sábado, 22 de diciembre de 2012

2012. Un año más que termina.





José Manuel Gómez Porchini / México debe salir adelante    

Desde el inicio de los tiempos, el hombre ha buscado la forma de poder explicar lo que no entiende, lo que está más allá de la lógica que su estrecha inteligencia le permite comprender y entonces, ha buscado alguna explicación lógica a los sucesos que no puede definir. Así, han existido desde Quetzalcóatl hasta Buda, Alá, Cristo y cuantos seres han destacado de entre los demás por su sabiduría.
En nuestra cultura, en la herencia que somos los hijos de la América nativa y la España conquistadora, Jesucristo representa el Dios que todo lo puede. Así lo aprendimos y así somos la inmensa mayoría de los mexicanos. Claro, ahora ya existe la diversidad de criterios, la libertad de cultos y la multiplicidad de religiones, lo que ha permitido que cada uno crea en lo que mejor le parece e incluso, existe la libertad para no creer en ninguno, si así le place al individuo.
La libertad consiste en poder elegir creer o no, actuar o no, hacer o no, con sus consecuencias y recompensas. Pero siempre, que exista la plataforma inicial, que permita a todos, la igualdad de posibilidades. Si falla ese punto de arranque, todo se malogra.
Quiero agradecer a Dios Nuestro Señor por haber permitido que 2012 haya sido uno de los mejores años de mi vida, si no que el mejor. Y voy a tratar de explicarme. Para empezar, en 2012 sigo vivo y siguen vivos aquellos a quienes amo. Los que nos han adelantado en el camino, merecen nuestra oración y que redoblemos esfuerzos. Por los que nos quedamos, el compromiso es salir adelante.
Sigo trabajando, sigo activo y sobre todo, con ganas de querer ser y hacer más cosas, de buscar la forma de lograr ser útil, productivo y proactivo, lo que es muy distinto a querer tener más. Los bienes sirven solamente para remediar los males. Cuesta mucho trabajo entenderlo, pero el día que tú tienes al dinero, ese día es tuyo. Mientras el dinero te tenga a ti, dependes de lo que él quiera.
Tengo una familia, que es la mejor forma de estar vivo. Mi esposa y mis hijos, que son lo que hoy se denomina la familia nuclear y mi madre, el recuerdo de mi padre, mis hermanos y todos los demás parientes, han sabido dar forma y color a mi existencia. Gracias a todos y cada uno de ellos.
Amigos, que son los hermanos que vas construyendo en la vida, los he logrado identificar y creo que cada día logro sumar uno más. Es un orgullo saber que lo que se hace, a alguien le interesa. Eso representa el mayor compromiso de vida y es el principal motor para seguir adelante.
Tener un empleo, un patrón establecido que te proporcione un sustento, es la garantía de que vas por la vida haciendo las cosas bien. Ser el patrón que representa la garantía para los demás, es un reto que empuja a lograr avances que, por momentos, se antojan imposibles. Como responsable de la empresa voy buscando dejar marca de nuestro actuar. Que la gente tenga conocimiento pleno que si viene de nuestra empresa, de nuestra casa, de nuestro país, el producto es excelente. El servicio, ha de ser mejor siempre.
En la sociedad, en el medio donde la gente se desenvuelve, he logrado que se me abran las puertas de medios de comunicación de gran envergadura y con prestigio de luengos lustros, como he logrado un espacio en los medios electrónicos más modernos. Tener presencia escrita con la posibilidad de hacer valer tu verdad, es más que un privilegio, una gran responsabilidad. Y la hemos venido sorteando.
En la escuela, logré que mis alumnos comentaran las reformas a la ley laboral y esos comentarios, los convertimos en un libro que ha de quedar como prueba plena de que el esfuerzo rindió frutos.
Además, recibí un reconocimiento como el mejor maestro de posgrado en el año 2012 por parte de una institución educativa de altísimo nivel. Ese solo hecho, es suficiente para decir que el año valió la pena.
Como cereza en el pastel del 2012, el Colegio de Abogados de Monterrey, A.C., con más de treinta y cinco años de existencia, con el prestigio y orgullo de manejarse como un Colegio independiente en su criterio, me ha brindado la oportunidad de poder dirigirlo los próximos dos años.
Si sumo los beneficios del año y los comparo contra las dos o tres pérdidas que hubo, el resultado es que sí, ha sido uno de los mejores años de mi vida.
El compromiso, el reto, es que los que sigan sean cada vez mejores. La forma de lograrlo es la actitud. Vamos por todo.
Vale la pena. Me gustaría conocer su opinión.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Programa: “Hecho en Nuevo León”.





