José
Manuel Gómez Porchini / México
debe salir adelante
Hoy vengo ante usted, mi querido lector, a
platicarle parte de una historia que aparece en una película que seguramente ya
vio: Una mente maravillosa, la
historia de John Nash, quien ganó el Premio Nobel de Economía en 1994 por sus esfuerzos,
en especial, por lo relativo a la Teoría de Juegos.
En este caso vamos a comentar precisamente la “Teoría
de Juegos” por la que recibió el Nobel Nash y el que tal vez sea su problema
más famoso: El dilema del prisionero.
Se trata de lo siguiente: detienen a dos personas. Cada
una es internada en una celda diferente. La policía no cuenta con elementos
suficientes para acusarlos pero tiene a la ley que dice:
8 años de cárcel si los dos se declaran culpables.
Un año de cárcel si ambos lo niegan.
Si uno confiesa y el otro no, el que confiesa sale
libre y el otro se queda con una pena de 12 años de prisión.
Si tú confiesas y tu cómplice no, tú sales libre y
él se queda 12 años en la cárcel.
Si el socio confiesa y tú no, él sale libre y tú te
quedas 12 años.
Así, sin pensar mucho, ¿Cuál será la mejor
respuesta?
Si los dos lo niegan, a pesar de la falta de
pruebas, será un año de cárcel a cada uno y pueden salir bajo fianza.
Sin embargo, como siempre gana el egoísmo, los dos
confiesan y culpan al otro. El resultado es la primera opción: 8 años de cárcel
a cada uno y luego, los rencores entre ambos.
¿Por qué fue ese el resultado? Por el egoísmo.
Si los dos hubieran sido altruistas, desprendidos,
además de honestos, hubieran negado el delito y así, lograrían la condena
mínima que además, les permite quedar libres bajo fianza. Pero no, les gana el egoísmo
y prefieren delatar al otro, a pesar de que no sea cierto.
De igual manera, si usted se conduce con los
valores que casi todos predicamos pero que muy pocos cumplen: verdad, honestidad,
congruencia, respeto, inclusión y todas esas palabras que adornan los discursos
pero que son ajenas a la vida diaria de muchos, se va a dar cuenta de pronto
que generan dividendos, siguiendo la Teoría de Juegos de Nash.
Uso ejemplos: si usted le paga buen sueldo a sus
empleados, si cumple con su función como patrón honesto, va a obtener a cambio trabajadores
comprometidos que van a luchar por hacer que la empresa progrese.
Otro: Si usted se niega a participar en la
corrupción tal vez va a tener algún problema, pero la verdad, a la larga va a
lograr que cambie el sistema. Negarse a ser parte del “sistema” tal vez vaya en
contra de lo que se maneja en el país, pero sí es lo que vamos buscando la
inmensa mayoría.
Si usted participa en política, no en un partido,
sino en los problemas de la ciudad, va a ser parte de la solución. Si sigue en
los partidos, es parte del problema.
Si usted es padre de un hijo, asuma su compromiso,
que va más allá de darle un peso. Cárguelo, arrópelo, protéjalo y enséñelo a
ser responsable. No le permita la libertad de hacer su voluntad porque algún
día usted y la sociedad se darán cuenta que ha formado nuevos próceres políticos,
como los que ahora son la vergüenza del país.
Lo que necesitamos es que cada uno asuma sus
responsabilidades (que por cierto muchos lo quieren hacer pero el “sistema” no
los deja) y así nos daremos cuenta que el país va a ir cambiando en el rumbo
que buscamos. Ese es el juego que en teoría nos va a ayudar: La Teoría del
Juego aplicada a las Ciencias Sociales.
Me gustaría conocer su opinión.
Vale la pena.
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