miércoles, 9 de marzo de 2011

Educación y competencias.




Introducción.
Al ir avanzando en la vida y en los estudios, se van encontrando retos nuevos, situaciones distintas que obligan a recapitular en lo aprendido y a plantearse si lo que es aceptado como verdad, sigue siendo válido.

El problema en esta ocasión se centra en ubicar las motivaciones o motivos que los diversos organismos internacionales pueden encontrar para promover y pugnar a efecto de que la educación basada en competencias se incorpore a la currícula formal de estudios en todos los niveles, así como las transformaciones que promueve en la educación el enfoque por competencias: curriculares, organizacionales, formativas y de todos los demás aspectos en que puede incidir.

Entre los primeros organismos internacionales que han buscado que la Educación Basada en Competencias, EBC por sus siglas, se integre como forma de lograr un mejor desarrollo de los pueblos, está la Organización Internacional del Trabajo, OIT también por sus siglas, que es un Organismo multinacional que tiene, como principal objetivo, lograr establecer el trabajo decente en toda la faz de la tierra precisamente para brindar un salario que sea suficiente para llegar a ese fin. La forma de alcanzarlo, es brindándole capacitación para la vida al obrero, al trabajador, tornándolo competente y de ahí, su interés por la materia que hoy se investiga.

Ha de considerarse que otro organismo internacional de los que más decidido impulso ha brindado a incorporar la educación basada en competencias en la currícula formal de la educación, es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE por sus siglas, por cierto dirigida por el mexicano y tamaulipeco José Ángel Gurría, que señala en su página de internet, http://www.oecd.org/pages/0,3417,es_36288966_36288120_1_1_1_1_1,00.html (OCDE, 2010) que uno de sus principales afanes es apoyar el desarrollo económico sostenible. Ese desarrollo económico habrá de darse cuando las escuelas y universidades logren producir egresados competentes para hacer la vida. Cuando no exista el rezago educativo que hoy, es el verdadero flagelo de la humanidad.

Desarrollo.
Ya está definido el problema a analizar: motivaciones de los diversos organismos internacionales para lograr que la EBC se incorpore a la currícula formal de estudios en todos los niveles, así como las transformaciones que promueve en la educación el enfoque por competencias: curriculares, organizacionales, formativas y de todos los demás aspectos en que puede incidir.

La OCDE, fue fundada en 1961 como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Agrupa a 33 países miembros comprometidos con la democracia y una economía de mercado. Entre los principales objetivos de OCDE está: Apoyar el desarrollo económico sostenible; Incrementar el empleo; Elevar los niveles de vida; Mantener la estabilidad financiera; Apoyar el desarrollo económico de otros países; y, Contribuir al crecimiento del comercio mundial (OCDE, 2010).

Sin embargo, antes, mucho antes de que naciera la OCDE apareció la Organización Internacional del Trabajo, la OIT por sus siglas, que ha venido pugnando por lograr establecer a nivel mundial, un trabajo decente.

El lema de la OIT, visible en la página de internet de la Organización, “promover el empleo, proteger a las personas” (OIT, 1996-2010), muestra el tamaño del compromiso de la agencia, como miembro que es de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, con aquellos que son los patrocinadores: Primero el empleo, el patrón, el dinero, la industria y después, las personas.

Así, en este orden de ideas, los organismos internacionales más importantes, OIT, OCDE, ONU, UNESCO, OEA y otros, lo que realmente han venido requiriendo es personal competente para desempeñar los puestos de trabajo que las empresas requieren y para lograrlo, le trasladan a los gobiernos la carga de producir, en las universidades y escuelas de los sectores oficial y privado, el perfil de egresado que requieren, eliminando de sus costos el capacitar a sus propios trabajadores.

Las empresas necesitan gente que acate instrucciones, que sea capaz y competente para manejar una situación en un entorno laboral que pueda afrontar retos técnicos pero no va en pos del conocimiento científico, del pensamiento filosófico, que es el que logra transformar al mundo.

