lunes, 31 de mayo de 2010

Josué Rodríguez.

Como por arte de magia, de la mala, así, como a consecuencia de un hechizo, de esos que mi educación y mi formación me impiden creer que existen, así de repente dejaron de funcionar, al mismo tiempo, los dos focos delanteros de la camionetita de casa.

Claro, los diagnósticos de los expertos en todología no se hicieron esperar: cambia los fusibles, revisa los cables, prueba con unas linternas, usa unas velas, en fin, todo lo que a Usted y a mí se nos puede ocurrir, pero lo cierto es que no prendían los focos.

Como soy medio seguidor de la metodología, empecé a descartar las causas de la falla. Revisamos fusibles, cables, contactos y todo, si bien mi ayuda se limitó a sostener unas pinzas medio raras, ahí estuve, pero nada funcionó.

Fuimos a varios talleres. En el primero y de muy mal modo, me dijeron que como ya sólo faltaba media hora para las dos, ya no había tiempo de revisarlo, pues salen a la comida. Que dejara la camioneta y pasara en dos o tres días o cuando me hablaran para ir a enterarme del diagnóstico y presupuesto. En el segundo, por cierto muy amable el dueño, no me podían atender pues no había un lugar para revisar mi coche, así que debía esperarme a que le ajustaran la no sé qué a otro para poder revisar el mío. Obvio, me fui a casa, muy triste.

De repente y como por inspiración divina, dijo mi esposa, que empiezo a creer que ya sabe más de mecánica que los que a eso se dedican: -¿Y por qué no lo llevas a AutoZone a que lo revisen?

Habló con aquella seguridad, con aquél tono que implica conocimiento del caso, que no tuve más que atenderla, si bien por dentro yo sabía que me habrían de despachar con cajas destempladas, es decir, sin atenderme. Pero fuimos.

Llegamos a AutoZone y un muchacho llamado Josué Rodríguez, muy atento, nos pidió que esperáramos a que terminara de atender a un señor que estaba comprando lo necesario para hacer un carro completo, bueno, así pensé por la cantidad que pagó.

Seguimos nosotros escasos minutos después y le comenté el gravísimo problema de mi camioneta medio embrujada. Se rió, con una sonrisa complaciente como pensando: -pobre señor, se nota que no sabe de mecánica-, pero no dijo nada más que: -permítame revisarla.

Y salió y le movió a no sé qué cosa y luego dijo, como con sentencia de Cosa Juzgada: -son los focos, hay que cambiarlos.

Nos volteamos a ver mi esposa y yo y asentimos, ¿qué más podíamos hacer? y dije, con voz como de alguien que sabe: -está bien, cámbielos…

Y aunque no lo crea, en menos de cinco minutos: -¡La camionetita ya tenía luz de nuevo!

Al agradecerle sus atenciones, traté de invitarle un refresco en muestra de agradecimiento y me pidió que en lugar de propina, mejor hablara a un teléfono de esos gratuitos para dejar un comentario de su atención.

Por eso, he decidido mejor escribir estas líneas.

Si México tuviera más personas como Josué Rodríguez, México sería el mejor país del mundo. Créame.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com

1 comentario:

  1. me hubiera llevado la camioneta a mi y ahora mi nombre luciria en este apartado jajaja
    Acuerdese de vez en cuando de los amigos que para eso estamos LIc. Gomez
    Saludos

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