José Manuel Gómez Porchini / México debe
salir adelante
Uno de los más
sentidos reclamos de la población a sus gobernantes es la impartición de
justicia. Cada día vemos en medios y en redes sociales casos que nos llevan a
pensar que en México, la justicia ha llegado a los más bajo, que ha tocado
fondo y que solo puede ir en ascenso, para al día siguiente tomar conciencia
que no, que ha caído aún más.
Ejemplos tenemos
muchos y hoy voy a referirme a dos que están causando escozor en redes sociales
y en medios. La violación de Daphne y la liberación de los rateros de San Pedro
Garza García.
Daphne es una
chica que fue agredida sexualmente por un grupo de “mirreyes” como han sido
llamados los hijos de altos funcionarios del gobierno de Veracruz que siendo
apenas estudiantes universitarios, en lugar de acudir a clases se regodeaban
atacando jovencitas. Al parecer, no es solo Daphne, sino que hay varias más que
también fueron maltratadas. Y lo más grave es que no existe interés de la
autoridad por investigar en el asunto.
Nuevo León y su
joya de la corona: el que se ostenta como el municipio con el mejor nivel de
vida de América Latina: San Pedro Garza García. Resulta que llegan unos
asaltantes a una casa, entran, sacan lo que les parece, son sorprendidos,
perseguidos, detenidos, presentados ante la autoridad y los sueltan porque no
se cumplió tal y cual artículo que protege los derechos humanos de los
pobrecitos asaltantes.
Y aquí aparece el
Presidente del Poder Judicial del Estado de Nuevo León, aclarando que en tanto
las autoridades persecutoras del delito: policías, ministeriales, comandantes y
todos ellos, sigan empecinados en sus prácticas antiguas contrarias a lo que
dispone el nuevo Código Penal aplicable en el país, seguirán saliendo de la
cárcel los delincuentes y no porque lo merezcan, sino porque están haciendo mal
su tarea los muchachitos de las procuradurías y de las presidencias municipales
encargados de detener a los malos.
La constante en
ambos casos es el desconocimiento de la ley y sus consecuencias.
El papá de Daphne
se reservó cuatro meses el presentar la denuncia por una promesa que le hizo a
su hija, según él mismo ha declarado ante los medios. En ese momento y toda vez
que tuvo trato en ese tiempo con los delincuentes y sus familias, es que todo
tipo de dudas y sospechas han surgido. ¿Por qué tardó tanto en denunciar?
¿Acaso no hubo arreglos? ¿Tenían firmado o ya en tratos algún convenio?
El solo hecho de que
puedan existir ese tipo de comentarios lleva a cualquiera a pensar mal y sin
embargo, lo más seguro es que solo el desconocimiento de la ley, el no saber
las formas, es lo que ha ocasionado el inmenso problema, además de la violación
sexual, en que ahora se encuentra Daphne.
Similar caso es
el de San Pedro Garza García. Los ladrones, confesos del robo, obtienen su
libertad por resquicios legales que, desde antes, el Presidente del Tribunal
había advertido y que los Presidentes Municipales y los de las procuradurías,
han desdeñado.
Los tiempos han
cambiado y ahora existe una nueva realidad en materia legal. Solo quien pueda
estar al día podrá seguir actuando. Al parecer, ni la gente de fuera al sistema
judicial, como el papá de Daphne ni la gente de adentro, como los policías, lo ha
podido entender.
Cierto, existe
corrupción en los medios de impartición de justicia pero más, existe
desconocimiento, ignorancia y mala fe y a eso le apuestan los que ya le han
entendido.
Ojalá cada día
más pueda haber mejores ciudadanos para evitar estos problemas.
Me gustaría
conocer su opinión.
Vale la pena.
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