José Manuel Gómez Porchini / México debe
salir adelante
Cuando el patrón tiene necesidad, deseo o la intención de
despedir a alguno de sus trabajadores y no encuentra una causa justificada, es
decir, cuando el obrero está haciendo las cosas bien, muchas veces el patrón se
deja seducir por quien le aconseja que acuse de ratero al trabajador y así se
ahorra la liquidación.
Desgraciadamente, es mucho más frecuente de lo que usted
puede suponer la existencia de esos patrones y esos hechos. En el último mes,
me he enterado de cuando menos tres asuntos de esa calaña y en uno tuve
oportunidad de entrar a defender al ofendido. Presentamos la demanda por
rescisión de la relación laboral por causas imputables al patrón y estamos
esperando la audiencia correspondiente.
Voy a tratar de explicarle a usted los mecanismos de los
patrones: tienen un trabajador al que ya no quieren en la empresa, pero no
encuentran cómo correrlo sin que les cueste. Entonces, buscan a un abogado sin
escrúpulos que se preste a presentar una denuncia penal por robo o por abuso de
confianza o desfalco y entonces, ya presentada la denuncia acuden ante el
trabajador y le dicen: tenemos las pruebas de que has estado robando o que te
quedaste con dinero de la empresa. Necesitamos que presentes tu renuncia en
este momento y entonces te perdonamos, pero debes comprender que ya no es
posible que sigas aquí.
El trabajador, que maneja dinero o que está encargado de
la empresa, piensa que tal vez exista un error administrativo pero por miedo a
quedar fichado, por el temor de ser llevado al penal, acepta firmar su renuncia
y entonces pierde sus derechos.
Cuando el trabajador, a pesar de las amenazas del patrón,
se niega a firmar su renuncia, se enfrenta entonces sí con la realidad de que
existe la denuncia y acude la autoridad a detenerlo, con fotografías de por
medio y todo el aparato publicitario necesario para que los demás empleados
escarmienten al ver “cómo tratamos a los que quieren robarnos”.
Claro, el obrero carece de bienes de fortuna como para afrontar
un proceso penal detenido y no sabe que existen esos seres maravillosos que son
los abogados de la Defensoría de Oficio de Gobierno, que sin cobrar un céntimo
asumen la defensa de quienes se lo solicitan y lo hacen de manera
extremadamente eficiente. No vacile nunca en acudir a pedirles consejo legal.
Son gratuitos, son del estado y están para servirle.
Como el obrero no sabe que puede pedir ayuda, acude ante
abogados particulares que al ver las características del asunto, infieren que
es solamente la intención del patrón de no pagar liquidación y así, piden
cantidades enormes por una defensa que en realidad, nunca existe, pues la causa
penal no tiene fundamento y la autoridad penal exonera al inculpado en poco
tiempo, pero suficiente para que éste haya perdido sus derechos laborales.
Así, de pronto vemos un trabajador que logró resolver su
problema penal, que pagó veinte, treinta o tal vez más miles de pesos por salir
bien librado de un asunto en el que nunca debió estar inmiscuido y además, sin
trabajo y sin carta de recomendación.
¿El patrón? Contento y feliz de la vida, pues se quitó a
un trabajador que no le servía, que no lo tenía contento y no pagó. ¿El obrero?
Imagine usted cómo puede sentirse un padre de familia sin empleo, con antecedentes
penales, sin carta de recomendación y con el estigma de haber estado en la
cárcel por ratero. ¿Quién lo va a contratar?
La diferencia es abismal. Es un hecho real, es un hecho
mucho más repetitivo de lo que usted se puede imaginar. Y claro, la ley no dice
nada al respecto. La ética, la decencia, los valores, sí. Ojalá usted cuando
sea patrón o cuando pueda aconsejar a un patrón, nunca le diga que meta a la
cárcel a los trabajadores. No tengo nada más que decir.
Me gustaría conocer su opinión.
Vale la pena.
Hola, muy interesante su artículo. Lamentablemente tiene usted razón, tal vez en la mayoría de los casos. Pero, también esta el otro lado de la moneda. Existen pequeños negocios que van empezando u negocios de los que subsiste alguna familia, que requieren de contratar a alguien. Y que pasa, resulta que al que contrataron, casi rogando le dieran el empleo, resulta que abusa de esta confianza y les roba, ya sea mercancía o dinero. Porque lamentablemente hoy se da mas esta situación. Luego entonces, creo que también deberíamos de ponernos del otro lado. Lamentablemente hoy hay gente que se dedica a esto, va y demanda a las empresas sin que están los corran y de eso viven.
ResponderEliminarAhora hay mucha gente lacra que vive de las demandas yo tengo 2 personas que me demandaron por despido injustificado y quieren 2 millones jamás de los jamases juntare ese dinero y ellos de la noche ala mañana si los quieren
EliminarExacto me encuentro en un problema con 2trabajadore que realmente son unas lacras y de eso viven de perjudicar a pequeños negocios como el mío..
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