domingo, 31 de julio de 2016

La teoría del taquero



José Manuel Gómez Porchini / México debe salir adelante

La gente de México es reconocida por su capacidad de sobreponerse a las adversidades, de encontrar de alguna manera la forma de salir adelante, a pesar de los problemas que la vida le presenta.

Hoy quiero reflexionar con usted la razón de que en nuestra patria existan tantos puestos de tacos, de garnachas, de fritangas en la calle o simplemente, de vendedores ambulantes. Lo comentaba hace unos días con una persona de todo mi aprecio y me decía: -fíjate que el taquero tiene mucha gente trabajando con él pero no les paga seguridad social, no cubre los salarios mínimos ni los da de alta ante nadie. Es más, no paga impuestos. Obvio, yo como abogado reclamé: claro que paga!! Tiene obligación de cubrir al ayuntamiento una cuota por el “derecho de piso”… y ahí fue cuando comenzaron los problemas.

Me dijo: -si, paga piso, doscientos o trescientos pesos al mes al municipio pero no paga IVA, no paga ISPT, no paga luz, agua, timbres fiscales, no lleva contabilidad, no paga seguro social, infonavit ni infonacot… Vamos, no existe formalmente para la autoridad, al fin y al cabo es un vendedor ambulante… pero lo comentamos. Tiene diez o doce trabajadores, muchos menores de edad, está “colgado” de la luz del poste de la esquina y nadie dice nada, el agua la agarra de algún negocio establecido por ahí cerca… ¿higiene? ¡Los mexicanos aguantamos de todo!

Y es cierto. Si a usted se le ocurre establecer un negocio con todas las de la ley, informándole a la autoridad en todas sus versiones, inmediatamente se verá “visitado” por todo tipo de inspectores que van a verificar que su negocio esté impecable y obvio, algo le va a faltar, siempre. Y ya sabrá. –La multa es de tanto pero si usted quiere, nos arreglamos… y usted se arregla y sigue, hasta que se harta y cierra el negocio.

En cambio, si usted trabaja como los taqueros que no le avisan a nadie que existen, que son la llamada “economía informal” porque así ha decidido la autoridad llamarlos, nadie lo va a molestar y podrá usted prosperar, hasta que su negocio crezca tanto que tenga que entrar a la “formalidad” y entonces, en poco rato quiebra.

Ya con ese razonamiento en mente fui a un puesto de tacos y estuve platicando con el taquero. –El negocio es de mi hija y su esposo, me dijo. Nos va bien, tanto que estoy yo aquí porque ellos se volvieron a ir a la Riviera Maya, ya ve usted que van tres o cuatro veces al año con lo que sacan de aquí, me dijo.

Asombrado, pregunté: -¿Y cuál es el principal problema que tienen ustedes aquí? No, de hecho no tenemos problemas, me dijo. A veces llegan grupos de muchachos, doce o quince y piden muchos tacos y uno tiene que ponerse muy abusado o se lo llevan… Ahhh… pero no, en realidad no tenemos problemas. ¿El municipio los molesta? –No, siempre y cuando tengamos pagado “el tarjetón” que vale doscientos pesos al mes.

Se quedó serio y de pronto empezó, así como quejándose: -Lo que sí es problema es la levantada. Tiene uno que preparar la salsa, la carne, el chicharrón, los frijoles, el repollo y todo lo de los tacos desde las cuatro de la mañana y entonces, uno no se puede desvelar porque al otro día no rindes. Ese es el verdadero trabajo. Ya hecho todo, puedes dejar a un muchacho a que venda los tacos, no hay problema o como en mi caso, me vengo yo que soy el papá de la dueña y en realidad, lo que hago es entregar los tacos y cobrar, que no es mucho.

Las compras, surtir los desechables, traer el refresco, revisar que no falte nada es el problema pero siempre, para las dos de la tarde ya terminamos el día.

¿Al final de todo, le va bien a su hija y a su esposo con el negocio de los tacos? me aventuré a preguntar. Traen carro del año, viajan tres o cuatro veces de vacaciones al año y tienen a mis nietos en un buen colegio… yo creo que sí.

