sábado, 21 de enero de 2012

La importancia de la sociedad en el derecho. El caso Infonavit.



La costumbre se hace ley, reza la máxima entre los abogados y la gente sabe perfectamente que cuando accede una vez a otorgar un favor, un derecho o una prestación, ya aceptó que esa situación se puede convertir en definitiva. Así, el dueño del terreno que permite que los vecinos de atrás, para no tener que rodear, crucen su finca, constituye a favor de esos vecinos lo que en derecho se denomina servidumbre de paso, que obliga al predio de abajo a permitir al de atrás, que por él pasen los pobladores, las aguas y toda suerte de vehículos. Ya creado el derecho, no puede extinguirse así cambie de dueño el predio, pues el afectado es el terreno, no el propietario.

Así, cuando la sociedad va buscando nuevos derroteros, cuando necesita una nueva forma de hacer las cosas, empuja a la legislación, la convierte en punto de discordia, la nulifica con la realidad y logra que se cambie la ley.

Los cambios algunas veces son oportunos, otras, los políticos tardan demasiado en comprender la necesidad del pueblo de obedecer leyes justas y las más, retrasan los cambios por conveniencia de su partido, de sus personas o porque ahí encuentran el negocio que requieren para vivir como políticos, lo que vale decir que es vida ajena a la de la mayoría de los mortales.

Hoy nos encontramos con que el once de enero de dos mil doce el Congreso de la Unión se ha hecho eco de los reclamos de uno de los sectores más lastimados de nuestra sociedad: los jubilados y pensionados del Instituto Mexicano del Seguro Social.

Resulta que cuando una persona entró a laborar hace ya muchos ayeres, le dijeron que su jubilación sería garantizada por el estado. Al tiempo, cambiaron las circunstancias por ajustes presupuestales y cambió la ley, para salvar al Instituto y para proteger al gobierno.

Luego, volvió a cambiar y se crearon las Afores, esas cuentas individuales de pensiones que, al parecer, no han tenido gran éxito en los países de donde las mal copiamos pero que aquí, se siguen utilizando.

Sin embargo, en el cambio de una a otra, aparece que las aportaciones a Infonavit, instancia de gobierno dedicada a recibir fondos de trabajadores y patrones para lo relativo a vivienda, el gobierno decidió, mediante un artículo octavo transitorio, que debían enviarse al gobierno para soportar las pensiones, lo que desvirtuó por completo el espíritu de las aportaciones.

Cuando la gente y obvio, los abogados, empezaron a reclamar la devolución de esos fondos, tanto la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje como los Juzgados de Distrito y toda la maquinaria jurídica oficial, se encaminaron a defender y sostener que ese artículo octavo transitorio del decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, publicado en el Diario Oficial de la Federación el seis de enero de mil novecientos noventa y siete, era válido, cuando lo cierto es que no da oportunidad de defensa al ofendido para privarlo de un derecho adquirido, tal y como lo ordena el artículo 14 Constitucional.

Así las cosas, a fuerza de buscar los medios jurídicos necesarios, de impugnar todos y cada uno de los aspectos que sostenían los juzgadores, de acudir ante la Suprema Corte para hacer valer el reclamo, se logró que se considerara inconstitucional el envío de esos fondos al gobierno y que se entregaran al pensionado. Sin embargo, por la naturaleza misma del amparo, que sólo protege a quien lo solicita, la inmensa mayoría de los pensionados no ha recurrido a autoridad o instancia alguna para recuperar su dinero, lo que sí es válido.

Hoy, la sociedad ya hasta la saciedad, empujó y logró que el Congreso, tal vez por ser año electoral, emitiera el pasado once de enero de dos mil 2012, decreto por el que ordena los mecanismos para la devolución de los fondos mal direccionados a favor de sus verdaderos dueños, indicando los pasos a seguir.

Todavía falta acabar de comprender a cabalidad los alcances del decreto, la forma de devolución y los beneficiados, pero sí le digo a Usted, mi querido lector, que la sociedad ha logrado un triunfo más, ha hecho que se cambien para bien, las leyes injustas que lastiman a quien menos puede.

Hemos pugnado desde nuestra trinchera y obtuvimos amparos favorables. Ahora sólo falta obtener la devolución de los fondos, lo que según será en próximos días. La defensa que busca ayudar a quien lo necesita y que además, logra recuperar el patrimonio del obrero, del débil en la relación laboral, a más de ser altamente satisfactoria profesionalmente, es la que logra convertir en realidad la justicia social.

Vale la pena.

Me gustaría conocer su opinión.

José Manuel Gómez Porchini.
Mexicano. Abogado.


domingo, 15 de enero de 2012

Hoy por Chihuahua


México siempre ha de sorprender por los colores que lo definen, por las alturas de sus montañas y las llanuras que lo cubren, por las cimas y las simas que lo definen y, por supuesto, por la diversidad étnica que lo habita.

