no como que lo están corriendo, como así es, en efecto, sin motivo ni fundamento alguno, ¿lo aceptaría?

Imagine Usted que le piden se cambie de ciudad o de oficina pero sólo consigue perder su antigüedad en la empresa y llegando a la nueva lo corren, ofreciéndole la tercera parte de lo que le corresponde, por conducto de un litigante de esos que denigran la profesión y le dicen: pues si no te gusta, demándame que para eso me pagan.

¿Qué debe hacer Usted?

¿Seguirles el juego, aceptar la miseria que le ofrecen y permitir que todo siga como siempre?

¿Negarse a aceptar la ofensa que le pretenden endilgar, declararse como muy digno y presentar una demanda ante la autoridad competente?

¿Pararse frente al centro de trabajo con pancartas haciendo saber a sus compañeros que lo corrieron a la mala?

¿Avisarles a los clientes para promover un boicot en contra del producto que venda la empresa que lo corrió sin razón?

¿Ir al sindicato a pedir apoyo, sabiendo que el líder le va a pedir un veinte por ciento de lo que le recuperen, que siempre será mucho menos que lo que el patrón pretende esquilmarle o robarle? Piense que por eso existen los sindicatos, pues defienden al trabajador de los abusos del patrón.

Son muchas interrogantes y no existe una respuesta única.

Eso es lo que invito a Usted a hacer conmigo. A estudiar juntos el caso, a que me dé su opinión y me ayude a encontrar una salida digna, decorosa, que le permita a Usted seguir con la frente en alto y con su orgullo y dignidad en paz y a salvo. Que los pesos del patrón no pesen más en el ánimo del juzgador que la dignidad del empleado.

Eso es lo que debemos buscar.

Otra vertiente sería que los patrones, para despedir a un trabajador, hicieran lo que es correcto: que le paguen conforme a derecho.

Si el trabajador incurrió en una causal de rescisión, que lo despidan cubriendo sólo las partes proporcionales de vacaciones y aguinaldo pendiente, así como los salarios devengados. Contra eso, no existe defensa alguna.

Pero si el despido obedece simplemente a un capricho del patrón, a un afán de demostrar que se tiene poder, lo que se hace cuando no se tiene ni nivel ni categoría ni dignidad ni nada que le de valor a una persona, cuando la separación obedece simplemente a nepotismo o a conductas ajenas a lo correcto, lo que además, le permiten y solapan sus directivos, el patrón debe pagar hasta el último céntimo de su deuda. Es a capricho y los caprichos, cuestan. Hacer cualquier otra cosa, es permitir una vejación al obrero, lo que origina irritación social.

Por eso, se les deben impartir cursos de legalidad a los patrones, para decirles y enseñarles cómo y cuándo es válido rescindir la relación laboral a los trabajadores, para que la empresa sea ejemplo ante la sociedad y no su burla. Es decir, que las leyes se cumplan de manera correcta y no sólo cuando el patrón así lo determine.

A mí, se me ocurre lo anterior. A Usted, ¿qué se le ocurre?

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.

Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com
www.mexicodebesaliradelante.blogspot.com/

2 comentarios:

  1. Cinthia Villarreal27 de julio de 2009, 10:06

    ¿Qué debe hacer Usted?

    Según sea mi situación económica seria mi decisión por convicción No lo aceptaría Por necesidad talvez SI


    ¿Seguirles el juego, aceptar la miseria que le ofrecen y permitir que todo siga como siempre?

    Según mi situación lo permitiría en lo que encuentro el cambiarme de Trabajo


    ¿Negarse a aceptar la ofensa que le pretenden endilgar, declararse como muy digno y presentar una demanda ante la autoridad competente?

    No yo Buscaría una buena negociación y si no logro nada que me convenga Si entablaría una demanda


    ¿Pararse frente al centro de trabajo con pancartas haciendo saber a sus compañeros que lo corrieron a la mala?

    No lo Haría ya que no todos tenemos los mismos principios


    ¿Avisarles a los clientes para promover un boicot en contra del producto que venda la empresa que lo corrió sin razón?

    No, Pero si me llevaría mis clientes a otra empresa que me ofrezca lo que es justo


    ¿Ir al sindicato a pedir apoyo, sabiendo que el líder le va a pedir un veinte por ciento de lo que le recuperen, que siempre será mucho menos que lo que el patrón pretende esquilmarle o robarle?

    Piense que por eso existen los sindicatos, pues defienden al trabajador de los abusos del patrón. Si buscaría a mi delegado sindical para ver la forma de ejercer presión ala empresa

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  2. Cinthia Villarreal27 de julio de 2009, 10:10

    Las leyes en paises desarrollados no contemplan la cantidad de prestación que contempla nuestra ley federal del trabajo

    1) La actualizacion de la ley federal del trabajo ya que es totalmente obsoleta y arcaica

    2) Pago por horas y bien pagadas

    3) La dignificacion de los lideres sindicales ya que son una bola de “charros negros” o chupa sangre ya que es gente con una minima preparación y que van a ver por nesecidades de gobierno (acarreados,campáñas politicas, desfiles) Y no por nesecidades de los obreros y sus familias

    El tema de la corrupción es algo muy caracteristicos de los pueblos latinoamericanos por falta de preparación por cultura por ignorancia llamese por lo que sea

    El caso es que si metieramos a la carcel a los corruptos QUIEN CERRARIA LA PUERTA? Acaso usted señor lector

    Esto se arregla a mi ver, desde la familia, esto se practica con los hijos desde no comprando películas piratas,perfumes, vinos y licores, ropa, bolsas, lentes y bueno todo lo que cubre el mundo de la falsificación

    A esto yo podria decir que bueno que acabemos con la corrupción

    Pero si me gustaria saber y que hacen con mis impuestos que acaso no es tan corrupto un diputado o un senador o un presidente municipal (gangoso) que cobran y no hacen nada

    Por donde empezar esto es tan difícil como decir que fue primero el “ huevo o la gallina”

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