José Manuel Gómez Porchini / México
debe salir adelante
Señores Congresistas.
Amigos todos.
Amigos todos.
Hoy vamos a hablar de la participación de los
trabajadores en las utilidades de las empresas, también llamada PTU.
Antes que otra cosa suceda, debemos definir qué es la PTU.
Y eso, que parece fácil, no lo es. No aparece definición ni en la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos ni en la legislación laboral. Luego
entonces, la definición habremos de encontrarla en la doctrina y, para el caso,
recurrimos a la página de la Procuraduría de la Defensa del Trabajo, que nos
dice que PTU es:
“…el
derecho constitucional que tiene el trabajador a participar en las ganancias
que obtiene una empresa o patrón por la actividad productiva o los servicios
que ofrece en el mercado, de acuerdo con su declaración fiscal (PROFEDET, 2012)”.
Ya que hemos resuelto el problema, ahora nos vamos a
enfocar al asunto que aquí nos trajo.
¿Qué tanto influye la participación de utilidades en la
lealtad y permanencia de los trabajadores?, y también, ¿Por qué los patrones
buscan evadir su pago?
La primera pregunta la dejaremos para más adelante. La otra
respuesta es fácil: Para que sea menor el monto a repartir entre sus
trabajadores. Y para lograrlo, el patrón atiende los consejos legales y
contables de la gente que paga: ─suba gastos de operación; consiga comprobantes fiscales “en regla” para tener más qué deducir; reinvierta
en maquinaria y equipo; en pocas palabras, haga gastos hasta que no quede
utilidad alguna y, así, se evita el pago de PTU.
Claro, el propietario de la empresa se siente satisfecho
con la eficiencia de sus abogados y contadores que han logrado una “planeación
fiscal” tan correcta y completa que no queda nada para repartir y que, en el
mejor de los casos, hasta a la Secretaría de Hacienda logra dejar sin impuestos.
Oiga usted, ¡qué eficiencia!
Pero no todo es así de fácil. El trabajo, que no es artículo
de comercio, no se rige por las leyes civiles que tienen a la par a las partes
que ahí intervienen.
El trabajo, los empleos, encuentran su fundamento en la
otra gran rama del derecho que nos rige, además del Derecho Público y el
Derecho Privado, que es el Derecho Social.
Para el patrón, el salario es otro más de los costos de
producción. Para el obrero, es el pan de su casa, el pago de la renta, la
tranquilidad de su hogar y por eso van a trabajar.
Cierto, mucha gente tiene vocación para hacer o
desempeñar el arte, profesión u oficio que libremente han elegido y muchos lo
hacen con gusto, pero tienen que comer y por eso trabajan. No es cierto, no
puede ser cierto, que alguien desempeñe una labor por el solo afán de sentirse
realizado. No, cuando menos, cuando no tiene en la mesa lo necesario para
satisfacer sus necesidades. Nadie se levanta a las cinco de la mañana solo por
“amor al arte.”
Luego entonces, el salario y las demás prestaciones que
un empleo generan, son el motor que los mueve a sudar la camiseta, a sentir que
son parte de un equipo y a entregarse en favor del patrón. Mal, por lo tanto,
cuando el dueño de la empresa busca la manera de escamotear lo que el obrero ha
generado.
Hace muchos años, Ignacio Ramírez, El Nigromante, dijo en
su discurso del 7 de julio de 1856 que: "…es necesario que todo trabajador obtenga parte de esta
ganancia de que disfruta el patrón, y que es parte esencial para que se realice (Crónica Parlamentaria, 1986)."
Cabe destacar que en otros sitios de internet la frase
que se atribuye al Nigromante es la siguiente:
“Así es
que, el grande, el verdadero problema social, es emancipar a los jornaleros de
los capitalistas; la resolución es muy sencilla y se reduce a convertir en
capital el trabajo. Esta operación, exigida imperiosamente por la justicia,
asegurará al jornalero, no solamente el salario que conviene a su subsistencia,
sino un derecho a dividir proporcionalmente las ganancias con todo empresario (CD Consultores, 2014)”.
Ya era una aspiración, ya era un sueño y se convirtió en parte
de la Constitución en 1917, precisamente en la fracción VI del artículo 123 en
los siguientes términos:
En toda
empresa agrícola, comercial, fabril o minera, los trabajadores tendrán derecho
a una participación en las utilidades, que será regulada como indica la
fracción IX (Crónica Parlamentaria, 1986).