He tenido en lo personal, la inmensa fortuna de conocer la mayoría de los estados de mi país, he viajado de norte a sur y de oriente a poniente. Desde mi tres veces Heroica Matamoros, en Tamaulipas  hasta ese prodigio moderno que es Ciudad Obregón, en Sonora. Desde Tijuana y Ciudad Juárez, al norte, hasta Villahermosa y Ciudad del Carmen, en la parte baja. Por supuesto, la ruta del Padre de la Patria fue de lo primero que conocí y que he seguido visitando. La cuna de la independencia y la ciudad que tiene el alma de provinciana y huele a limpia rosa temprana también las he visitado. 

Por supuesto, he disfrutado sus playas, sus joyas arquitectónicas y la belleza de sus calles, plazas, edificios y accidentes naturales: bahías, cerros, sierras, radas, puertos y todo lo que existe en nuestro país.

De ese todo maravilloso, llevo siempre de manera muy presente la hermosa capital del estado grande, Chihuahua, que me recibió con los brazos abiertos y me regaló excelentes amigos. La ciudad que supo de mis desvelos para preparar la tesis que muchas veces le he compartido y que fue mi confidente en momentos muy difíciles, cuando había que tomar decisiones de las que marcan vidas. Siempre fue sabia consejera y al tiempo, la vida ha demostrado que el actuar fue correcto.

Hoy, yo que conozco y viajé muchas veces por el interior del estado: que a Juárez, la ciudad que se habla de tú con cualquier otra a la hora de hablar de negocios; que a traer quesos a Villa Ahumada, exquisitos como pocos; que fui a Creel a buscar la nieve y que anduve en la zona de los Tarahumaras, viendo escenas de manzanos que parecían sacadas de escenario de película americana pero que son la realidad de los agricultores de Chihuahua, hoy me quedo mudo de asombro de conocer lo que está sucediendo.

No alcanzo a concebir cómo se permitió que los servicios médicos, asistenciales y todo tipo de brigadas de gente buena, de gobierno y de ONG’s, dejaran de hacer su trabajo y cedieran el espacio a quienes sólo buscan lastimar a la sociedad.

No puedo creer que el gobierno haya sido tan timorato y haya abandonado sus funciones al grado de no ordenar, a quien corresponda, se proporcione la vigilancia necesaria para que pudiera atenderse a esos que hoy buscan mejor, morir por su propia mano que buscar seguir la vida.

¡Qué poco valor de quien debe mandar en Chihuahua! Y no me digan que son del partido liberal o del conservador: son funcionarios públicos electos y con eso es suficiente. Y deben mandar a nivel federal, estatal y municipal.

El poder se ejerce, no se comparte. El poder es para servir, no para servirse. El poder impone, no se pide permiso. El poder es coercitivo: yo mando tú obedeces. Por eso, quien ejerce el poder debe estar capacitado y si no…

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.

martes, 3 de enero de 2012

Talento humano en México


MÉXICO DEBE SALIR ADELANTE.

Talento humano

Hoy quiero comentar con Usted la historia de vida que escuché hace unos días y que me lleva a revalorar lo que hacemos como padres y como sociedad. Es la historia de un muchacho que llegó ante su padre, un médico de prestigio, con muy buen empleo y mejor posición, a contarle un día que no deseaba ser médico como le había sugerido el padre y que, por el contrario, aspiraba a ser chef.

El padre, que había cifrado sus esperanzas en que el hijo siguiera su misma carrera, que había preparado su vida para heredar al vástago sus artes, se sintió defraudado y al punto del colapso, pero padre al fin, accedió ante la petición de su hijo y decidió apoyarlo, si bien en silencio y en la compañía de los médicos amigos, sufría por esa decisión.

De pronto, empezó a llevar a su trabajo botanas, postres, guisos y demás exquisiteces que puede crear quien aprende el arte culinario, aplicando el dicho de las abuelas: “recaudo hace cocina, no Catarina”, que significa que la buena mesa nace de lo fino de los componentes y más, de la manera en que se combinan, hasta lograr manjares nuevos y deliciosos.

El muchacho, que hacía lo que le gustaba, pronto destacó en su escuela al grado de que obtuvo una beca para ir a Francia a estudiar una maestría y perfeccionar sus conocimientos, optando por el área de los postres y llegó a obtener los mejores galardones en lo que hacía con tanto gusto.

Para terminar pronto, el médico decidió adelantar su jubilación para obtener dinero y así, apoyar a su retoño a establecerse por su cuenta con un negocio propio.

Lo lograron y hoy, son propietarios de una cafetería gourmet de lujo que lo mismo prepara platillos fuertes de comida, que postres a la altura de los ángeles. Bocatto di Cardinale, dirían los que saben.

Destaco en la historia la seguridad social de que disfrutaba el padre, que le permitió contar con su capacidad de ganancia garantizada mediante una pensión, para poder empezar nuevos derroteros guiado por su hijo, aquél que pensaba lo había defraudado y que hoy, por haber seguido lo que su talento natural le indicaba, es un triunfador. ¡Qué lástima hubiera sido que lo obligaran a ser un mal médico! Hoy es un ejemplo a seguir.

