martes, 3 de enero de 2012

Talento humano en México


MÉXICO DEBE SALIR ADELANTE.

Talento humano

Hoy quiero comentar con Usted la historia de vida que escuché hace unos días y que me lleva a revalorar lo que hacemos como padres y como sociedad. Es la historia de un muchacho que llegó ante su padre, un médico de prestigio, con muy buen empleo y mejor posición, a contarle un día que no deseaba ser médico como le había sugerido el padre y que, por el contrario, aspiraba a ser chef.

El padre, que había cifrado sus esperanzas en que el hijo siguiera su misma carrera, que había preparado su vida para heredar al vástago sus artes, se sintió defraudado y al punto del colapso, pero padre al fin, accedió ante la petición de su hijo y decidió apoyarlo, si bien en silencio y en la compañía de los médicos amigos, sufría por esa decisión.

De pronto, empezó a llevar a su trabajo botanas, postres, guisos y demás exquisiteces que puede crear quien aprende el arte culinario, aplicando el dicho de las abuelas: “recaudo hace cocina, no Catarina”, que significa que la buena mesa nace de lo fino de los componentes y más, de la manera en que se combinan, hasta lograr manjares nuevos y deliciosos.

El muchacho, que hacía lo que le gustaba, pronto destacó en su escuela al grado de que obtuvo una beca para ir a Francia a estudiar una maestría y perfeccionar sus conocimientos, optando por el área de los postres y llegó a obtener los mejores galardones en lo que hacía con tanto gusto.

Para terminar pronto, el médico decidió adelantar su jubilación para obtener dinero y así, apoyar a su retoño a establecerse por su cuenta con un negocio propio.

Lo lograron y hoy, son propietarios de una cafetería gourmet de lujo que lo mismo prepara platillos fuertes de comida, que postres a la altura de los ángeles. Bocatto di Cardinale, dirían los que saben.

Destaco en la historia la seguridad social de que disfrutaba el padre, que le permitió contar con su capacidad de ganancia garantizada mediante una pensión, para poder empezar nuevos derroteros guiado por su hijo, aquél que pensaba lo había defraudado y que hoy, por haber seguido lo que su talento natural le indicaba, es un triunfador. ¡Qué lástima hubiera sido que lo obligaran a ser un mal médico! Hoy es un ejemplo a seguir.

Importa también hacer ver que, a pesar del éxito obtenido, como empresario independiente, como mexicano que confía en su talento y habilidades, carece de seguridad social que le garantice esa capacidad de ganancia. Esa es la parte que más me interesa hacerle ver a Usted, mi querido lector. Que como ya lo hemos comentado, es factible otorgar seguridad social a la totalidad de la población en base al gasto, no a la relación laboral formal. Que cada vez que un mexicano compre algo que tenga IVA, tres puntos de ese impuesto se destinen a un fondo de ahorros que permita garantizar la capacidad de ganancia mediante la pensión que corresponde al estado otorgar.

Es jurídicamente posible, tecnológicamente no tiene trabas y constitucionalmente, lo único que necesita es la voluntad de nuestros legisladores para hacerlo posible.

El talento de los mexicanos debe aprovecharse, no dejarlo partir a otros lares por no atenderlos.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.


José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com        

Nota publicada palabras más, palabras menos, en la edición de noviembre 2011 de la Revista Players of Life, página 128. 

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