José Manuel Gómez Porchini / México debe
salir adelante
Como ahora vengo ofreciendo al público abierto mis
servicios como abogado, he logrado que la gente me busque por los más
disímbolos motivos: por mi función como maestro, como redactor de notas, por
mis servicios en la industria y muchas cosas. Claro, también están las buenas
intenciones de mis muy queridos amigos que me han recomendado como si realmente
conociera de todas las materias… algo casi imposible. De entre los que han
venido conmigo, hace unos días se presentó un matrimonio, propietarios de dos
casas, varios terrenos, con hijos, en suma, una familia pujante, de trabajo,
muy educados en su trato, respetuosos a más no poder, familia en la que la instrucción
académica brillaba por su ausencia.
Y me empezaron a explicar el problema. Que la hermana de
la prima de alguien dijo que les iban a quitar la casa, que si firmaban un
papel ya no y que si querían conservar todo firmaran otro papel. Empecé a
revisar lo que les hicieron firmar y… ¡qué barbaridad! ¡Tenía como para dos o
tres procesos legales de inmediato, en diversos fueros!
Y con la metodología que ha de seguirse al iniciar un
asunto empecé solicitando documentos e información: nombre completo, actas de
nacimiento, credenciales de IFE… y ahí me dijeron: es que la credencial del IFE
la he cambiado varias veces, cuando cambio la firma… y como mi nombre no es el
del acta de nacimiento, pues conseguí otra… y entonces el pasaporte tiene otro
nombre… y así… total, que a la hora en que quisimos poner en claro aquello, mi
ahora cliente tiene cuatro nombres oficiales, tres registros distintos,
credenciales del IFE auténticas, con firmas auténticas, obvio, distintas, con
sus nombres oficiales… y nace la pregunta: ¿Cuál es la real? ¿Cuál es la
verdadera?
Y entonces me remito a lo que publicara hace tiempo en la
nota: Uno de cada diez mexicanos, http://mexicodebesaliradelante.blogspot.mx/2012/03/uno-de-cada-diez-mexicanos.html. En efecto, casi
once millones de mexicanos carecen de acta de nacimiento, de registro válido
que acredite su existencia y por lo tanto, carecen de todo tipo de oportunidades
para tener acceso a lo que sea. No existen. No están registrados. Punto.
Sin
embargo, de los que sí existen, de los que sí tienen acta de nacimiento y están
registrados, es decir, de los que son como usted y yo, de pronto resulta que
las actas no son válidas pues cuando lo registraron, en el pueblo que sea, el
señor del registro no le puso María, le puso Ma. Y entonces, si usted toda la
vida ha usado María, pues resulta que no es válido. Tampoco, si usted es
González con doble z y el del registro lo escribió con una o dos eses,
Gonsáles, pues entonces, ya no es el mismo y claro, tampoco va a ser hijo de su
papá, que su apellido es con una z o con las dos y así, hasta el infinito.
Mi
cliente compró una casa, digamos, con su apellido con dos z de González, otra
con una s, un terreno con su apellido con doble s y el otro, a nombre de su
esposa solamente, para evitar problemas, pero su esposa es Juana María y así
está la escritura, pero en el registro civil nada más dice Juana. El María ella
lo agregó después para que no se oyera tan feo. Claro, así, con Juana María
tiene su certificado de primaria y de secundaria, su nivel máximo de estudios.
Su IFE dice Juana.
En pocas palabras. Para poder presentar una demanda para
defender sus bienes de los contrarios, primero vamos a hacer todos los
trámites, juicios, procedimientos y lo que sea necesario para que tengan sus
nombres y documentos en orden. Creo que al final de día, cuando se dieron
cuenta que le estaban quitando la casa a uno que ni existía o una casa que, ni
siquiera estaba a su nombre, como que les ganó la risa. Como Abogado, aquello
fue muy difícil de aceptar. Como persona, ¿cómo explicar que en juicio sí puede
perder todo, pero no puede defenderlo? Logré que empezáramos ya los trámites
para regularizar nombres y todo. Así debería hacer usted. No crea que porque su
acta de matrimonio no dice bien su nombre ya se libró de responsabilidades.
Lleva todas las de perder pero ninguna de ganar. Por cierto, ante Hacienda usted
siempre pierde y ante la seguridad social, también pierde. Hacienda lo reconoce
con cualquiera de sus nombres y la seguridad social le niega beneficios por
tener varios nombres.
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