Importa también hacer ver que, a pesar del éxito obtenido, como empresario independiente, como mexicano que confía en su talento y habilidades, carece de seguridad social que le garantice esa capacidad de ganancia. Esa es la parte que más me interesa hacerle ver a Usted, mi querido lector. Que como ya lo hemos comentado, es factible otorgar seguridad social a la totalidad de la población en base al gasto, no a la relación laboral formal. Que cada vez que un mexicano compre algo que tenga IVA, tres puntos de ese impuesto se destinen a un fondo de ahorros que permita garantizar la capacidad de ganancia mediante la pensión que corresponde al estado otorgar.

Es jurídicamente posible, tecnológicamente no tiene trabas y constitucionalmente, lo único que necesita es la voluntad de nuestros legisladores para hacerlo posible.

El talento de los mexicanos debe aprovecharse, no dejarlo partir a otros lares por no atenderlos.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.


José Manuel Gómez Porchini.
Comentarios: jmgomezporchini@gmail.com        

Nota publicada palabras más, palabras menos, en la edición de noviembre 2011 de la Revista Players of Life, página 128. 

domingo, 1 de enero de 2012

Del Respeto.




Trata a los demás como quieras ser tratado. No hagas a otro lo que no quieras para ti. Con la vara que midas serás medido. Ves la paja en el ojo ajeno y no ves la viga en el propio. Son algunas de las sentencias sabias, muy sabias que la cultura popular ha pasado de generación en generación a través de los años para hacernos saber que el respeto, es un elemento principal en las relaciones humanas.

Al respeto dedico hoy mi nota. A comentarle a usted, mi querido lector, que sólo tratando bien a la gente podrá usted obtener lo que desea o lo que necesita. Que puede más una gota de miel que un litro de hiel. Que con una sonrisa obtiene de grado lo que de mala cara ni por fuerza obtiene.

Sin embargo, es tan difícil entender qué es lo correcto, cuándo debemos ser serios, hostiles, agrios y cuándo abrir la sonrisa a los demás. Si nos están lastimando… ¿cómo me pides que reaccione bien? Es la natural y lógica respuesta humana. El problema es que si aplicamos la antigua ley de ojo por ojo y diente por diente, terminaríamos siendo un mundo de ciegos chimuelos, como ya se ha dicho a lo largo de los tiempos por tantos pensadores.

Luego entonces, ¿qué es lo que procede? No es venganza, es justicia lo que se busca. El principio de la justicia está en el respeto. Si por justicia se entiende dar a cada quien lo suyo, nos remitimos a la frase del inmortal Benito Juárez: El respeto al derecho ajeno, es la paz.

Y sí, en cuanto yo sea respetado, no buscaré camorra. En cuanto mi familia, mis derechos, mi persona, mis bienes, mis posesiones y mi honra sean respetados por los demás, con nadie habrá pleito. La dificultad empieza cuando alguien trasgrede la línea entre su derecho a gritar, a ser feliz, a disfrutar sus bienes, a ser sarcástico, a jugar bromas, a ser flojo, a tronar cuetes, a manejar borracho, a decir majaderías, con mi derecho a ser respetado.

¿Qué necesidad tengo de aguantar o soportar a quien, sabiendo que su conducta me es desagradable, insiste en sus necedades? Tal vez, para alguien sea gracioso, pero para mí o para usted, no. Pues supongo que alguna vez ha debido aguantar a alguien que, seguro de su superioridad en el trabajo, física, económica o cualquiera otra de las que no hacen diferencia en la calidad de las personas, lo ha hecho blanco de sus burlas, de su acoso, de lo que ahora se denomina bullying y que aplica lo mismo en la escuela de menores, como en la de educación media y superior, en el trabajo y aún en la familia.  

Grave será que usted, mi querido lector, que ha sido acosado, busque la forma de revertir su situación acosando a otro, faltándole el respeto a otro, lo que lo rebaja al nivel de aquél que lo molesta.

Es muy triste ver que la gente no entiende que es molesta, que lastima las relaciones y que los hace perder adeptos.

En la colonia donde vivo está una iglesia que, segura que así va a lograr más feligreses, cada hora genera un ruido, que no es música, espantoso, molesto a más no poder y que han anunciado que es mejor que escuchar balazos. Respuesta peor no podría haber producido.

Los perros del barrio, entre ellos el de casa, lloran al escuchar la molestia aquella y los humanos, nos quejamos amargamente del estruendo lastimoso, de la falta de respeto absoluta a los vecinos.

Cierto, a veces algún vecino hace ruido, canta o simplemente, grita. Pero es aislado, es ocasional y es una falta de respeto. Pero la que es cada hora, programada y que no escucha la opinión contraria, es la mayor falta de respeto. Es la que ocasiona el deseo de venganza, la forma de desquitar el coraje. La impotencia de no ser escuchado, de no ser respetado, genera el problema que luego, no puede ser controlado.

Ojalá existiera el respeto como forma de vida. Es un buen deseo para cada nuevo día.

Me gustaría conocer su opinión.

Vale la pena.

José Manuel Gómez Porchini.