Se formó la Comisión para PTU y ha venido sesionando,
cambiando el porcentaje a repartir desde el inicial 8% hasta el 10% vigente a
contar a partir de la resolución del 03 de febrero de 2009 (Diario Oficial, 2009).
El obrero empezó a contar entre sus haberes, como parte
de su salario, lo que habría de corresponderle cada año por concepto de reparto
de utilidades. Así, tuve oportunidad de conocer las fabulosas cantidades que empresas
como Minera Cananea repartían entre sus empleados cada año.
Cuando menos dos años estuve en Cananea por cuestiones de
trabajo en la época de reparto de utilidades y me llamó poderosamente la
atención que la gente pusiera a la venta carros, casas, muebles y todo, pues
con el importe de la venta más las utilidades, podían aspirar a conseguir algo
mejor que lo que estaban vendiendo. Así, con cantidades de doscientos,
trescientos o cuatrocientos mil pesos y más como reparto de utilidades, Cananea
era un pueblo con una riqueza impresionante. Buenos salarios y buenas utilidades.
Claro, el patrón ganaba mucho más, pero para todos hay.
Al buscar eliminar esos montos y al permitirlo las
disposiciones de la Secretaría de Hacienda que, primero, impiden que los
salarios y demás prestaciones se deduzcan íntegros como costo, pues cada día
van eliminando de las deducciones lo que se paga al empleado. Por otra parte,
al permitir que empresas de terceros o Outsourcings
participen con la renta de personal, cobrando por ello, y que se permitan
deducir íntegra la factura por tal concepto, ha orillado a los patrones a
migrar a sus trabajadores a ese esquema.
Si bien es cierto que el patrón ahorra con esa estrategia
fiscal, también es cierto que al escamotear a los obreros esa parte de su
ingreso, que como ya se vio ha sido aspiración desde tiempos del Nigromante, el
patrón ha conseguido lo siguiente:
1.- Se ha perdido la identidad del obrero respecto a
quién es su patrón. No sabe si servirle a quien le paga, outsourcing, o a quien se beneficia de sus servicios, la empresa
establecida. En lo personal y como abogado, yo siempre recomiendo demandar solo
a la empresa establecida. Las outsourcings
cuentan con muy mala reputación.
2.- Al no existir sentido de pertenencia, el obrero no
tiene compromiso con la empresa. Ya no tiene “puesta la camiseta”, como se dice coloquialmente, pues entiende
que el patrón le está negando un derecho y actúa en consecuencia.
3.- Al no tener compromiso con la empresa, el obrero no
se entrega completamente, pues sabe que no hay reciprocidad.
Cuando en la empresa no existe identidad, sentido de
pertenencia, compromiso del obrero, no se consiguen los resultados que busca el
patrón.
Hace muchos años, en casa, escuché decir que se consigue
más con una gota de miel que con un tarro de hiel. Significa que pesa más en el
ánimo de las personas un buen trato que todas las amenazas y castigos que
puedan imponerse. Cierto, si usted presiona al obrero va a obtener resultados,
pero nunca se llame a sorprendido el día que usted se dé cuenta que lo están
traicionando, pues ellos van a entender que no es traición, es solo obtener lo
que sienten es su derecho.
Ahora bien, no solo el obrero se siente desprotegido. El
empleado de cuello blanco, el funcionario de la empresa también tiene problemas
con las nuevas políticas neoliberales que ahora privan en el mundo laboral.
En efecto, antes todos quienes laboraban en la empresa
tenían la seguridad de un empleo fijo, perdurable, en tanto hicieran las cosas
bien y ese era el afán de todos los trabajadores.
De pronto, a alguien se le ocurrió que utilizando
contratos de naturaleza civil se podían ahorrar las prestaciones laborales y
comenzó el auge de los llamados ahora “freelancers”
o trabajadores independientes. El problema es: ¿Independientes… de quién?
Por más que digan que son ajenos a la empresa, que no
participan de la calidad de trabajador, conforme a la ley, si usted tiene
horario, responsabilidades, subordinación y cobra un estipendio o cantidad de
manera periódica, en términos legales, usted es trabajador.
Por eso, cuando se presenta la figura de “no trabajador” para pretender negarle
tanto el beneficio de la seguridad social como la participación de utilidades y
todos y cada uno de los privilegios que nacen de una relación laboral sana, las
demandas ante la autoridad laboral las pierde el patrón. No puede ser de otra
manera.
Aquí cabe hacer una reflexión sobre un tema que, al
parecer, ha quedado fuera de la vida de los mexicanos. La Ética. El actuar de
manera correcta. Hacer lo que es debido.
