Acabo de tener el privilegio de estar en las aulas de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
Esa facultad es un ejemplo claro de la forma en que los esfuerzos bien encaminados, los afanes llevados en la dirección correcta y la unidad como símbolo de progreso, van creando el medio propicio para que se desarrolle de manera integral un proyecto de bien: forjar cada día mejores mexicanos al tener mejores profesionistas.
Debo aclarar que acudí a San Luis Potosí y a su Facultad de Derecho en ocasión del marco de la 50 Asamblea de la Academia Mexicana de Derecho del Trabajo y de la Previsión Social a la que otro día habré de referirme. Hoy sólo quiero dejar constancia de que fui tratado como verdadero visitante distinguido, pues así nos hicieron sentir los jóvenes estudiantes y por supuesto, los Maestros y demás personal de la Facultad.
Eso sí, tuve oportunidad de conocer tanto los salones para conferencias, como en el que se celebraron las Sesiones Plenarias, como la Biblioteca que nada tiene que envidiarle en orden, limpieza, disposición y control a las mejores del mundo. Sus murales, que voy a tratar de reproducir, muestran el avance del hombre a través de los siglos y por supuesto, desde la perspectiva de la cultura.
Su Director, Fernando Sánchez Lárraga, se distinguió por su don de gentes, su bonhomía y su disposición a atender al visitante. Por cierto, lo conocí hace varias Academias, que creo así habré de medir el tiempo de ahora de adelante, más nunca supe de lo elevado de su puesto pues como los verdaderos grandes, nunca dejó entrever la importancia de su posición. Por eso, es aún mayor mi reconocimiento a su categoría.
Ya hablé del edificio, de su Director y no puedo dejar pasar el hecho de que esa, como todas las demás escuelas y facultades del mundo, se componen de lo más importante: sus alumnos.
Y créame, mi querido lector. Desde el que conducía su propio coche y llevaba Académicos, hasta el que nos sirvió de guía, a pie, cuando íbamos rumbo al hotel pero en dirección contraria, totalmente. Todos los alumnos, a quienes el propio director llamó “ángeles azules”, se comportaron de primera, sacaron lo mejor de sí y demostraron que no sólo van por instrucción, sino que también tienen educación. Vengo asombrado de lo que una Institución Oficial puede hacer. … y pensar que hay quien quiera desaparecer las escuelas públicas según porque no sirven…
La Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí puede, de manera muy válida y sin sonrojarse, llenarse de orgullo por estar a la altura de las mejores del mundo. Además, es capaz de organizar una Asamblea para mil Académicos en un mes y a la semana siguiente, recibir a los directores de las facultades de derecho del país.
Debo aclarar que acudí a San Luis Potosí y a su Facultad de Derecho en ocasión del marco de la 50 Asamblea de la Academia Mexicana de Derecho del Trabajo y de la Previsión Social a la que otro día habré de referirme. Hoy sólo quiero dejar constancia de que fui tratado como verdadero visitante distinguido, pues así nos hicieron sentir los jóvenes estudiantes y por supuesto, los Maestros y demás personal de la Facultad.
Eso sí, tuve oportunidad de conocer tanto los salones para conferencias, como en el que se celebraron las Sesiones Plenarias, como la Biblioteca que nada tiene que envidiarle en orden, limpieza, disposición y control a las mejores del mundo. Sus murales, que voy a tratar de reproducir, muestran el avance del hombre a través de los siglos y por supuesto, desde la perspectiva de la cultura.
Su Director, Fernando Sánchez Lárraga, se distinguió por su don de gentes, su bonhomía y su disposición a atender al visitante. Por cierto, lo conocí hace varias Academias, que creo así habré de medir el tiempo de ahora de adelante, más nunca supe de lo elevado de su puesto pues como los verdaderos grandes, nunca dejó entrever la importancia de su posición. Por eso, es aún mayor mi reconocimiento a su categoría.
Ya hablé del edificio, de su Director y no puedo dejar pasar el hecho de que esa, como todas las demás escuelas y facultades del mundo, se componen de lo más importante: sus alumnos.
Y créame, mi querido lector. Desde el que conducía su propio coche y llevaba Académicos, hasta el que nos sirvió de guía, a pie, cuando íbamos rumbo al hotel pero en dirección contraria, totalmente. Todos los alumnos, a quienes el propio director llamó “ángeles azules”, se comportaron de primera, sacaron lo mejor de sí y demostraron que no sólo van por instrucción, sino que también tienen educación. Vengo asombrado de lo que una Institución Oficial puede hacer. … y pensar que hay quien quiera desaparecer las escuelas públicas según porque no sirven…
La Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí puede, de manera muy válida y sin sonrojarse, llenarse de orgullo por estar a la altura de las mejores del mundo. Además, es capaz de organizar una Asamblea para mil Académicos en un mes y a la semana siguiente, recibir a los directores de las facultades de derecho del país.
Claro, en noviembre reciben a los Académicos de nueva cuenta, con la Asamblea de Derecho Burocrático. Es decir, hacen todo eso y además, ¡¡estudian!!
Me gustaría conocer su opinión.
Vale la pena.
José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com
Me gustaría conocer su opinión.
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José Manuel Gómez Porchini.
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Fotografías tomadas con teléfono celular por José Manuel Gómez Porchini.
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