José Manuel Gómez Porchini / México debe salir adelante
Ayer
fueron las elecciones en mi estado, Tamaulipas, y en otros más; ayer se eligió
también al Congreso Constituyente de la Ciudad de México y hasta este momento,
la tarde del lunes seis de junio de dos mil dieciséis, no hay noticia de
problema o incidente alguno qué lamentar.
Triste,
muy triste, que la gente tenga tan poca fe y confianza en las campañas, en los
candidatos, en los partidos políticos. La prueba está en que menos de tres de
cada diez salieron a votar. Eso habla del hartazgo social, de la irritación que
logró identificar el presidente Peña Nieto en el rostro de los mexicanos todos.
Esa irritación social no va a cambiar por decreto ni se va a guardar por
instrucciones superiores. Los que están en el gobierno siempre han pensado que
el pueblo no sabe, no entiende, no reconoce. Ahí está el resultado. Le han
cobrado la factura a los gobernantes.
Ahora han
aparecido de pronto los candidatos a decir que la culpa es de los que estaban,
de cualquier partido, que ellos, los que perdieron, son lo mejor que pudo
sucederle al mundo pero que la gente no entendió su discurso. En realidad, los
que no entendieron el discurso de la gente fueron los candidatos que han vivido
siempre en la burbuja que produce el bienestar, pero que no saben lo que es
enlodarse los zapatos en una inundación, el político que desconoce lo que
significa que no alcance el dinero para el pan y que son capaces de dar como
respuesta: que coman pasteles.
Hoy
nuestro México ha votado por la alternancia. Donde había PRD habrá Morena.
Donde estaba el PRI habrá PAN, donde el PAN era gobierno, ahora lo será el PRI
o Morena o algún otro. Lo que más destaca es que ya no soportan a los mismos.
Sin embargo, los que brillaron por su ausencia fueron los independientes. Fuera
del fenómeno que ha sido “El Bronco” en Nuevo León y a quien ya le está
costando sostener las expectativas que generó, los demás pasaron sin pena ni
gloria. Más bien, con mucha pena y nada de gloria.
Ahora
existe un compromiso muy fuerte para los electos: demostrar de qué están
hechos. Por el bien de México, necesitamos gente que no sean políticos o aves
de paso. México requiere estadistas de tiempo completo, que entiendan lo que el
pueblo necesita y estén a la altura de esas necesidades.
Si en
México no cumplen los políticos lo que la población espera, muy pronto ya no
habrá quién se asuma como político.
Me
gustaría conocer su opinión.
Vale la
pena.
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