domingo, 18 de enero de 2015

La revisión de los contratos


 
Me pidió que le revisara un contrato de arrendamiento, pues me aclaró que necesita rentar un local para establecer un negocio y le dije que sí. Después de haber estado tantos años revisando todo tipo de contratos: de obra pública, de arrendamiento, de bienes, de servicios, de lo que usted se pueda imaginar, pues obvio que algo aprendí.

Recibí el proyecto de contrato que le había enviado el dueño del local y me quedé espantado. Los que venden en las papelerías, para los niños de las escuelas, están más completos. Pero bueno, tenía los datos principales.

Mi amigo me había pedido en especial que hiciera algo en el contrato que le diera a él la seguridad que buscaba y lo hice, así como incorporé al contrato lo que un trabajo formal debe contener. Todas y cada una de las cláusulas que han de proteger la relación contractual entre ambas partes, incluyendo las de rescisión, las de precio y demás.

Sin embargo, le pedí me proporcionara los datos fiscales del arrendador y los de él y su respuesta me sorprendió: No, la renta no lleva impuesto al valor agregado, IVA por sus siglas. Ahí fue cuando empecé a usar mis dotes de abogado y le dije: Mira, yo soy tu abogado y sería muy desleal de mi parte no hacerte saber las implicaciones de lo que pretendes. Y empecé. En la redacción del contrato que me envió, decía que el precio era de una cantidad que ya incluía el IVA. Le dije que si hablaban de que se incluía el IVA, existía la obligación de declararlo. No hacerlo, es ir en contra de todos los mexicanos. Lo dije en serio, pues así lo he manejado y además, así es.

El pago de los impuestos a todos nos favorece. Si uno solo de los habitantes de un país no cubre su parte de la contribución a sostener al gobierno, esa parte se tiene que distribuir entre los demás pobladores y en consecuencia, se va encareciendo el costo. Si son muchos los que no pagan y solamente somos unos cuantos los que cubrimos completa nuestra carga tributaria, la consecuencia es que esos cuantos tenemos que soportar el peso completo de la carga fiscal.

Además, con independencia de la parte filosófica-moral de la obligación y el valor del pago de impuestos, le hice ver la realidad de lo que va a suceder el día que llegue una autoridad hacendaria a requerirle exhiba sus documentos. No va a poder justificar el pago de la renta, no va a ser deducible y así, la autoridad fiscal calculará los impuestos omitidos y también, lo que debe estar ganando para poder pagar la renta. Y conste, Hacienda siempre se imagina que usted recoge el dinero con pala y así le cobra los impuestos. Por eso, es mejor que usted tenga las cosas en orden, bien acomodadas, para que no le de oportunidad a la autoridad de que le finque responsabilidades.

Afortunadamente, se impuso la cordura y el contrato quedó en orden. También le ofrezco a usted, que si tiene que pactar algo con alguien, por favor, busque a un abogado. Claro, cobramos honorarios pero siempre es mejor pagar una consulta y hacer las cosas bien, a tener que buscar al abogado cuando usted ya perdió sus bienes, derechos, propiedades o incluso, su libertad.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

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