José Manuel Gómez Porchini / México debe
salir adelante
Hace tiempo conocí el origen de la geometría política y a
ese respecto escribí una nota, en la que detallo cómo, allá cuando el
parlamento francés apenas se instauraba, los conservadores, los que buscaban el
statu quo, es decir, que las cosas se
mantuvieran como estaban, pues a ellos ya les había ido bien y no querían
perder lo que habían logrado, se sentaron a la derecha del Presidente de
Debates; los liberales, por el contrario, se sentaron a la izquierda de dicha
presidencia. Obvio, los liberales, los que querían liberar las cadenas de
opresión en que los habían tenido sometidos, buscaban un cambio completo de
programas pues los que conocían y bajo los cuales habían vivido, no les servían
ya que les negaban todo tipo de libertades y derechos. De ahí que a los que
buscan conservar el poder que ya detentan, los que buscan que las cosas
permanezcan como están pues ya lograron sus propósitos de vida, se les llame de
derecha o reaccionarios. Los que buscan algo, tener algo, lograr algo, tener un
mínimo de derechos y prerrogativas, de bienes e ilusiones, son los que no han
disfrutado de nada y apenas lo van buscando. Son los liberales o reformadores.
He buscado siempre, pues así lo viví, que los derechos
sean para todos, que las conquistas obreras se conviertan en realidades y no en
motivo de oprobio para los trabajadores, que los comicios se ganen con votos
reales y nunca, con métodos reprobables que lastiman a la sociedad toda.
Y por eso, busqué la izquierda… y lo que encontré, desde hace
muchos años, ha sido solo para dar vergüenza.
Usted, que ha seguido de cerca la historia de los partidos
políticos en México y que conoce la trayectoria de cada uno de ellos, ha de
recordar que la izquierda mexicana tuvo al maravilloso Arnoldo Martínez Verdugo,
al Maestro Gilberto Rincón Gallardo, al Ing. Heberto Castillo y siempre, a los
mejores caricaturistas como Rius, Helguera y los demás. Vamos, ser crítico
implica ser revolucionario y eso, nada más se da en la izquierda.
El corazón y las ideas, van a la izquierda. La conducta, centrada. Nunca,
pero nunca, se debe traicionar a la patria. Sin embargo, en México los señores
de la izquierda, los que deberían representar lo más limpio, lo mejor de los
esfuerzos, se distinguen por amarrar el dinero con ligas, por sentirse
superiores a los dioses y así, su conducta es mesiánica y no reconocen jamás
cuando han sido derrotados, por el lenguaje soez, incivil y majadero que
utilizan y ahora, uno de los próceres de la izquierda, diputado para mayores
señas, muestra su ropa interior como si exhibir sus miserias sea el mejor
argumento que encontró.
Así, con esa gente, con esos líderes, ¿cómo voy a buscarlos para lograr
que México avance? ¿Cómo alguien en su sano juicio, puede confiar en los
dirigentes mexicanos de izquierda? Yo, no.
Pero tampoco quiero ser de centro, de esos que procuran no ofender a
nadie, no comprometerse y terminan perdiendo todo por el temor a no quedar bien
con todos.
Y menos, mucho menos, voy a seguir a los que buscan entregar la patria, a
los que añoran un príncipe extranjero y quieren ser gobernados desde el
exterior.
No queda más camino que abrir brecha, demostrar que se puede participar
ajeno a los cauces establecidos y buscar la forma de servir a México, que debe
salir adelante. Es nuestro compromiso y lo que vamos a entregar a nuestros
hijos.
Me gustaría conocer su opinión. Vale la pena.
Estoy de acuerdo con usted. La izquierda es un partido sumiso y simulado y hasta me atrevería a decir vendido.
ResponderEliminarPero aún quedamos ciudadanos que buscan por amor a México lo justo, lo correcto, que no les es indiferente la pobreza, la falta de buenos empleos, el mejoramiento de una educación arcaica y la lucha por el respeto de los derechos humanos.
Esto no es un grito al vacío, somos muchos mexicanos hartos y convencidos del mismo sentir.