Hoy tuve oportunidad de ver los encabezados de los periódicos. Todos tratan el mismo tema. El rechazo unánime de la sociedad, de la población, de los mexicanos, al engendro o bodrio o eso que pretenden hacer pasar como panacea fiscal para arreglar los problemas de México.
Conste, no soy yo quien califica la actuación del gobierno. Es Fuenteovejuna.
Y por eso es que me preocupa.
Fuenteovejuna, es decir, el pueblo todo, no es responsable en lo individual de nada. Es como la muerte del angelito. Es culpa del sistema social, no de una persona en particular.
Y si no se cuidan las formas, si no se protege al pueblo, va a haber problemas muy serios.
Aquí debemos recordar que no es lastimando al mensajero como se suspenden las noticias. No es silenciando a Mercurio la forma en que desaparecen los problemas. Que calle el heraldo, no implica desaparecer la noticia.
Lo que debe hacer la autoridad es por un momento pensar como personas, darse cuenta que en beneficio propio y de su supervivencia, deben lograr que el pueblo crezca, que haga más, que sea más, que pueda más.
Si el gobierno y sus dirigentes siguen oprimiendo al pueblo, van a lograr reventarlo y entonces, habrán despertado a ese México bronco que ya antes sirvió para asustar a más de uno.
La gente ya se siente peor que en tiempos del Sheriff de Robin Hood, aquél que obligaba a todos a darle todo el dinero y consiguió que Robin Hood creciera como figura popular. Era el pueblo.
Y es el pueblo ahora al que hay que proteger.
¿Subir los impuestos? Mejor bajen los sueldos en los puestos de gobierno.
¿Sacrificios fiscales? Para el gobierno, ya no para el pueblo.
Que busquen los genios fiscalistas una mejor forma de lograr ampliar la base de contribuyentes, para no seguir lastimando a los de siempre, a los cautivos.
Además, no pensar que todos los contribuyentes son deshonestos, ladrones, pillos, acuérdense que el león cree que todos son de su condición.
Creo que lo más decente es lo más sencillo.
Mientras traten, a ultranza, de lograr imponer una reforma fiscal sólo con fines recaudatorios, no van a lograr absolutamente nada.
Lo interesante y para lo que estamos dispuestos y comprometidos, es a ayudarles a crear y diseñar un sistema impositivo que permita el crecimiento empresarial, que brinde seguridad jurídica a los pobladores de la nación, que permita a los olvidados por la diosa fortuna, conocer la oportunidad de salir adelante y saber lo que es tener alimentos en la mesa.
Mientras no piensen los gobernantes que el pueblo puede exigir cosas como esas, seguirán tratando de esquilmarlo como apacibles corderos, hasta que despierte y entonces, tendrán frente a sí, una bestia incontrolable.
Por cuestión de seguridad propia, por un prurito de vergüenza, por su propia familia, señores funcionarios: piensen en México como nuestra casa común, no sólo como un coto de caza.
Descubrirán que es mucho mejor tener una estancia abierta, de libre tránsito, sana, que una buhardilla atestada de bienes pero sin salida.
Es cuestión de pensar.
Vale la pena.
Me gustaría conocer su opinión.
José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com
www.mexicodebesaliradelante.blogspot.com/
Conste, no soy yo quien califica la actuación del gobierno. Es Fuenteovejuna.
Y por eso es que me preocupa.
Fuenteovejuna, es decir, el pueblo todo, no es responsable en lo individual de nada. Es como la muerte del angelito. Es culpa del sistema social, no de una persona en particular.
Y si no se cuidan las formas, si no se protege al pueblo, va a haber problemas muy serios.
Aquí debemos recordar que no es lastimando al mensajero como se suspenden las noticias. No es silenciando a Mercurio la forma en que desaparecen los problemas. Que calle el heraldo, no implica desaparecer la noticia.
Lo que debe hacer la autoridad es por un momento pensar como personas, darse cuenta que en beneficio propio y de su supervivencia, deben lograr que el pueblo crezca, que haga más, que sea más, que pueda más.
Si el gobierno y sus dirigentes siguen oprimiendo al pueblo, van a lograr reventarlo y entonces, habrán despertado a ese México bronco que ya antes sirvió para asustar a más de uno.
La gente ya se siente peor que en tiempos del Sheriff de Robin Hood, aquél que obligaba a todos a darle todo el dinero y consiguió que Robin Hood creciera como figura popular. Era el pueblo.
Y es el pueblo ahora al que hay que proteger.
¿Subir los impuestos? Mejor bajen los sueldos en los puestos de gobierno.
¿Sacrificios fiscales? Para el gobierno, ya no para el pueblo.
Que busquen los genios fiscalistas una mejor forma de lograr ampliar la base de contribuyentes, para no seguir lastimando a los de siempre, a los cautivos.
Además, no pensar que todos los contribuyentes son deshonestos, ladrones, pillos, acuérdense que el león cree que todos son de su condición.
Creo que lo más decente es lo más sencillo.
Mientras traten, a ultranza, de lograr imponer una reforma fiscal sólo con fines recaudatorios, no van a lograr absolutamente nada.
Lo interesante y para lo que estamos dispuestos y comprometidos, es a ayudarles a crear y diseñar un sistema impositivo que permita el crecimiento empresarial, que brinde seguridad jurídica a los pobladores de la nación, que permita a los olvidados por la diosa fortuna, conocer la oportunidad de salir adelante y saber lo que es tener alimentos en la mesa.
Mientras no piensen los gobernantes que el pueblo puede exigir cosas como esas, seguirán tratando de esquilmarlo como apacibles corderos, hasta que despierte y entonces, tendrán frente a sí, una bestia incontrolable.
Por cuestión de seguridad propia, por un prurito de vergüenza, por su propia familia, señores funcionarios: piensen en México como nuestra casa común, no sólo como un coto de caza.
Descubrirán que es mucho mejor tener una estancia abierta, de libre tránsito, sana, que una buhardilla atestada de bienes pero sin salida.
Es cuestión de pensar.
Vale la pena.
Me gustaría conocer su opinión.
José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com
www.mexicodebesaliradelante.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario