José
Manuel Gómez Porchini / México
debe salir adelante
Esta nota la
escribo el domingo 29 de junio de 2014 por la noche. No quise hablar del fútbol
porque como a la inmensa mayoría de los mexicanos me dolió y mucho, que con un
penal inexistente nos hayan sacado de la competencia. Ahora, ya a toro pasado,
podemos decir que la selección como que se cansó, que dejaron de jugar con la
misma emoción y además, podemos pontificar mil cosas más. La verdad, la que
existe en la realidad, esa solo la conocen El Piojo Herrera y tal vez, algunos
de los directivos. No hay más allá,
Pero debo
regresarme a empezar por el principio. Hoy es domingo, me levanté temprano,
antes de las ocho de la mañana y con mi esposa fuimos a buscar frutas… yo tenía
en mente una compra rápida, en un súper de esos que hay en las esquinas y ella,
caminar para disfrutar el folclore mexicano, la vida que es tan nuestra y que
es la realidad del México en que vivimos.
Fuimos, en
Monterrey, a las calles del centro de la ciudad. Había romerías, gente ataviada
con todas las galas inimaginables y también, una verdadera exhibición de modas
urbanas. Aretes por aquí, colguijes por allá, los pantalones más inverosímiles,
las blusas que me obligaron a voltear la cara por decencia, pues a la
imaginación no le dejaron lugar y muchas cosas más. Había gente, infinidad de
gente. Mucha gente. Mexicanos, gastando y haciendo la vida.
En aquellos
puestos ¡A 55 el aguacate! ¡Puede tocar, puede tocar! ¡Llévele, llévele, todo
le vale a diez!, los precios son muy similares a los de los comercios
establecidos. Tal vez, la fruta mallugada esté ligeramente más barata, pero en
el fondo, es lo mismo. Obvio, no es lo mismo. Faltaba el aire acondicionado, el
carrito para ir juntando las cosas (yo venía cargando las compras a pulso) y
las demás comodidades de quienes estamos acostumbrados a la civilización.
Pero faltaba
una cosa que también es una realidad. El control fiscal. Ahí, en ese mundo
real, donde se mueve el grueso de los mexicanos, no existen ni el IVA, ni la “Factura
electrónica”, ni “correo para envío” ni ninguna de esas cosas que a nuestros
genios trasnochados se les han ocurrido.
Fuimos al
mercado que ocupa varias manzanas y no vi ni facturas, ni gente entregando sus
datos fiscales, ni personal llenando formatos para envío de facturas con el archivo
PDF, el XML, el formato en físico y todo lo que ahora pide Hacienda. La gente
ve la mercancía, pregunta el precio, se ponen de acuerdo, se paga y recogen la
mercancía y la operación entre particulares es perfecta. Nadie le avisa a
Hacienda porque nadie tiene el menor interés en hacerlo.
De cada
operación que se realiza, que debería estar gravada con IVA, el vendedor
(porque pregunté, tienda por tienda), confiesa que sí tienen contador que les lleva
sus asuntos, que hacen una factura (pero con poquito, para que no salga mucho
de impuestos) y así no tienen problemas.
En este México
nuestro, surrealista, la autoridad fiscal deja pasar las cantidades grandes de
dinero de los negocios lícitos, como son los puesteros fijos y semifijos, que
tienen ventas de ensueño para muchos negocios establecidos. Claro, esos
negocios o no pagan impuestos o lo que pagan es solamente para que los
inspectores no los molesten.
Los de
siempre, EL 14% DE MEXICANOS que sí pagamos impuestos, somos los mismos. Los del
negocio establecido, los que tenemos un empleo formal y por ende, somos
causantes cautivos con nuestros tres mil pesos por quincena, contra los tres
mil pesos cada diez minutos del señor que vende aguacates. Lo vi, nadie me lo
va a contar. Ni paga impuestos ni sufre por auditorías ni tiene problemas.