Y sí, los mexicanos salen de apuros pero en el camino se llevan a los demás de encuentro. ¿Qué se requiere para que esos negocios sean formales? Simple, muy simple. Que la autoridad, toda, establezca fórmulas más sencillas para tributar. ¿Cómo vas a pedirle al de los tacos que lleve contabilidad electrónica, que envíe las facturas por correo vía e-mail o que reporte su padrón de proveedores? ¡Es absurdo!

Y dejé al señor de los tacos en su negocio y me fui a casa a preparar la planeación didáctica, los programas de las materias, las evaluaciones, coevaluaciones, situaciones áulicas y demás requisitos que debe uno llenar al impartir cátedra, que según no se hace nada pero me absorben más tiempo que la levantada a las cuatro del taquero. Eso sí, aclaro que no me alcanza ni para ir a Villa de Santiago…

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

domingo, 24 de julio de 2016

La calidad moral



José Manuel Gómez Porchini / México debe salir adelante

Tener calidad moral, ser de una alta investidura moral, son expresiones que, antaño, la gente utilizaba para referirse a alguien que por sus propios méritos se ganaban el derecho a ser designados como gente de bien, gente de respeto, gente digna de confianza, alguien en quien se podía creer en todo tipo de circunstancias.

El director de la escuela, los maestros, el boticario, el doctor, algunos abogados (hay de todo), en suma, muchas personas merecían ese signo de confianza de la comunidad y eran sujetos de crédito, tanto en lo económico como en sus palabras y actos. Si lo dijo Don Fulanito, es cierto. Así de elevado era el concepto de la moral entre la gente.

De pronto, cada uno de los personajes citados salió con problemas: que se robó las cuotas; que pasó a los alumnos sin aplicar exámenes, que permitió la venta de productos restringidos a cambio de unos pesos y así, cada quien en su profesión fue traicionando la confianza que el imaginario colectivo había depositado en cada uno de ellos.

Los funcionarios públicos, esos seres que deberían ser el modelo de calidad moral, ahora piden perdón, lloran tantito y listo, ¡a otra cosa!

En un partido político de cuyo nombre no quiero acordarme, hace algunos ayeres un dirigente que fue gobernador de San Luis Potosí dijo que la moral es un árbol del que salen las moras… y ahora han dicho que la moral es de donde se dan los moreiras… en ambos casos, esos chispeantes y jocosos comentarios, en realidad han sido una afrenta a la sociedad y es lo que ha hecho que ese partido se vaya distanciando del pueblo.

De hecho, el derecho le sigue dando valor, pues se establece como requisito para múltiples trámites, el que la persona sea “digna de crédito, de elevada calidad moral”, lo que por ser subjetivo, no ha podido definirse a la perfección.

Y entonces salen los intérpretes, los que pretenden encontrar el verdadero sentido de las cosas y alegan: se tiene elevada calidad moral cuando alguien no ha sido condenado por delito culposo. Y entonces tenemos funcionarios con trámites judiciales abiertos aquí y allende nuestras fronteras, de los que vox populi ha dicho que no son confiables pero a quien “el de arriba” ha decidido sostener en el cargo, con la voluntad en contra de toda la ciudadanía. Claro, ¿con qué calidad moral puede un sujeto que todo mundo conoce como delincuente imponer una forma de conducta a los demás?

Y resulta que muchos de nuestros próceres han tenido problemas con la justicia y han salido absueltos o tal vez, condenados… pero… ¿es que acaso alguien va a confiar en los fallos de un cuerpo colegiado presidido por un sujeto que abandona a sus hijos, los que tuvo con la querida dos o la querida tres?

Dijo Julio César: “La mujer del César no solo debe ser honesta, también debe parecerlo”. Y sí, sigue siendo válido el consejo.

Ahora bien, todos tenemos problemas y también, el derecho a la presunción de inocencia. Es un derecho humano fundamental que debe regir nuestra conducta.

¿Usted confiaría en los policías de San Pedro, esos que atacan vehículos desarmados con veintiocho disparos? Yo tampoco.

¿Con qué calidad moral un policía de casi cualquier municipio de México puede pedirle a un ciudadano que se detenga para investigarlo, “por sospechoso”… cuando el que tiene cara de maleante es el policía? Pero además, tiene la fama y usted lo sabe… ¿le va a creer?