La Ética, así, con mayúsculas, significa que cada uno ha
de hacer lo que corresponde, lo que la ley, la moral, los convencionalismos
sociales y las normas todas que rigen la vida del hombre en sociedad, han
venido marcando a lo largo de los siglos.
Existen normas básicas, fundamentales, que no podemos
ignorar si pretendemos seguir viviendo en sociedad de manera civilizada. Hace
apenas unos días acudió a mí un trabajador despedido por una de las más
importantes empresas de servicios que atienden las necesidades fundamentales de
la ciudadanía y me enteré, con horror, de las condiciones laborales en que
subsisten.
Me dijo que entró a laborar hace casi cinco años y que
los dos primeros años no tuvo seguridad social. Fue hasta el inicio del tercer
año que lo dieron de alta en el Seguro Social y claro, con el salario mínimo a
pesar de que su sueldo es de dos mil pesos semanales.
Los recibos fiscales, esos que garantizan la estabilidad
laboral y el pago correcto del salario, son por $532.00 pesos por semana, la
diferencia a completar el salario de dos mil pesos, se los entregan en sobre
grapado al recibo de salarios. Obvio, esa diferencia no existe para la
autoridad fiscal ni para la seguridad social. Eso es un fraude mayúsculo
tomando en consideración que así se encuentran más de cien trabajadores.
¿Y los inspectores de la Secretaría del Trabajo? ¿Y la
función de recaudación del Seguro Social? Nadie les avisa, nadie hace anda. Eso
es actuar de manera totalmente contraria a la Ética, ese actuar correctamente
que debería ser nuestro principal motor.
Y así está México en muchos de los frentes de la vida.
Autoridades que no hacen su trabajo. Patrones que buscan cómo evadir sus
responsabilidades. Y claro, también trabajadores que ignoran sus funciones y
realizan mal lo que debería ser su trabajo diario.
La falta de Ética en la actitud de la gente no es solo de
quienes de alguna manera tienen el poder: autoridades, patrones, sindicatos.
También y en gran medida, esa falta de actuar apegados a un recto proceder
existe en el obrero que, sabiendo que ignora un procedimiento de trabajo,
acepta una responsabilidad para la que no está capacitado.
Hace poco debí acudir a una notaría pública, con oficinas
a todo lujo, para realizar un trámite ante un juzgado. Llevé los documentos y
ellos tenían que presentar un escrito. Fui al juzgado a conocer los avances de
mi trámite y al entrevistarme con el Juez, me mostró el texto: lleno de errores
de ortografía, con los nombres de los interesados equivocados, con los datos de
registro erróneos y muchas fallas más. Me dio pena ajena.
Al acudir a la notaría para decirles las fallas, la
respuesta fue: ─Ellos lo revisan y así no hay problema. ¿Así o más
cínicos? El Juez me había hecho el comentario: ─Con mucha frecuencia las
notarías mandan mal hechas las cosas, confiados en que aquí las vamos a
revisar. Cierto, es nuestro trabajo, pero ustedes, los clientes, están pagando
al notario para que haga bien las cosas, no “chambonas”. Y cuánta razón tiene el
C. Juez.
Y contrata usted médicos que confunden una apendicitis
con una fiebre tifoidea y tardan diez días en operar. Claro, cuando lo hacen,
ya hay un gran daño y es fecha que el enfermo lleva más de quince cirugías, ha
perdido un año de su vida por un error médico y no tiene la manera de solventar
los gastos originados. No tengo aún el nombre del doctor, pero teniéndolo lo
daré a conocer.
Ni el notario ni el médico actuaron de manera ética, es
decir, conforme a un hacer de manera correcta aquello a lo que están obligados.
Y mientras en México sigamos aceptando y permitiendo ese tipo de actuaciones,
seguiremos sin avanzar, sin salir adelante.
Y ahora vamos a tratar de dar respuesta a la primera de
las interrogantes planteadas al inicio de esta plática:
¿Qué tanto influye la participación de utilidades en la
lealtad y permanencia de los trabajadores?
Por todo lo aquí expuesto, por la experiencia de vida que
he llevado y por lo que indica la percepción generalizada, el patrón que busca
evadir sus responsabilidades mediante cualquiera de las formas que hemos
comentado, está condenado al fracaso.
