José
Manuel Gómez Porchini / México debe salir adelante
Ha sido proverbial
entre los mexicanos y tal vez entre la humanidad entera, enaltecer el logro
ajeno y disminuir o menospreciar el propio o de los cercanos a uno. De ahí que
exista la sentencia que establece que: “nadie es profeta en su tierra”.
México, nuestra
querida patria, ha tenido toda suerte de dirigentes: desde los muy
nacionalistas hasta los príncipes extranjeros; desde el cercano a la gente hasta
el que se lava las manos después de saludar al pueblo. De todo ha habido.
Hoy, en que
después de muchos años de insistencia el Licenciado Andrés Manuel López Obrador
se ha alzado con el triunfo en las urnas, existe una corriente muy importante
de mexicanos que indican: “yo no voté por López Obrador” y con ello, pretenden
hacer que su gobierno fracase. Es decir, a pesar de que tratar de que le vaya
mal al presidente de la república es como implorar que fracase el piloto del
avión, sabiendo que vamos de pasajeros, lo están buscando.
Por eso y atentos
a que México debe salir adelante, vengo a tratar de colaborar con mi granito de
arena en beneficio del país, en el tema que he venido comentando con muchos de
ustedes y que conocen los académicos de la seguridad social y mucha gente del
país y más allá de nuestras fronteras.
En efecto, tenemos
como país un grave, gravísimo problema de pobreza que no se puede acabar
regalando dinero que alguien tiene que pagar; como tenemos el problema de la
falta de cultura de pago de impuestos y de ahorro; como está fijo en los mexicanos
la idea de que transar es la mejor forma de avanzar. Y se busca la manera de
eludir impuestos, de evadir obligaciones y de luchar por conseguir que las
cosas nos salgan regaladas o muy baratas, aún sabiendo que son robadas o de muy
dudosa procedencia.
Ya hay varios
intentos de lograr paliar cada uno de los problemas enunciados y la sociedad
los ve con recelo y más aún, con intenciones de no acatar lo que propone el Presidente
López Obrador para conseguir que México avance. Ahí entra lo que hoy vengo a
proponerle.
Se trata de crear
un sistema nacional de seguridad social indirecto que se vaya gestando en cada
operación de compra que haga cada uno de los 120 millones de mexicanos que
somos, de tal manera que al comprar algo, lo que sea, que tenga Impuesto al
Valor Agregado, IVA por sus siglas, el equivalente a dos puntos de IVA se vayan
a una cuenta de ahorros propiedad de cada uno en el que se vaya acumulando lo
suficiente para tener servicio médico y medicinas, así como pensión, lo que
junto, trae una seguridad social universal y que, en añadidura, al gobierno no
le costaría un solo céntimo.
Voy a tratar de
explicarme. La Secretaría de Hacienda reconoce una evasión y elusión fiscales
por aproximadamente el 40% de lo que debería de recaudar por concepto de IVA.
Es decir, si lo que debería ser es de diez pesos, solo recauda seis, con una
fuga de cuatro pesos. Lo que propongo, es que, al hacer uso de las tarjetas de
Cliente Frecuente otorgadas por el Gobierno Federal, cada operación gravada con
IVA quede registrada, de tal manera que el vendedor se obligue a reportar ese
IVA y el comprador recibe, a cambio de pasar su tarjeta, el equivalente a dos
puntos. Al hacerlo, subiría la recaudación hasta el equivalente a ocho o nueve
pesos de los diez que debería recaudar el Gobierno, de los cuales, bien puede
disponer de dos para seguridad social y aún así, sigue teniendo más que antes
de aplicar la propuesta.
Cabe aclarar que cada
punto de IVA debe rondar aproximadamente entre ciento cincuenta a doscientos
mil millones de pesos, que son suficientes para otorgar las pensiones que
faltan en México y alcanza, además, para darle mantenimiento a los hospitales
del Sector Salud e inclusive, crear unos nuevos.
Piénselo.
Me gustaría
conocer su opinión.
Vale la pena.
José Manuel Gómez
Porchini
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