José Manuel Gómez Porchini / México debe salir
adelante
Hace
ya muchos años y por necesidades del servicio, algunas empresas, en especial
las grandes, iniciaron una práctica que por sí sola es buena, no es dañina y
que se supone no debería causar ningún problema… bueno, hasta que intervino el
SAT y todo lo echó a perder.
Cualquiera
de las grandes corporaciones, que por su especialidad, tenían un objeto social
definido, vamos, que produjeran cervezas o vidrio o lámina, no tenían ni el
personal ni el equipo para construir hornos o bodegas dentro de sus propias
instalaciones; así nace la contratación de empresas ajenas, la “tercerización”,
para que fueran a realizar una actividad que a la empresa le era ajena y para
la que no estaba capacitada. Obvio, se pagaban las facturas por los costos de
material y mano de obra, incluyendo impuestos. Nadie dijo nada y era una fuente
de ingresos.
Pasaron
muchos años y así siguió.
Por
otro lado, desde siempre los sueldos de los trabajadores y todas las
prestaciones sociales han sido uno de los costos, más bien, gastos de las
empresas y no están afectos al impuesto al valor agregado, IVA por sus siglas. La
empresa vende con IVA y los sueldos los paga sin IVA. Ahí el diferencial lo
cubre la empresa.
De
pronto a alguien se le ocurrió que si le entregaba una factura a la empresa por
los costos de los empleados, así como las que entregaban las empresas, podrían
deducir el IVA y el patrón obtendría un gran ahorro. Luego, surgió uno más
inteligente y dijo que si los inscribía con salario menor ante el Instituto
Mexicano del Seguro Social, las cuotas serían menores… y otro opinó que mejor
no pagaran seguridad social y otro dijo… bueno, hasta que llegamos al momento
actual, en el que las empresas, grandes, medianas, pequeñas y hasta el aparato
gubernamental, en lugar de contratar a sus propios trabajadores, mejor
contratan los de una outsourcing y así no generan antigüedad, no tienen
compromisos con el IMSS, no pagan impuestos, no cuestan casi nada… claro, el
costo social es altísimo pero eso no hay quién se lo explique a la gente de gobierno.
De
pronto el día viernes 29 de abril de 2016 aparece un Tribunal Colegiado, el
Quinto en materia administrativa del Tercer Circuito, y lanza una Tesis Aislada
que, por lo pronto, es obligatoria para los que residen en Jalisco y espero
pronto sea a nivel nacional. La tesis dice: VALOR AGREGADO. LA SUBCONTRATACIÓN LABORAL DERIVADA DE UN CONTRATO DE
PRESTACIÓN DE SERVICIOS NO ESTÁ GRAVADA POR EL IMPUESTO RELATIVO[1].
Es
decir, de pronto se dan cuenta del daño que se ha venido causando al tejido
social, a los obreros, a la planta productiva y a toda la sociedad al permitir
que los obreros ya no tengan un patrón cierto, al eludir las obligaciones de
seguridad social, al escamotearle al trabajador la antigüedad general de
empresa, al robarles la participación de utilidades, vamos, al dejar solo y a
la deriva al obrero que ya no reconoce ni respeta la figura del patrón, pues no
lo alcanza a identificar.
Regresar
a la seguridad de que cada empresa es responsable de sus trabajadores regresará
al país parte, una gran parte, de la identidad perdida. Va mi más sincera
felicitación a quienes intervinieron en tan atinada decisión.
Me
gustaría conocer su opinión.
Vale
la pena.
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