Podrá, si acaso, manejar las riendas de su empresa días,
meses, años, sabiendo que está lacerando a la parte débil en la relación
laboral, pero el día menos pensado, esas riendas se rompen y las toma el
obrero. Así ha sucedido en múltiples empresas en las que la avaricia del patrón
las ha llevado a huelga, a quiebra y luego, a ser tomadas por los obreros que
han puesto ejemplo del manejo eficiente de la negociación.
Cierto, como en todo, el ser humano es falible y más
quien carece de la instrucción escolar que viste generalmente al empleado de
confianza, al de cuello blanco.
Con lo aquí expuesto, podemos asegurar firmemente que la
falta de reparto de utilidades a los trabajadores, es causa de la indolencia,
de la apatía, de la falta de interés de los trabajadores por la empresa. Y así,
nunca ninguna empresa ha de prosperar.
Ahora, voy más allá todavía. El patrón que no solo niega
PTU y que ahora ya no celebra contratos laborales y todo trata de hacerlo vía
civil. Es la tendencia y debemos entenderlo. Si usted fuera patrón y le dieran
a elegir entre tener trabajadores carísimos, con altos salarios, costos de
previsión social por las nubes y toda la carga financiera y fiscal que
representan, contra la posibilidad de contratar a su personal vía civil, es
decir, sin ninguna de las responsabilidades que hemos comentado, ¿usted qué
haría?
Debemos entender que es el futuro que ya nos alcanzó y
que ahora es nuestra responsabilidad afrontarlo mediante mecanismos nuevos,
mediante formas distintas de hacer las cosas para obtener resultados distintos.
Y aquí voy a dejar una propuesta para que usted la
analice, la piense y si le interesa, la comente y la comparta.
A cada uno de los miles que no tienen un empleo formal,
que trabajan por su cuenta, que son profesionistas independientes, empresarios,
amas de casa, comerciantes en pequeño, estudiantes, mexicanos que sufren por la
falta de seguridad social, por no saber quién habrá de solventar sus gastos el
día que no puedan cubrirlos, cuando no sean capaces de ganar el pan de cada día
y no puedan pagar sus medicinas, cuando ya no tengan capacidad de ganancia, a
cada uno de ustedes les digo: Hay una manera de lograr pensión para todos.
Lo único que necesitamos son legisladores que quieran a
México, el maravilloso y espectacular país en el que nos tocó nacer, vivir,
disfrutar y hacer la vida. La forma de lograrlo es mediante una tarjeta que se
use en cada compra gravada con el Impuesto al Valor Agregado, IVA, para que una
parte de ese IVA, dos o tres puntos, se vayan a una cuenta de ahorros en su
favor.
Esa cuenta será suya, será su dinero y nadie podrá
tocarla más que Usted. Podrá retirar cada año una parte, pues es su dinero.
Actualmente, cada
punto de IVA equivale aproximadamente a ciento cincuenta mil millones de pesos.
Si todos participamos, podría ser de
casi el doble.
Va a producir ahorro interno y le va a servir al país
para salir adelante. Se cubre la pensión y servicio médico de la totalidad de
la población, por el sólo hecho, por cierto, maravilloso, de ser mexicanos.
No necesita pedir
factura, sólo que la operación quede registrada con su tarjeta y para eso, ya
existen modernos sistemas de cómputo. No le compromete a nada y sí consigue una pensión.
La información completa la encuentra en el enlace: http://mexicodebesaliradelante.blogspot.com/2009/02/el-derecho-al-ahorro-y-la-seguridad.html y además, en el blog: www.mexicodebesaliradelante.blogspot.com El Derecho al Ahorro y a la Seguridad Social
como Garantías Individuales
Vale la pena.
Me gustaría conocer
su opinión.
José Manuel Gómez
Porchini
Orgullosamente
mexicano.
Referencia a fuentes:
CD Consultores.
(07 de mayo de 2014). blog.cdconsultores.com.mx. Recuperado el 05 de
noviembre de 2016, de https://goo.gl/69hsAU: https://goo.gl/69hsAU
Crónica Parlamentaria. (23 de septiembre de 1986). Crónica
Parlamentaria, Cámara de Diputados. Recuperado el 05 de noviembre de 2016,
de https://goo.gl/fB9ZSz
Diario Oficial. (03 de febrero de 2009). Diario Oficial de
la Federación. Recuperado el 05 de noviembre de 2016, de
https://goo.gl/cVC60c
PROFEDET. (24 de agosto de 2012). Procuraduría Federal de
la Defensa del Trabajo. Recuperado el 05 de noviembre de 2016, de
Secretaría del Trabajo y Previsión Social: https://goo.gl/G462CV
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