Las escuelas y universidades del mundo empezaron a abandonar la práctica y enseñanza de las materias que se estimó no serían requeridas por el personal competente, como lo son etimología, filosofía, sociología y en suma, todas aquellas que pugnan por cultivar el intelecto como fin, no sólo como medio para lograr la capacitación de las personas.

Al respecto, existe el Observatorio Filosófico de México que tiene entre sus fines, la defensa de la filosofía frente a las tendencias que buscan eliminarla (Observatorio Filosófico de Mexico, 2009). Lo cierto es, también, que cada día se puede observar que la educación, va buscando tendencias o enfoques a lograr personas con capacidades iguales y con ello, lograr un producto homogéneo, que podrá ser todo lo competente que se desee pero que no permite ni fomenta la creatividad entre el alumno o educando, pues lo limita a sólo lo que el facilitador o maestro establezca.

Mientras que la OCDE y la OIT tienen como finalidad proteger el empleo y lograr el trabajo decente, respectivamente, las universidades y todo tipo de claustros en los que el pensamiento, la creatividad y la libre elección de los temas a estudio, fueron pasando a desuso. Los primeros, es decir, los organismos internacionales, sólo retomaron lo que desde el siglo XV según ha venido dándose: que el obrero competente y capacitado es más productivo.

Es decir, la motivación o motivo que mueve a los organismos internacionales y que por supuesto repercute en nuestro país, México, tiene su origen, causa y fundamento en dinero, en generar dinero, en perseguir ganancias para el capital. Busca, más que elevar la estatura moral de los seres humanos, producir personal competente para el trabajo, que entienda que la empresa es el motor de la economía y por ende, sólo a la empresa y al empresario ha de atenderse para satisfacer las necesidades del propio dinero, haciendo a un lado lo que una persona, por el sólo hecho de ser, pueda tener como aspiraciones y, que por cierto, no es muy frecuente se centre en dinero.

Es importante también resaltar que otro motivo de las organizaciones internacionales que buscan la permanencia de la figura es buscar generar mercados para sus productos. Antes, existía la necesidad y el mercado, lo que hacía falta era un producto para satisfacerla. Ahí nacían empresas, empresarios, fábricas y todo lo que resulta de la obligación de cubrir una necesidad del mercado.

Ahora, los grandes consorcios van creando necesidades en el ánimo de la población. Investigan los gustos del mercado, analizan las situaciones y entonces, encuentran lo que falta y de inmediato, se avocan a producirlo. Y ahí encontramos que lo mismo produce un nuevo estilo de ropa que unos zapatos exóticos o una universidad distinta a los demás. Y el mercado, compra.

Que un gran motivo para que las organizaciones internacionales pretendan buscar la introducción de la educación basada en competencias en la currícula de las universidades, es ahorrar a favor de los grandes capitales, sus patrocinadores, para que el costo de producción del producto necesario, personal competente, sea trasladado a los propios usuarios, es decir, al alumno a capacitarse.

Obviamente aquí se engarza el segundo y diverso punto de análisis del presente ensayo: las transformaciones que promueve en la educación el enfoque por competencias: curriculares, organizacionales, formativas y de todos los demás aspectos en que puede incidir. ¿Qué necesita la industria, el comercio, la fábrica, para alcanzar sus objetivos? La respuesta la va otorgando cada uno en particular. Que el Valle del silicio requiere ingenieros en mecatrónica y aún más; que la región de Burdeos busca agrónomos, etnólogos y demás ciencias afines para obtener las mejores cepas; la moda busca modelos casi cadavéricas y ha logrado que la anorexia y la bulimia también se pongan de moda y así, ad líbitum, cada industria, cada fábrica, cada sector productivo va requiriendo personal con competencias definidas y eso es lo que exige a los centros formativos llamados universidades. En su necesidad de obtener de las universidades ciertos parámetros para el producto requerido, va exigiendo transformaciones que implican cambios desde la presentación y hasta la forma de dirección y conducción de los centros educativos.

