En mi muro en redes sociales, me apareció un
mensaje hace unos días: ¿Me puede decir si tengo derecho a ir a mi tierra a
firmar los papeles de mi casa con mi abuelo que se está muriendo? Lo que pasa
es que en la empresa pedí permiso el próximo sábado y me dijeron que yo tenía
que conseguir un suplente, explicarle mis funciones, pagarle yo el sueldo al
suplente y entonces, si ellos así lo autorizaban, me darían el permiso.
Claro, le expliqué que por supuesto que podía
disfrutar del día, que claro que se lo iban a descontar del sueldo pero también
le dije que no es motivo para su separación del trabajo.
Mi mayor asombro fue cuando me contó que la empresa
les retiene partes de los salarios hasta que ajustan las cuentas. Y entonces sí,
les pagan las diferencias. –Podemos demandar a la hora que quiera, le dice
saber.
Por otra parte, vino a verme un patrón, buen
hombre, con ánimos de hacer las cosas bien pero con un enorme desconocimiento
de lo legal. Me hizo saber que sorprendió a sus trabajadores robándole, me
explicó el modo en que lo hacían y me dijo que no los denunció penalmente
porque la muchacha ya se va a casar. Pero eso sí, ¡los corrió!
Al preguntarle por el procedimiento que utilizó
para darle trámite a la rescisión, volteó a verme con ojos asombrados y me
dijo: ¿a la qué? Rescisión. Al despido con causa justa para el patrón. –contesté.
¡Claro! Los hice que firmaran su renuncia en la oficina y se fueron. No les
pagué más que lo que les debía de salarios, me dijo. –Lo van a demandar, fue mi
respuesta.
Y sí, lo demandaron por despido injustificado. Y le
van a ganar o va a tener que firmar un convenio que no tenía razón de ser, todo
por ignorar lo que debe ser un sano procedimiento laboral.
A raíz de esos y muchos otros ejemplos y problemas
que he vivido como abogado, amén de que tuve oportunidad de impartirlo ya en
varias ocasiones, hoy he preparado material para el curso de Responsabilidades
de Trabajadores y Patrones.
El objetivo es darle a conocer, a ambos,
trabajadores y patrones, el marco legal y humano en el que pueden desenvolverse
en términos de lo que existe actualmente, además de otear los posibles cambios que
ya se avecinan en la Ley Federal del Trabajo.
Que el obrero y el patrón estén ciertos de lo que
están haciendo, que sepan que sus derechos existen y cómo hacerlos valer así
como también, que aprendan que su contraparte también tiene derechos y deben
respetarlos. De ahí que se busque ubicar con claridad las responsabilidades de
ambos, en el marco de la legislación vigente.
Está a sus órdenes. Empezamos en unos días.
Me gustaría conocer su opinión.
Vale la pena.
José
Manuel Gómez Porchini.
Director
General
Calmécac
Asesores Profesionales S.C.
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