José Manuel Gómez Porchini / México debe salir adelante              

“Hecho en Nuevo León” es un programa que lleva a la práctica el Gobierno del Estado en su afán de lograr que sus pequeñas y medianas empresas, las que se han constituido en esta tierra y las que producen y generan empleos aquí, vayan logrando crecer y cimentarse como empresas líderes en sus segmentos, mediante los apoyos que sean necesarios.
La misión del programa es impulsar el desarrollo comercial de las micro, pequeñas y medianas empresas del Estado de Nuevo León en el mercado nacional e internacional y la visión que tienen es conceder la marca “Hecho en Nuevo León” a los productores del Estado de Nuevo León y de esta forma, proyectarlos en diferentes mercados nacionales e internacionales, contribuyendo a la creación de empleos, ingreso familiar y desarrollo económico.
Lo anterior, lo he tomado de la página de internet de Gobierno del Estado de Nuevo León y viene a cuento por la realidad que me tocó vivir el día de hoy y que vengo a hacérselo saber a usted, mi querido lector.
Es domingo, día de familia y nuestros dos hijos tenían ya sus compromisos hechos, por lo que mi esposa me sugirió que la llevara a recorrer los mercados de artesanías o algo que está en la plaza frente a Palacio de Gobierno del Estado, en la Macroplaza. Y allá vamos: ella, contenta porque pensaba comprar “cositas” y yo, pensando en que ella quería comprar “algo” pero aún no sabe qué… y ni cómo decir nada… usted me entiende…
Empezamos a recorrer las calles del centro de Monterrey. Yo no sé si le pagan a la gente por ir al centro los domingos o qué es lo que pasa, pero aquello era una verdadera romería. Llenas las calles y todo mundo con bolsas. ¿Será que es el fin de semana previo a navidad?
Total, logramos llegar a donde era nuestro destino y empezó a ver muchas cosas. Yo, por más que les preguntaba a los vendedores que si lo que traían era nada más de exhibición, digo, para que mi esposa no comprara, pero no, todos aclaraban que no, que eran precisamente para venta… y ni modo, a ir comprando.
Lo mejor que nos sucedió fue que llegamos a un puestecito de los muchos que había ahí y yo, claro, pedí que me dieran a probar de lo que estaban regalando y me aclaró que no estaban regalando, que era para “degustación” y me sentí así como no sé qué…
Probé las salsas que ofrecía “Don Tanis” y volví mi vista a mi esposa. No sé qué cara pondría, así como con espíritu de mando o no sé, pero me preguntó: ¿quieres llevar una? Y como niño chiquito dije que sí. Y entonces, Tina las probó y avaló mi petición. Compró varias, que la mexicana, que la taquera, la que pica mucho, la de las flautas y no sé cuántas más.
Y ahí fue cuando me enteré de qué se trataba todo. Ahí supe de la existencia del programa “Hecho en Nuevo León” y de los beneficios que ha traído a los productores y a quienes van buscando crecer sus negocios.
Y de lo que más me gustó, fue cuando el dueño de la empresa “Don Tanis”, el Señor Estanislao Aguilera, me dijo con voz tronante, fuerte, orgulloso: Son hechas en Guadalupe, aquí en Nuevo León… no tienen conservadores, están hechas con toda la mano. Y claro, empecé a preguntarle casi como si yo supiera de cuestiones nutrimentales, de contenidos calóricos y algo así. El señor, se lució en explicarme todo lo que contenían sus salsas y también, lo que no contenían, que creo es lo más interesante, pues me dice que no hacen daño por no tener conservadores.
Y eso vengo a contarle a usted, mi querido lector. Que el Gobierno del Estado de Nuevo León tiene cosas buenas y que vale la pena destacar, como el Programa “Hecho en Nuevo León” que hoy nos ocupa.
Es muy distinto comprar lo que nuestra propia gente produce, a pretender regalar lo que allá en China o más lejos hacen, por lo que vengo a avisarle a usted, mi querido lector, que vamos buscando apoyar primero a nuestro prójimo, al que está más próximo, a nuestra gente, para así, que todos podamos tener un mejor nivel de vida.
Si como mexicanos nos apoyamos entre nosotros, vamos a lograr salir adelante. Vale la pena.
Me gustaría conocer su opinión.

sábado, 8 de diciembre de 2012

El importe de los riesgos de trabajo




José Manuel Gómez Porchini / México debe salir adelante      

El cuerpo humano, la vida toda, están tasados en términos de lo que dispone la Ley Federal del Trabajo. En efecto, en el artículo 514 el Código Obrero señala a la perfección y a detalle, el valor de una mano, de un dedo, de la pierna completa o en partes, los oídos, ojos y en suma, todos y cada uno de los componentes del ser humano. Claro, en un artículo diverso, el 502, nos indica el valor en pesos y centavos de un ser humano y al efecto, hasta antes de la reforma laboral del primero de diciembre de 2012, era de 730 días de salario con la limitante establecida en el artículo 486 que establece que si el salario excede al doble del mínimo, ésta será la cantidad máxima a cubrir.

Así, en caso de un brazo, una pierna o cualquier otra parte del cuerpo o, en su caso, por efectos de una incapacidad derivada de una enfermedad profesional, se tomará el porcentaje que determina la tabla del artículo 514 con el doble del salario mínimo como límite superior.

Ahora, en la nueva ley y en beneficio de los obreros, se ha incrementado el valor de 730 a 5,000 días lo que ha de tomarse como referente para todo lo relativo a las indemnizaciones derivadas de un riesgo de trabajo.