Eso sí,
cuando les empecé a preguntar a los trabajadores de los distintos puestos: de
tacos, de verduras, de plásticos procesados, de ropa y muchos más, me dijeron
que eso, lo de la esa ley del trabajo ahí no tiene aplicación, pues los que
mandan son los patrones. Ahí no hay ni prima dominical ni séptimo día… hoy que
fui era domingo y me explicaron que es el Día de Plaza, es decir, cuando más se
vende… así que la gente, los trabajadores, no descansan en domingo, pero claro,
eso de pagarles de más porque es domingo no está establecido ahí. La ley
federal del trabajo es para los patrones que se dan de alta ante el SAT y
entonces están obligados a pagar todo.
Los patrones
que no se dan de alta ante el SAT, ni ante el IMSS, ni tienen registros de
ningún tipo, mueven grandes cantidades de dinero sin reportar nada a Hacienda. De
hecho, Sara Ochoa León, en su obra ECONOMIA
INFORMAL: Evolución reciente y perspectivas, publicada por la Cámara de
Diputados de México, nos dice: Existe una
base de trabajadores cautivos que pagan la mayor parte de los impuestos, pues
de una población económicamente activa de casi 40 millones, menos de la mitad
forman la base de contribuyentes. Lo anterior implica que como lo he venido
manifestando, el propio gobierno sabe, pues la Cámara de Diputados lo publicó,
que el grueso de los ingresos no está en lo que se le quita a los causantes
cautivos. Las cantidades fuertes están en los invisibles. En los informales, en
los que no aparecen.
El problema
para el gobierno es que no ha encontrado la forma de lograr que esas personas
contribuyan, a pesar de que digan que es obligación, que es un derecho y todo
lo que quieran decir. Mientras la gente no “sienta” que le conviene algo, no lo
va a hacer. Y a la gente, los de hacienda no los convencen, no los logran
enamorar.
Hacienda
necesita una propuesta que implique un beneficio a la población abierta, algo
que no exista en la actualidad y que a la gente podría interesarle. Aquí es
donde le ofrezco al gobierno y a la población, la posibilidad de que todos
tengamos derecho a servicio médico y a pensión, a lo que distingue a la seguridad
social de los empleos de tercer mundo o informales.
Sin embargo,
lo que se propone no guarda relación alguna con un empleo formal, ni tiene nada
que ver con darse de alta ante hacienda. Se trata de crear “clientes frecuentes”
o “lealtad del cliente” entre la población y que todos puedan participar, de
manera que mediante una tarjeta deslizable, en cada operación que tenga IVA, el
equivalente a 3 puntos de IVA deban ser en favor del titular de la tarjeta. Obligas
al vendedor a reportar la operación. Generas ahorro interno por más de cien mil
millones de pesos por año por cada punto de IVA.
Vas a tener
una población que políticamente está comprometida y vas a cambiar la forma de
pensar de los ciudadanos. Del “no pago” a buscar la forma de que el IVA siempre
se reporte. Es una operación ganar-ganar.
Lo único que
falta es una voz que la haga valer. Y claro, voluntad política. Por favor,
ayúdeme a difundirlo. Es por México. Es por usted. Es por todos.
Me gustaría
conocer su opinión.
Vale la
pena.
Referencia a fuentes:
ECONOMIA INFORMAL: Evolución reciente y
perspectivas, de SARA OCHOA LEÓN, visible en:
Estoy de acuerdo en su prespectiva economica y comprendo su decepsion fut bolistica para reanimar su espiritu le recuerdo ue hay un presagio que dice que la bandera mexicana omdeara en el centro de moscu guarde la fe
ResponderEliminarla desecsion que en lo particular siento tambien, no es esta vez por la partisipasion de la selecsion nacional sino por el consepto de fair plar de la selecsion holandesa eso de agarar a patadas a un jugador cuando esta en el suelo y de tirarse tres veces para aparentar un penal contrasta con la posicion de dignidad que se pide de respeto y de omitir injurias y con la calidad de la educasion de las generaciones mas jovenes de desear una justa que eleve el espiritu y sea ejemplo de concordia no no dista demasiado una de otra.
la selecsion holandesa me desepsiono.
En lo tocante al cambio fiscal que por decadas se sabe debe de hacerse en mexico tenbriamos que orar para que se ilumine la V ya sea la de guadalupe o la de un espiritu mas terrenal
en otro tenor sabra usted quien asesora al secretario de gobernacion en cuestion de imagen al parecer es eficiente en su labor y podria meterlo en la pelea para el 2018