México necesita gente, políticos y ciudadanos, que piensen que el bien común es primero, que la integridad personal es superior a las necesidades de cualquier tipo y que quieran a México. Con eso tendremos servidores públicos de elevada calidad moral y verá usted cómo van a cambiar las cosas.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

domingo, 17 de julio de 2016

Axxa o cómo ser una mala empresa de seguros




José Manuel Gómez Porchini / México debe salir adelante

Los seguros son para tenerse y nunca usarse. Así reza el popular adagio y así debería ser cierto. Y cuando la gente compra sus coches a crédito y en las agencias por alguna razón AXXA es la que gana los contratos, te venden los carros con esa compañía y uno, tan tranquilo, pensando que está asegurado.

Claro, también particulares te exigen el seguro de AXXA, me imagino que piensan que es tan buena compañía como sus anuncios dicen.

Lo cierto es que en un plazo de tres meses, sin contar mis experiencias anteriores, he conocido de tres casos distintos en los que quien ocasiona el golpe, es decir, el conductor culpable, no tiene dinero para pagar y en uno de los casos, la señora aclaró frente a los tránsitos y el ajustador que la camioneta no tenía papeles. Yo la escuché.

En los tres casos y no sé por qué razón, el ajustador de AXXA seguros se puso de parte del conductor responsable y a quien los mantiene, es decir, a quien le paga las altísimas cuotas, le dice que tiene que entender que el culpable es un pobre que no tiene para pagar… que uno pague todo y bueno, que así es la vida.

Por supuesto, yo fui a dar a las oficinas generales de AXXA Seguros en Monterrey, cuando el caso era directamente uno que me afectaba, aun cuando no fui yo quien participó en el accidente. Hubo lesionados y “cubrieron” su responsabilidad con extender una orden para un servicio médico, cuando lo jurídicamente correcto era que se consignaran los vehículos con todo y conductor responsable y hasta que hubiera un alta o un dictamen médico, pudiera quedar en libertad. No. Para eso son AXXA Seguros. Ellos pueden determinar todo en su procedimiento interno. De hecho, en uno de los accidentes me explicaron que a Tránsito Municipal nada más lo utilizan como “oficina de gestoría” pues a ellos no quieren darles participación alguna.

En otro accidente, la conductora, sin licencia, sin datos de identificación, sin seguro, sin dinero, sin placas la unidad, sin documento alguno que comprobara la legal estancia en el país de la camioneta Chevrolet Tipo Pick Up de modelo antiguo, 1975 aproximadamente, al principio dijo que ella pagaba todo, pero cuando llegaron los de tránsito y después el ajustador, cambió su forma de comportarse y hasta ordenó que cambiaran de lugar la mercancía que traía a otra camioneta, para que no se le echara a perder. Por cierto, luego se mostró muy segura y lo demostró, cuando dijo que ese problema en un ratito lo arreglaba. Y si, lo arregló. El ajustador de AXXA nos dijo que era muy pobre, que no traía dinero y que nosotros asumiéramos el deducible para que la señora se pudiera ir. Soy abogado y tuve oportunidad de intervenir en cientos de accidentes de tránsito. Si uno de los vehículos no tiene papeles o el conductor no porta sus documentos, se quedan detenidos. Aquí, creo que ni multas hubo. Aclaro, tampoco era yo directamente participante en el accidente, pero sí muy cercano.

El más reciente es un vehículo de más de cuatrocientos mil pesos en el que el deducible supera los veinte mil pesos. Sufrió un choque o golpe por alcance, es decir, es inocente y el culpable es el que le pegó.

Pero llegó el ajustador de AXXA Seguros y ¿qué cree usted que pasó? ¡Adivinó! Dijo que era una persona muy pobre, que no era justo que pagara tanto y así, que mejor cada quien pagara su daño.

Mi pregunta es: si tienes detenido al culpable, si está a disposición de la autoridad… ¿Qué acaso no le corresponde al ajustador presentar la denuncia penal para perseguir a quien causó el daño? Claro, el afectado irá a ratificarla, pero es tarea de la Aseguradora, hasta donde tengo entendido.

Por lo que veo, ya no… o cuando menos, no en AXXA. Ahí si usted es pobre, muy pobre y no tiene para pagar el golpe, se lo perdonan. Al cabo los esos que pagan las pólizas tienen mucho dinero…

Ahora le pregunto a usted, querido lector: si usted fuera empleado de AXXA, ¿Compraría una póliza de esa empresa? Yo tampoco. Y si la tiene, vaya pensando a dónde cambiarse.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.