El problema estriba en que para efectos del Instituto Mexicano del Seguro Social, el patrón deberá cubrir una prima de seguro, por concepto de riesgo de trabajo, que seguramente será mucho más alta que la que había regido, lo que obvio, habrá de desalentar el pago de seguro social a favor de los obreros.

También y como caso muy especial, tenemos que los códigos penales establecen, para efectos de la reparación del daño y para fincar el monto de las fianzas, el importe de lo que habría de pagar el agresor, precisamente en cuotas conforme lo dispone la Ley Laboral. Es decir, el parámetro válido para indicar el valor de una vida, en México, es el Código Obrero y marca, como salario máximo, el doble del mínimo. Claro, conforme a la ley anterior 730 días que equivalen a dos años de salarios y que, en términos de la nueva ley, se incrementa a 5,000 días el pago. Por ende, si antes el culpable o probable responsable debía cubrir como indemnización el importe de 730 días al doble del salario mínimo, ahora deberán ser 5,000 días al doble del mínimo, como está, pero el pago es desproporcionado.

No existe punto de comparación entre el valor de cubrir 730 a 5,000. Ello habrá de elevar el importe de los seguros de los vehículos de manera desproporcionada, para los casos en que sea intención del conductor agresor obtener una fianza, pues lo cierto es que va a escapar de las posibilidades reales de una familia el poder cubrir las cuotas que ahora se manejan.

¿Habrán tomado en consideración nuestros flamantes legisladores lo que supone que se incremente de manera exponencial el valor de los seguros? ¿El importe de las cuotas del seguro social, podrá ser cubierto por una empresa con actividades lícitas? Muchas más preguntas quedan en el tintero. Ojalá usted, mi querido lector, nos ayude a formularlas.

Me gustaría conocer su opinión. Vale la pena.

domingo, 2 de diciembre de 2012

El México que debemos buscar



José Manuel Gómez Porchini / México debe salir adelante      

Anunciaron un pacto de civilidad los partidos políticos para ahora que empezara el gobierno de Enrique Peña Nieto y antes, mucho antes de que terminara el mandato de Felipe Calderón, ya había sido roto por los mismos partidos políticos. En la toma de posesión del nuevo Presidente Constitucional de México, de los mexicanos todos, hubo disturbios que se achacan a la izquierda y alguien ha señalado que los encapuchados son gente del propio gobierno, que fueron en busca de crear confusión.
Lo cierto, lo único cierto es que el México que debemos buscar, el que estamos obligados a procurar por amor al país, por legarles una tierra fuerte y generosa a nuestros hijos, es el México que debe ser, no el que es. No es justo que un grupúsculo de encapuchados, azuzando a mucha gente con buenas intenciones pero con mucha falta de criterio, se dediquen a asaltar y robar, a cometer tropelías en la ciudad según en defensa de las libertades.
De ahí que insista: el México que debemos buscar es aquél en que podamos salir a la calle a hacer la vida diaria sin el temor de perder la vida o por asaltantes o por policías, que muchas veces casi parecen lo mismo, a pesar de que yo sé, en lo personal, del esfuerzo de muchos policías por hacer bien la vida.
Se debe seguir buscando el México que, generoso, sea capaz y suficiente para cuidar y proteger a todos sus pobladores, mediante un sistema de seguridad social universal que a todos cubra y que solo requiera, para su implementación, la voluntad política, pues ya está diseñado y listo para ser aplicado.
Por supuesto, el México que buscamos será aquél en que el campesino, el obrero y el comerciante tengan la seguridad que sus afanes serán suficientes para poder salir adelante, que su trabajo valdrá tanto como sus esfuerzos y a la larga, habrá de redituar en una pensión digna.
Que cada uno pueda viajar dentro del país, por diversión, por negocios o trabajo, sintiéndose seguro, como sucedía antes, en que el mayor temor era una ponchadura de llanta y no, ser secuestrado por la delincuencia, organizada o no, pero delincuencia.
Que las imágenes que aparecieron ayer en los diarios y en la red, donde están los inconformes armando bombas molotov para atacar a los representantes de la ley y también, donde éstos agreden a los manifestantes, sean tan solo un mal recuerdo de un mal momento. Las quejas, las protestas y los reproches han de darse en un marco de civilidad para que sean entendidas, valoradas y atendidas.
Que exista el orgullo que nuestros padres y abuelos tuvieron por México, de manera que siempre haya quien esté dispuesto al sacrificio por su país, ciertos de que la tierra que les vio nacer, sabrá compensar el esfuerzo. Nunca más debe quedar impune un crimen ni nunca más un afán sin recompensa.
Ese es el México que debemos buscar, el que está en nuestros mejores sueños, el que hemos dibujado en lontananza y aquél a donde nuestros horizontes nos quieren llevar. Ese México y no el que estamos padeciendo. Que éste, de dolor, sufrimiento, avaricia y traición, quede sepultado para siempre, como la sangre de cada uno de los muertos en la guerra contra el crimen.
Sobre todo, que el futuro permita la unión entre hermanos, la unidad de los mexicanos y el deseo por engrandecer la patria.
Me gustaría conocer su opinión. Vale la pena.