La currícula o listado de materias de una carrera técnica o profesional, ya no obedece a las necesidades académicas de formar seres creativos, personas con capacidad de pensar y de generar nuevas ideas. Ahora, la fuerza del dinero impone, por conducto de los capitanes de empresa y de las grandes organizaciones internacionales, lo que la educación ha de imponer a los educandos.

Ya no se organizan en grupos, salones o aulas, como fue la manera tradicional. Ahora son rimbombantes “equipos de trabajo” o denominaciones así que, a veces, riñen con la lógica y el sentido común, pero que son las que las industrias imponen, a su libre albedrío, dentro de las propias industrias. Y por supuesto, se le indica al estudiante que para que se vaya familiarizando con la vida interna de las empresas, es preferible que vaya utilizando las normas y procedimientos de la industria real. Y entonces se ven grupos y equipos entonando los himnos de las empresas, las alabanzas de algunas, los credos de otras y así, hasta que se cae en el ridículo de recitar frases motivacionales que más parecen una burda parodia del Maestro Cornejo.

A veces, también los directivos de las empresas de educación son competentes en lo que deben de ser, pero olvidan, en su afán de resultar gratos a los ojos del patrón, del que paga, que algunos pequeños detalles siempre deben revestir a las personas, v.gr., la redacción y ortografía. Se debe buscar siempre que los textos que se producen reúnan los requisitos de claridad, sencillez, presentación y demás que exigen las reglas gramaticales. Algunos directivos de escuela equivocan hasta su nombre.

He dicho.

Conclusiones.
Lo expuesto puede concretarse en decir que sí, las organizaciones internacionales como la OIT, la OCDE, la ONU y demás, tienen interés en que la educación basada en competencias finque raíces en el sector educativo. Definitivamente.

Ese interés es sólo en cuanto que las empresas de educación o universidades entreguen el producto que la industria, el comercio, la fábrica y en general, el patrón requiere para el sano desarrollo de su negocio. Se ahorran el costo de capacitar y tornar competente, a su modo, al personal a su servicio y trasladan ese costo al propio usuario, el estudiante que sueña con alcanzar un puesto de trabajo.

Ese volver competente, a su modo, al personal requerido, ha hecho que existan directivos de universidades que, con altos, altísimos grados académicos, formales y bien obtenidos en lo pragmático, ignoren el origen de la palabra que están tratando de explicar al estudiante o al subalterno que les cuestiona. No es su culpa. Es el sistema que a eso ha orillado. Es la razón de que un actor competente para producir audiencia, sea resucitado en una telenovela mientras aquellos que han cursado años de estudio, que conocen la métrica y la rima, carecen de empleo. Es también, la causa de que los Maestros de antes, que apenas terminaban primaria pero se interesaban en la vida de sus alumnos y tenían vocación, lograran la admiración de sus alumnos al grado de que los Maestros y su vida fueran casi sagrados, como Don Cipriano, papel de José Elías Moreno en la película Simitrio, que ejemplifica a todos los niños de todos los tiempos.

Se impone retomar lo sencillo, lo normal y que cada quien haga lo que le corresponde. Las empresas a producir y a pagar por la capacitación y competencia de sus trabajadores. Las universidades, a generar gente con cuestionamientos, con interrogantes, con inquietudes que busquen siempre, lo mejor para el hombre como especie, no como producto de consumo.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini
Mexicano y además, orgulloso de serlo.


Bibliografía:
Observatorio Filosófico de Mexico. (2009, junio 15). Retrieved febrero 06, 2011, from Defensa de la filosofía frente a las tendencias que buscan eliminarla.

OCDE. (2010). Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Retrieved febrero 06, 2011, from http://www.oecd.org/pages/0,3417,es_36288966_36288120_1_1_1_1_1,00.html  
OIT. (1996-2010). Organización Internacional del Trabajo. Retrieved febrero 06, 2011, from http://www.ilo.org/global/lang--es/index.htm


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