José Manuel Gómez Porchini / México debe
salir adelante
Desde el inicio de los tiempos, el hombre ha buscado la
forma de poder explicar lo que no entiende, lo que está más allá de la lógica
que su estrecha inteligencia le permite comprender y entonces, ha buscado alguna
explicación lógica a los sucesos que no puede definir. Así, han existido desde Quetzalcóatl
hasta Buda, Alá, Cristo y cuantos seres han destacado de entre los demás por su
sabiduría.
En nuestra cultura, en la herencia que somos los hijos de
la América nativa y la España conquistadora, Jesucristo representa el Dios que
todo lo puede. Así lo aprendimos y así somos la inmensa mayoría de los
mexicanos. Claro, ahora ya existe la diversidad de criterios, la libertad de
cultos y la multiplicidad de religiones, lo que ha permitido que cada uno crea
en lo que mejor le parece e incluso, existe la libertad para no creer en
ninguno, si así le place al individuo.
La libertad consiste en poder elegir creer o no, actuar o
no, hacer o no, con sus consecuencias y recompensas. Pero siempre, que exista
la plataforma inicial, que permita a todos, la igualdad de posibilidades. Si
falla ese punto de arranque, todo se malogra.
Quiero agradecer a Dios Nuestro Señor por haber permitido
que 2012 haya sido uno de los mejores años de mi vida, si no que el mejor. Y
voy a tratar de explicarme. Para empezar, en 2012 sigo vivo y siguen vivos
aquellos a quienes amo. Los que nos han adelantado en el camino, merecen
nuestra oración y que redoblemos esfuerzos. Por los que nos quedamos, el
compromiso es salir adelante.
Sigo trabajando, sigo activo y sobre todo, con ganas de
querer ser y hacer más cosas, de buscar la forma de lograr ser útil, productivo
y proactivo, lo que es muy distinto a querer tener más. Los bienes sirven
solamente para remediar los males. Cuesta mucho trabajo entenderlo, pero el día
que tú tienes al dinero, ese día es tuyo. Mientras el dinero te tenga a ti,
dependes de lo que él quiera.
Tengo una familia, que es la mejor forma de estar vivo. Mi
esposa y mis hijos, que son lo que hoy se denomina la familia nuclear y mi
madre, el recuerdo de mi padre, mis hermanos y todos los demás parientes, han
sabido dar forma y color a mi existencia. Gracias a todos y cada uno de ellos.
Amigos, que son los hermanos que vas construyendo en la
vida, los he logrado identificar y creo que cada día logro sumar uno más. Es un
orgullo saber que lo que se hace, a alguien le interesa. Eso representa el
mayor compromiso de vida y es el principal motor para seguir adelante.
Tener un empleo, un patrón establecido que te proporcione
un sustento, es la garantía de que vas por la vida haciendo las cosas bien. Ser
el patrón que representa la garantía para los demás, es un reto que empuja a
lograr avances que, por momentos, se antojan imposibles. Como responsable de la
empresa voy buscando dejar marca de nuestro actuar. Que la gente tenga
conocimiento pleno que si viene de nuestra empresa, de nuestra casa, de nuestro
país, el producto es excelente. El servicio, ha de ser mejor siempre.
En la sociedad, en el medio donde la gente se desenvuelve,
he logrado que se me abran las puertas de medios de comunicación de gran
envergadura y con prestigio de luengos lustros, como he logrado un espacio en
los medios electrónicos más modernos. Tener presencia escrita con la
posibilidad de hacer valer tu verdad, es más que un privilegio, una gran
responsabilidad. Y la hemos venido sorteando.
En la escuela, logré que mis alumnos comentaran las
reformas a la ley laboral y esos comentarios, los convertimos en un libro que
ha de quedar como prueba plena de que el esfuerzo rindió frutos.
Además, recibí un reconocimiento como el mejor maestro de
posgrado en el año 2012 por parte de una institución educativa de altísimo
nivel. Ese solo hecho, es suficiente para decir que el año valió la pena.
Como cereza en el pastel del 2012, el Colegio de Abogados
de Monterrey, A.C., con más de treinta y cinco años de existencia, con el
prestigio y orgullo de manejarse como un Colegio independiente en su criterio,
me ha brindado la oportunidad de poder dirigirlo los próximos dos años.
Si sumo los beneficios del año y los comparo contra las
dos o tres pérdidas que hubo, el resultado es que sí, ha sido uno de los
mejores años de mi vida.
El compromiso, el reto, es que los que sigan sean cada vez
mejores. La forma de lograrlo es la actitud. Vamos por todo.
Vale la pena. Me gustaría conocer su opinión.
Excelentes palabras profesor.
ResponderEliminarSiempre será un orgullo ser su alumno. Usted es ejemplo, y no se necesita más para mi.
Un muy afectuoso saludo y los mejores pensamientos para usted y su familia.
Miguel Montes: Gracias, muchas gracias!!
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